lunes, 5 de febrero de 2018

CCP-Granada Por la Paz, Acogida y Derechos Humanos. 3/2/2018.

Las ccp de Granada, integradas en la redgra, participamos el sábado 3 de febrero en la fuente de las batallas de granada, en el acto: paz, acogida y derechos humanos. 

(El independiente de granada)
 CONTRA LAS POLÍTICAS QUE CIERRAN FRONTERAS Y ELEVAN MUROS

La Red Granadina por el Refugio y la Acogida alza la voz para reclamar 'paz con justicia social'

IMPLICADOS - IndeGranada Sábado, 3 de Febrero de 2018


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Con una concentración en la Fuente de las Batallas, los representantes de los colectivos que integran la red han recordado que la paz no supone únicamente la ausencia de conflictos armados, también implica una sociedad donde impere la justicia y el respeto a los derechos humanos.
INDEGRANADA
Representación para denunciar el cierre de las fronteras.
En la Fuente de las Batallas, con carteles en los que se podía leer que el asilo es un derecho humano y que denunciaban que el Mediterráneo se ha convertido en "una tumba", los integrantes de la Red Granadina por el Refugio y la Acogida han vuelto a alzar la voz contra las políticas migratorias que cierran fronteras y elevan muros.
Antes de comenzar el sencillo acto, en el que se ha leído un poema de Ángel González y llevado a cabo una representación para llamar la situación sobre el drama de las personas refugiadas, un portavoz de la RedGra ha recordado que en las últimas horas una barcaza con más de 300 personas ha naufragado frente a las costas de Libia. "Eso nos empuja una y otra vez a salir y alzar la voz contra las políticas europeas que facilitan estos hechos tan tristes", ha afirmado para recordar que más de dos años después de que el Gobierno español se comprometiera a acoger a 17.000 personas refugiadas, no han llegado ni 2.000.
El acto ha finalizado con la lectura de un comunicado reivindicando un trato digno y el respeto a los derechos fundamentales de las personas. 
La concentración se ha desarrollado con el lema “Paz, Acogida y Derechos Humanos”, que se podía leer en la pancarta que ha presidido el acto. 

La Red Granadina por el Refugio y la Acogida no ha olvidado recientes acontecimientos que "atentan contra el trato digno y el respeto de los derechos fundamentales, desprotegiendo y criminalizando a las personas más vulnerables", como: 
  • "El encierro ilegal de más de 500 personas recién llegadas a nuestras costas en la cárcel de Archidona, que viola incluso el propio Reglamento de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Entre las personas encerradas había menores de edad, y las pésimas condiciones de alojamiento y las deficiencias en la atención provocaron varias revueltas. La falta de transparencia por parte del gobierno ha sido absoluta, hasta el punto de que se ha archivado la investigación sobre una muerte ocurrida en su interior, el supuesto suicidio de uno de los hombres que participó en una protesta".
  • "El abandono en la estación de autobuses de Granada de decenas de inmigrantes que habían llegado por vía marítima a las ciudades costeras de Motril y Almería. El hecho tuvo lugar el pasado 16 de diciembre y fue una muestra clara de la situación de indefensión en que se encuentran las personas que, sin información ni medios para subsistir, quedan en pleno invierno en situación de calle. Sólo una veintena encontró refugio en la casa de los Padres Combonianos, que han asumido la labor de atenderlos adecuadamente y de cubrir sus necesidades".
  • "Las continuas muertes de personas en el Mar Mediterráneo. Sólo durante el mes de enero se ha contabilizado 213 personas fallecidas, 28 de las cuales se ahogaron en la ruta hacia España. A ello hay que añadirle que 7 personas murieron también frente a la costa de Lanzarote el pasado 15 de enero".
  • "La criminalización de la asistencia humanitaria y de la defensa de los Derechos Humanos. Helena Maleno, activista radicada en Tánger, está a la espera del fallo judicial tras haber sido acusada en Marruecos de fomentar el tráfico de seres humanos. Consideramos que es sumamente grave la criminalización de una mujer que ha ayudado a salvar miles de vidas y realiza una importante labor de denuncia ante las constantes violaciones a los Derechos Humanos en la Frontera Sur".
Estas situaciones son, han denunciado, "consecuencia de una política migratoria represiva, que obliga a miles de personas a jugarse la vida para tratar en encontrar un futuro en condiciones más dignas. Por ello, exigimos una vez más que se creen vías alternativas para migrar de forma segura, para que aquellas personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares encuentren esa 'paz con justicia' que reivindicamos".

sábado, 27 de enero de 2018

CCP: Nuestra historia: Del Nacionalcatolicismo al Postcristianismo. Las Comunidades de base en España y la teología de la liberación. Santiago Villamayor Lloro. Voices 2017


Historia de nuestras Comunidades Cristianas Populares. ¿De dónde venimos y dónde estamos?

Este es un artículo que se encuentra dentro de un monográfico sobre la Teología de la Liberación en Europa, que puedes encontrar aquí: http://eatwot.net/VOICES/VOICES-2017-2.pdf

Del Nacionalcatolicismo al Postcristianismo. Las Comunidades de base en España y la teología de la liberación.  Santiago Villamayor Lloro. Voices 2017

 Resumen:
La Teología, mejor, la praxis de liberación latinoamericana, llegó a España a finales de los años 1960 y tuvo su momento más intenso en las décadas de los años 1970 y 1980. Coincidió con la lucha antifranquista y la transición a la democracia. Un proceso de liberación política, cultural y religiosa que abarca desde el nacionalcatolicismo hasta el humanismo laico de hoy día. Su fruto más destacado es el surgimiento de las comunidades de base animadas por el testimonio de los mártires y testigos de las comunidades latinoamericanas. En los años 1990 y sobre todo en el siglo XXI la posmodernidad y la globalización, la inflación hipertecnológica y la secularización modularon el impulso liberador de las comunidades hacia una solidaridad internacionalista

Introducción: 
La Teología de la Liberación es la consecuencia más honesta del Vaticano II, nacida en parte en las catacumbas romanas1 y marginada por la curia romana desde ese mismo momento. Todo el poder y el peso de la gran Basílica de San Pedro caerían a plomo en los años siguientes sobre ese subsuelo evangélico. Pero la iniciativa prendió con fuerza en la religiosidad popular latinoamericana animada por los “misioneros y misioneras” que habiendo ido a evangelizar fueron más bien evangelizados. La expresión más relevante de esta renovación fue la formación de un gran movimiento de doble militancia, cristiana y política, en forma de pequeñas comunidades. 

En las fronteras de la misma Iglesia, muchos catequistas, personas religiosas y sacerdotes se acercaron a los pobres, indígenas, chabolistas y campesinos que se ganaban el pan con dificultad, y que por sus protestas perdían la vida con facilidad. El martirologio latinoamericano muestra la radicalidad y la santidad con que se asumió el seguimiento de un Jesús de Nazaret, siempre nuevo, pobre y subversivo, profeta al servicio del pueblo.


En España el ejemplo latinoamericano cundió rápidamente sobre todo entre los cristianos esperanzados por el Concilio. Eran los sectores que se iban desgajando de la ortodoxia y el concubinato político con el Régimen franquista; una pequeña burguesía de religión sincera, trabajadores de la industria de religiosidad todavía muy rural, profesionales liberales, estudiantes contestatarios, y los restos de la izquierda que perdió la guerra y que no por eso habían renunciado a su cultura cristiana. Se originó entonces una dinámica de acercamiento a la “clase obrera”, de proletarización y de vecindad en los barrios. El misticismo revolucionario se abría paso inspirado en el Éxodo y los Profetas. 


En el presente artículo analizamos primero y en general las aportaciones de la Teología de la Liberación en nuestro país. Luego exponemos la trayectoria de las comunidades. Los epígrafes responden a los títulos de algunos libros que marcaron su evolución. Se corresponden aproximadamente con las décadas de los últimos casi 50 años, pero es difícil precisar porque no hay fronteras determinadas. Es un continuo quizás artificialmente pautado. Estos grandes momentos son: el descubrimiento del compromiso temporal bajo la influencia del Vaticano II (1), la creación de las comunidades de base como alternativa a la gran y poderosa Iglesia (2), la irrupción del Tercer Mundo, el Sur, en la mirada cristiana (3) y finalmente el momento actual de deconstrucción y reinvención del mensaje cristiano ya convertido en una supra ética universalista (4).2 


1. Influencias de la Teologia de la Liberación en España 
“Marx y La Biblia”3 
“No te harás imagen alguna de Dios, escucharás su clamor”.

Este libro de José Porfirio Miranda no es el más importante de la TL pero sí uno de los más decisivos en las comunidades. Llamativamente situaba a la justicia interhumana como principio ético común al marxismo y al cristianismo. “La fe es creer que este mundo tiene remedio”. El análisis marxista de las alienaciones y la interpretación materialista de la historia comenzó a ser la mediación que la teología necesitaba para salir de las etéreas y desprestigiadas interpretaciones metafísicas. Se descubría así un “amor más universal y por tanto más divino” que el de la atención a las clases influyentes cuyo Dios se sienta a “la mesa del patrón”. La sociología marxista y la revolución de los cristianos se situaban así en el ojo del huracán eclesiástico y político. 


Con este acercamiento estructural a los pobres surge también un nuevo paradigma, una sincera clave de interpretar la realidad, muy sencilla y muy poderosa a la vez: que no es el pensamiento el que determina la manera de ser o vivir, sino que es la existencia real, la condición social, la que determina el modo de pensar y por tanto de actuar. Parafraseando nuestros refranes, el “dime con quién te codeas y te diré qué evangelio escribes”


Este paradigma, esta praxis de la TL, vino para quedarse definitivamente. Impregnó la experiencia cristiana de tal modo que hoy, a pesar de la profunda transformación de las sociedades, todavía persiste, aunque con nuevos modos de expresión: con menor radicalidad quizás, pero con mayor extensión4. Una gran parte del ideal democratizador que prima en tantos países e instituciones es un fruto diferido de la opción preferencial por los pobres que sitúa las políticas de redistribución, de cooperación y de ayuda a la dependencia en las agendas políticas. Hoy se es más solidario que hace años. El consensuado mantenimiento de los servicios públicos con nuestros impuestos es bastante más generoso que la imposición medieval de los diezmos por parte de la Iglesia.


Y decimos también que esta teología vino para reconciliar a la Iglesia con la izquierda, pues hasta los años 1960 la exclusiva del catolicismo la tenía la derecha. Vino para hacer de puente entre la sinceridad del catolicismo en algunas familias y los “héroes rojos”, perdedores de la guerra. Si bien el episcopado y la jerarquía en general, y muy a pesar del Papa Francisco, todavía se resiste a ello. 


También vino para construir el istmo de un humanismo liberador universalista. Un movimiento que asume y supera las religiones y las ideologías, el teísmo y el ateísmo, y que une a “griegos, judíos y gentiles” en una convocatoria plural e indefinida interpretada por las comunidades bajo las metáforas del Reino y del Padre. Es decir, animada por el cielo estrellado de la fraternidad universal, y movida por la memoria de la más bella “buena voluntad” en nuestro interior (Kant). 


2. Trayectoria de las comunidades de base en España 
“Creer es comprometerse” 
La ruptura con el nacionalcatolicismo, ca. años 1960 y 1970 

El nacionalcatolicismo fue el movimiento simbiótico construido entre el Régimen franquista ganador de la guerra civil y la Iglesia española defensora de los valores más tradicionales del catolicismo y legitimadora de dicha guerra civil, a la que calificó de Cruzada. De corte fascista, impuso una manera de vivir y de creer propias del “valle de lágrimas”, marcada por la resignación y el silencio ante las atrocidades posbélicas.


Una dictadura católica. Una “triple alianza”: del ejército golpista, el poder económico beneficiado por la guerra y la Iglesia anticomunista y tridentina. Franco seleccionaba el nombramiento de los obispos y entraba bajo palio en las Iglesias. La jerarquía a cambio se sentaba en las Cortes y permanecía erguida en los actos oficiales. 


El fiel católico va pasando del catolicismo burgués, centrado en el culto, en la salvación individual, en el moralismo, sobre todo sexual, y en el “otro mundo” –ganado por la reiteración mágica de los sacramentos–, a un cristianismo de solidaridad entre hermanos, que buscan juntos una liberación de sus condiciones de vida y su dignidad. Un tránsito vivenciado conjuntamente en el seno de una comunidad.


Por eso casi se puede decir que fue un milagro salir de esa cerrazón. Pero el milagro se dio. Y sobre todo en los años 1960 donde concurrieron circunstancias muy decisivas y variopintas que luego comentamos. Sobre todo, el descubrimiento de la pobreza extrema en los barrios periféricos a raíz de las misiones catequéticas. “Una chabola en Bilbao”, de José Luis Martín Vigil expresa muy bien la concienciación experimentada ante el desamparo y la injusticia de los suburbios. 


En este divorcio con el régimen tiene un lugar destacado el padre José María de Llanos, el monseñor Romero español podríamos llamarlo. Y con él los otros dos José Marías: José María González Ruiz, párroco de barrio y canónigo de la catedral de Málaga, que fue quizás el teólogo espa- ñol más influyente en el Vaticano II, y autor del libro que da título a este apartado. Y José María Díez Alegría, hermano de dos destacados generales del ejército ganador, y compañero de Llanos en el Pozo del Tío Raimundo. 


El Padre Llanos pasó de dirigir los ejercicios espirituales a Franco, a la barriada más pobre de Madrid, el citado Pozo del Tío Raimundo. Allí se enroló con los trabajadores y sus luchas e ingresó en el sindicato Comisiones Obreras, y posteriormente en el Partido Comunista. Fue un escándalo para el régimen y una locura de fe de gran impacto en el naciente cristianismo popular de las comunidades. Otro jesuita siguió pasos parecidos: “Paco el Cura”, Francisco García Salve, hijo de guardia civil asesinado por los anarquistas, peón de la construcción y después abogado laboralista. Llegó a ser miembro del Comité Central del Partido Comunista y de la dirección de Comisiones Obreras, y como tal, condenado en el famoso «proceso 1001» de 1973. Estas conversiones más llamativas no ocultan la extensa ola de renovación en el “laicado”, hasta entonces “clase de tropa”, y que ya empezaba a ser valorado por algunos teólogos como Yves Congar

Otros factores menos “espirituales”, de naturaleza cultural o circunstancial, contribuyeron a crear el clima de apertura que permitió el cambio. El desarrollismo, el turismo y la televisión entraron también con el soplo del Espíritu y abrieron las puertas de la corporalidad y el apego a la tierra; el movimiento hippy alimentó el amor libre y a la naturaleza. Llega a España la obra de Wilhelm Reich que invita a la “revolución sexual”, y ayuda a desinhibir los miedos y acelera el inconformismo y la revolución política. La pequeña burguesía se pone la minifalda y los vaqueros, o los pantalones-campana como los Beatles. Es la “década prodigiosa”. En Europa se prepara el “Mayo del 68” y en EEUU estalla la contestación a la guerra del Vietnam. En Cuba triunfa Fidel y en España los seminarios entran en ebullición

Comienzan las primeras exclaustraciones hacia el compromiso social y los movimientos apostólicos. La HOAC y la JOC se acercan a las malas compañías de la subversión marxista. Los “curas obreros” se insertan con gran sacrificio en el trabajo manual asalariado. Equipos de religiosos y religiosas, forcejeando con sus superioras, dejan los colegios y residencias y se van a vivir a pisos compartiendo vecindad, mercado y calle como todo quisque. Se ceden los locales parroquiales a la lucha obrera, entonces clandestina, y sus ciclostiladoras imprimen más octavillas que hojas parroquiales. La “Palabra de Dios”, la buena semilla, ya no se deja con devota parsimonia en los bancos de la iglesia, sino que se lanza con rabia sobre las calles, de madrugada. Y en este contexto entra de lleno la Teología de la Liberación. Y se forjan las comunidades de base y otros grupos similares. 

Tanto en Latinoamérica como aquí fueron momentos de mística mesiánica. Jesús era un revolucionario como el Che, como Fidel, como incluso entonces Daniel Ortega. Y la comunidad cristiana algo como Solentiname. Y si se tenían reticencias ante el marxismo, se tomaba como ejemplo la no violencia de Gandhi o de Martin Luther King. EEUU era el Leviatán capitalista. El sueño revolucionario se crecía con el antiimperialismo y miraba con admiración la revolución de Mao. Creer era comprometerse, participar en las luchas obreras y vecinales, y celebrar la memoria subversiva de Jesús de Nazaret. Cantar con Atahualpa Yupanqui, que nadie escupiera sangre para que otros vivieran mejor. 

De las dos grandes corrientes de la teología de la liberación, la de los “curas villeros”, más centrada en la historia y la cultura del pueblo, representada sobre todo por Juan Carlos Scannone –compañero y profesor del también jesuita Jorge Mario Bergoglio, futuro arzobispo de Buenos Aires y actual papa–, no tuvo una presencia tan importante en España o al menos no la conocimos en las comunidades con tanta intensidad. La herencia marxista de nuestra contienda civil nos predispuso para entrar, aunque no sin reservas críticas, en la perspectiva de la “lucha de clases” y de la “hegemonía del proletariado”. 

En las facultades de teología, además del marxismo, se enseñaba el psicoanálisis y el evolucionismo de Teilhard de Chardin. Se leía a Camus, a Sartre, a Simone de Beauvoir. Con Robinson y su “Sincero para con Dios” nos acercamos a Bonhoeffer y Tillich. En las comunidades y sus grupos de formación se divulgan estos escritos y se lee directamente a los teólogos más pastorales. A Hélder Câmara, a Garaudy, a Girardi, a García Nieto y a Comín, que inician en España el movimiento de “Cristianos por el socialismo”. Proliferan los cuadernos de formación como la Teología Popular de José María Castillo, las revistas de la HOAC, “Noticias obreras” o “Exodo” y “Utopía”, ésta ultima de nuestras comunidades. Julio Lois, Tamayo, Casaldáliga, Ivone Gebara, González Faus, y los cuadernillos de “Cristianismo y Justicia”, por poner ejemplos, continuarían posteriormente esta pedagogía de la liberación. Los poemas de Cardenal o las canciones de Víctor Jara, Violeta Parra, Carlos Mejía Godoy y luego Silvio Rodríguez o Pablo Milanés, entre otros, nos transmitieron muchas veces más teología que muchos escritos académicos. 

“La alternativa cristiana” 
Las comunidades cristianas de base, ca. años 1970 y 1980 

Las comunidades cristianas de base tienen su apogeo en estas dos décadas. Ya hemos citado sus rasgos principales. El libro, de José María Castillo cuyo título encabeza este epígrafe representa muy bien lo que se buscaba. Una alternativa a la Iglesia tradicional. Un reinicio del cristianismo desde el pueblo, pero sin salirse de ella. Nos situábamos en una pertenencia crítica. Buscábamos ser “otra voz de Iglesia” y compensar la excesiva locuacidad derechona de la jerarquía, que casi siempre dejaba en mal lugar el evangelio. 

La evolución de nuestras comunidades discurre muy paralela con las de Latinoamérica, allí con mayor dureza y represión, aquí con mayor admiración por su valentía y continua persecución, por el vigor de sus teologías, arrancadas de esas experiencias y martirios. El asesinato de Monseñor Romero en 1980 fue uno de los hitos más importantes, por lo que significaba como ejemplo de conversión al evangelio de los pobres desde una alta esfera de la Institución. Su muerte dio lugar a los Comités Oscar Romero, que llevaron la teología de la liberación por todo el mundo. Algo similar ocurrió con el asesinato de los jesuitas y las dos personas que les ayudaban en El Salvador.

 “En 1969 tiene lugar un acontecimiento importante en el movimiento comunitario cristiano. Se celebra en Valencia la primera Asamblea peninsular de comunidades cristianas. Este hecho supone la consolidación de esta experiencia comunitaria en la Iglesia y en la sociedad españolas”.5 Y en 1973 surge el proyecto de “Iglesia Popular” que cristaliza en la elaboración de unas bases comunes que obtienen su ratificación en el primer Encuentro de Comunidades Cristianas Populares (CCP) del estado, en Madrid en 1976. No son las únicas comunidades de base, pero sí las más relevantes.

 Esta primera etapa de las CCP se caracteriza por la militancia y la beligerancia social y política. Por la crítica a la Iglesia Institución y, cómo no, por la clandestinidad, pues también las parroquias y los centros obreros cristianos son vigilados y denunciados. En 1974 se produce la revolución democrática de los claveles en Portugal y el efecto se contagia. El golpe de estado de Pinochet supone sin embargo un asomo de desilusión, como lo sería después la involución nicaragüense. 

A principios de los años 1980 se desatan dos debates en las comunidades, uno sobre la presencia o no en las instituciones políticas, recién alcanzadas por la izquierda, y que descabezaron las organizaciones populares. Parecía que el trabajar desde dentro de las instituciones era una traición a la movilización en la calle. Las comunidades se resintieron de la polémica y dado que, en general, se decantaron por las posiciones más idealistas, se produjeron algunos abandonos de la militancia más moderada. En lo relativo al otro debate, sobre nuestra adhesión o no a los comunicados de carácter político, hubo más unanimidad. Dado que se pertenecía a diferentes grupos políticos se prefirió no firmar nunca como comunidades cristianas, salvo los documentos genéricos de carácter humanitario. 

A finales de los 80 se inicia una época de trabajo menos llamativo y más eficaz por su escala institucional. Gobernar es otra cosa. En las comunidades se va extendiendo poco a poco un clima de desencanto y de desierto. Más cuando Juan Pablo II ha torcido ya el espíritu del Vaticano II y ha reprendido y humillado a la teología de la liberación en la persona de Ernesto Cardenal en su visita a Nicaragua. España entra en una época de prosperidad económica que va ampliando las clases medias y con ellas un talante más conformista. “Contra Franco vivíamos mejor”, se solía decir.

 “¿Y el sur?”
 La cooperación internacionalista, ca. años 1990 a 2005 

Este breve título de una humilde revista de la ONG “Acción Solidaria Aragonesa” representa una de tantas iniciativas de liberación de carácter internacionalista, y es significativo de la evolución de las praxis de liberación, del momento globalizador y de mestizaje que empieza a darse por la inmigración. El cristianismo de la liberación se despliega en nuevos movimientos sociales y en la pre-política mundialista. Las miradas se dirigen al SUR. Las acampadas por el 0,7 en 1994 pueden considerarse como un hito en la irrupción de esta nueva militancia. También en ese año empieza a andar “Mujeres y Teología” en los cauces del movimiento feminista.

Estos años 90 son por tanto de resistencia y de solidaridad reorientada. Se produce una nueva crisis cíclica del capitalismo y el paro afecta a las familias de las comunidades; el cuidado de los hijos preadolescentes y de los mayores empieza a sustraer tiempo de las causas populares. 

La caída del muro de Berlín y con ella el desprestigio de los países del socialismo real finiquita la revolución entendida al modo clásico y abre la puerta al pensamiento único y a la globalización. Fukuyama publica “El fin de la historia” para confirmar el triunfo del capitalismo. Pero paralelamente surgen también los movimientos antiglobalización, los foros sociales y el altermundismo: la Cumbre de Rio en 1992, las protestas de Seattle en 1999 y el primer FSM en Porto Alegre en 2001, organizado por ATTAC y el Partido de los Trabajadores de Brasil. 

Poco a poco también una nueva cultura se va imponiendo, la postmodernidad. La liberación compite con el gusto por la vida y las costumbres se liberan de la religión. Las relaciones son más efímeras y lejos queda esa cultura rural del vecino que es como de la familia. El individualismo, la soledad y el anonimato se expanden por las ciudades cada vez más cosmopolitas. Se consolidan los rasgos que posteriormente resumirá Bauman en “La sociedad líquida”. 

Las comunidades abordan estos momentos de contrariedad con múltiples iniciativas. Revisión de sus bases identitarias, grupos de formación y de oración, jornadas estatales de reflexión. Cada encuentro estatal se convierte en un motivo de esperanza y una voluntad de reanimación, aunque prima la nostalgia del profetismo de antaño. Sin embargo, la mirada se universaliza y el rescoldo se aviva con el auge de las ONGs. El pluralismo crece la inmigración, la preocupación por la identidad se diluye y se va creando una atmósfera de convergencia por la justicia. 

A lo largo de los últimos años del siglo XX algunos planteamientos teológicos adquieren especial importancia. Crece el interés por encontrar nuevos símbolos, agotados los clásicos sacramentos. La desafección ante la Iglesia es cada vez mayor y la función del sacerdote ha dejado ya hace tiempo de ser reconocida. Las comunidades se sienten mejor en una sociedad laica, más sinceras en las manifestaciones que en el culto. La celebración de la eucaristía se renueva completamente. Es algo de toda la comunidad: reflexión, oración y tentempié en recuerdo de la cena de despedida de Jesús. No son Pascuas judías ni cristianas, ni mucho menos sacrificios redentores, y las mujeres empiezan a presidir. Poco a poco se pierde el carácter sagrado, se valora más el talante común que nace en el compartir la acción social, y la preferencia por los pobres. No hay consagraciones ni liturgias. Son nuevos símbolos vinculados a la gratuidad y al amor desinteresado sobre todo de carácter cívico. Y ya muy recientemente las comunidades se centran en la ayuda a los inmigrantes y la acogida de los refugiados. 

Con las nuevas tecnologías informacionales, las redes sociales y los móviles, el activismo social crece en el mundo virtual y se proyecta sobre la realidad. Las nuevas tecnologías, las neurociencias y la robótica anuncian un mundo todavía más contradictorio con los viejos relatos bíblicos y emancipatorios. La TL, que había eclipsado los problemas metafísicos y existencialistas, vuelve a encontrarse con las cuestiones radicales de la finitud y la limitación, ahora pasadas por el tamiz de la vida real y colectiva: ¿Otro mundo es posible? ¿Cuánto nos durarán las conquistas populares? (“No hay revolución que 50 años dure”). ¿Qué o quién garantiza que el mundo tiene remedio? La opresión y la injusticia son vistas desde la óptica del tradicional problema del mal, y el paraíso comunista o comunitario entra en la incertidumbre del misterio y el enigma. El pluralismo religioso pone sobre el tapete la relatividad de las respuestas religiosas. La fe que busca entender se siente sola e insegura. Los cristianos, ya no tan de la base, son ahora compañeros de viaje de agnósticos activos y anateístas6. 
“Otro cristianismo es posible” 
La pos-religión y el humanismo universalista. Desde ca. años 2005 hasta hoy.

El cristianismo se ha renovado siempre. Y tantas veces como se ha degradado, generalmente por causa del poder, llámese riqueza, autoritarismo o egocentrismo, otras tantas veces han vuelto los profetas. Pero ahora la crisis y su mutación parecen más profundas. Afecta a aspectos muy sustanciales de su credo, incluso de lo que se creía que era el mensaje originario del Evangelio. 

Las coordenadas o paradigmas que rigen el mundo han cambiado profundamente. La globalización de la pobreza se manifiesta en una gran brecha de desigualdad entre el 1% del poder financiero y el 99% de desposeídos. El planeta entero entra en los límites del riesgo extremo. Y por otra parte la inteligencia artificial y la ingeniería genética, los bigdata, etc., parecen querer llevarnos al borde del “transhumanismo”, del ser inteligente artificial.

En este panorama muchos se atreven a decir que estamos en una nueva época axial. En una fase convulsiva de metamorfosis que en el caso del cristianismo se traduce en una deconstrucción del gran relato de la Salvación y en un incipiente vuelo de la mariposa hacia la convergencia humanitaria. Las comunidades ya no respiramos al ritmo de los grandes acontecimientos salvíficos enunciados en la primera teología paulina. La Biblia es para nosotros una gran metáfora, no tiene razón, sino alma de liberación. La Creación, el Pecado, la Encarnación, la Redención o la Resurrección y la Vida Eterna… no son secuencias de una gran epopeya histórica. Son símbolos de las constantes existenciales de la condición humana y de la llamada a la fraternidad. 

Las obras de Lenaers, Spong, Knitter, Hick y otros, están siendo conocidas en las comunidades gracias a los servicios Koinonia, su biblioteca Relat y los sucesivos encuentros con José María Vigil en sus visitas a España. Es el último paso hoy por hoy de la influencia de la TL en las comunidades. Estas lecturas nos provocaron en un primer momento un desconcierto duro y doloroso, pero hemos remontado a un nuevo paradigma pos-religional y supra-religional que nos produce alivio y un nuevo animo en la liberación. Es la gran onda de la maximización del amor cívico que se expresa con toda su pureza cuando abraza a los más desfavorecidos.

Apéndice. La espeleología de la esperanza “…

Y llegaron tiempos oscuros en que todas nuestras conquistas fueron destruidas por las hordas de ciegos mercenarios al servicio del poder del dinero. Una vez más la esperanza tuvo que buscar refugio en la cueva más honda para evitar que la codicia la arrasara borrando su memoria; y hubo que guardar silencio, lejos de las cosas, de manera que el silencio nos devolviera la conciencia sencilla del amor y el sentido cabal de la palabra” (Fragmento de poema encontrado en las ruinas de Babilonia, junto a la puerta de Ishtar). 

Éste iba a ser el título para este artículo, “La Espeleología de la esperanza”, pero me pareció muy llamativo. No así aquí, como epígrafe de un apéndice. Uso este término, “espeleología”, muy intencionadamente porque la tarea que se nos pide es de indagación y creatividad. Porque la “teología” se debilita a la par que crecen la antropología y la sociología de las múltiples trascendencias humanas. Como tales apuntan a lo absoluto, sin llegar a tocarlo ni mancharlo. Y nos tenemos que acostumbrar a seguir en la caverna tratando de salir. Somos incomprensión y limitación, carne de relatividad que dice Dios, Libertad. Somos humanidad escindida por la injusticia a la espera de una integración fraternal. 

Uso este término también porque la esperanza no puede ser sino atractiva. ¿Cómo entusiasmarnos con lo que nos desborda si se anuncia desde un sufrimiento obligado o la impotencia de una “misión imposible”? 

Vamos a indagar pues por los recovecos de la compleja injusticia de este capitalismo tardío, financiero y destructor, a buscar soluciones económicas y de pacificación, vamos a mirar en las vetas de la contingencia para descubrir rendijas de libertad duradera. La espeleología es una bella labor de descubrimiento que requiere luz potente en el “casco”, intenso suspense y arriesgado trabajo.

La fe que nace entre los pobres se llama esperanza. El poderoso vive en la seguridad de los cielos luminosos, conoce a Dios, sabe quién es y lo llama por su nombre, porque está con él. El pobre siente su ausencia, anda a oscuras y lo espera y ama sin razones suficientes. La Praxis de la Liberación, ha abierto unas vetas en la caverna humana de profunda fe y compasión activa, cada día más anchas.

Notas:
1 El Pacto de las Catacumbas (1965) promovido por Hélder Câmara fue el primer compromiso sincero de la Iglesia al servicio estructural de los pobres, la semilla de la Teología de la liberación. 
2 Estas fases se exponen intuitivamente en el cronograma elaborado por Comunidades Cristianas Populares en Aragón. Véase: http://ccparagon.pangea.org/quienessomos/historiaccp.gif 
3 “Una de las mejores obras de los orígenes de la Teología de la Liberación. Porfirio Miranda no aparece, en primera instancia, en la mayoría de listas de padres fundadores de la Teología de la Liberación. En general, el primero que siempre se cita es Gustavo Gutiérrez, luego Hugo Assmann o Juan Luis Segundo, y también a Leonardo Boff”. Alberto Macko en Revista de Teología Crítica. Disponible en https://goo.gl/htfmZn  
 4 Santiago Villamayor, “Las Comunidades Cristianas Populares, sequía o desbordamiento”, en: https://goo.gl/VH2wGj Disponible también con otros documentos similares en el blog: http://redesreto10.blogspot.com.es/ 
 5 Jesús Gil García, tesis doctoral: La Teología de las Comunidades Cristianas Populares. Libros Certeza. Zaragoza 2007, pp. 24 y sigs. 
6 Término utilizado por Richard Kearney (Anatheism, Columbia University Press, 2009) para indicar un regreso a Dios después de Dios. Esa actitud de búsqueda de “algo más” que la revolución o la religión no dan y que la ciencia tampoco puede responder. La situación en que se encuentran tantas personas en el exilio de su antigua religión, en los umbrales de la mística oriental o en su desconcertado compromiso o apuesta moral sin justificaciones definitivas. Un giro hacia la secularidad sagrada de la liberación. 

martes, 16 de enero de 2018

CCP-Granada: Nuestra mayor gratitud a nuestro amigo Pepe Castillo.


Para las Comunidades Cristianas Populares de Granada Pepe Castillo además de nuestro teólogo de cabecera, inspirador, compañero y maestro es nuestro amigo. Desde los años setenta y la Teología Popular hasta nuestros días hemos compartido caminos, a veces muy duros, luchas, utopías y esperanzas...
Que el Papa Francisco le llame por teléfono agradeciendo su labor nos parece un gesto al menos de restitución y apoyo por tanta persecución y castigo, especialmente del ¿Santo? Juan Pablo II y sus secuaces...Benecicto XVI alias Ratzinger  y cía. 
El siguiente paso capital sería la pública rehabilitación de tod@s los teólog@s poscritos y apartados de sus cátedras, ministerios y ....
Desde este humilde blog queremos AGRACEDER A PEPE CASTILLO el privilegio de haber compartido tanta Vida junt@s, acompañándonos,  desde el afecto y la amistad profunda. 





















Esta foto es de la clebración en CCP-Granada del día en que la Universidad de Granada nombró Doctor Honoris Causa a nuestro amigo y compañero de caminos Pepe Castillo el 13 de Mayo de 2011.

Reproducimos a continuación la semblanza de Jose Mª Castillo que hace nuestro compañero Juan Cejudo de las CCP de Cádiz:
(Juan Cejudo- CCP Cádiz).- Me ha parecido un gesto de gran relieve por parte del Papa Francisco la llamada telefónica que ha hecho al teólogo granadino José Mª Castillo. Vamos a decirlo claramente: José Mª Castillo, para los papas anteriores, había sido un teólogo "maldito". Uno de los cerca de 600 teólogos sancionados por los papas anteriores y la Congregación del Santo Oficio.
Desde la década de los 80, José Mª Castillo ha venido sufriendo sanciones por parte del poder religioso. Le destituyeron como profesor de teología en la facultad de Granada, al retirarle las autoridades la venia docendi. Sanción que también sufrieron los teólogos Benjamín Forcano y Juan Antonio Estrada.
Hace 10 años, abandona la Compañía de Jesús a la que había dedicado toda su vida.
Ha seguido impartiendo conferencias y clases por medio mundo, escribiendo libros y artículos y acudiendo a innumerables actos de donde se le ha reclamado por su gran valía. Pero por parte de autoridades religiosas sólo había recibido sanciones y represalias.
Y es que los pontificados de Juan Pablo II primero y el rígido control de Ratzinger al mando de la Congregación del Santo Oficio y más tarde del Papa Benedicto XVI, no eran tiempos favorables para los teólogos de línea renovadora, abierta, progresista.
Por eso esta llamada ahora directa, personal, del Papa Francisco ha tenido un significado de especial importancia que hay que valorar enormemente.
José María se ha debido sentir especialmente reconfortado por esta llamada que viene, de alguna manera a hacer justicia a tantos años de persecución a un cristiano cabal, a un sacerdote y teólogo fiel a los principios del Evangelio que tantísimo bien nos viene haciendo a muchos en tantas partes del mundo con sus publicaciones, sus libros, sus conferencias y artículos.
El siguiente paso de Francisco debería ser la rehabilitación de todos los teólogos anteriormente sancionados......




Del blog de José María Castillo.
 Y el Papa me llamó:.


Ayer, lunes 8 de enero, a las 20 h. y cuando menos me podía imaginar semejante cosa, sonó en el teléfono de mi casa una llamada sin número, de origen desconocido. Yo ni descolgué el teléfono. A los pocos instantes, la llamada se repitió. Venía del Vaticano. Y quien me llamaba era el Papa. Me puse nervioso. No sabía si aquello era una broma de cualquier insensato o quizá el reclamo de una agencia de publicidad.

Pronto salí de dudas. Era claramente la voz del Papa Francisco, que notó enseguida mis vacilaciones. Y me dijo con su voz clara y precisa: “Soy el papa”. Cosa que repitió dos o tres veces, ante mi evidente inseguridad, turbación…, ¿qué sé yo?

¿Por qué me llamó? Me figuro que todo se debe a una cosa muy simple. Hace unos días, en un Encuentro (celebrado en Madrid) de periodistas de asuntos religiosos, pude saludar a un importante amigo personal de Jorge Mario Bergoglio, que, en los pocos minutos que pudimos hablar, me aseguró que le llevaría en mano al Papa el último libro que he publicado, La Religión de Jesús. Comentario al Evangelio diario, para el presente año. El libro está dedicado al Papa Francisco. Y esto – me figuro yo – es lo que ha motivado la llamada papal. Aunque la verdad es que el Papa no me hizo mención alguna, ni de este libro, de ningún otro asunto.

Francisco fue derechamente –en los diez minutos que duró la conversación– a lo que él quería. Que fueron dos cosas. Primero: “Quiero agradecerle lo que Usted está haciendo por mí”. Cosa que me sorprendió, dado que bien poco es lo que yo puedo ayudar al Papa. Y lo principal que me dijo y en lo que me insistió varias veces: “Rece Usted por mí. Porque lo necesito mucho”. Me llamó la atención la insistencia del Papa en este ruego. Sin duda alguna, el Papa Francisco se siente necesitado y pide oraciones para que la fuerza del Señor le ayude a salir adelante.

El Papa es consciente de que lo que da de sí la condición humana no basta, para sacar adelante la mejor solución a la cantidad y gravedad de los problemas que entraña el papado en estos momentos. Si por algo se distingue el Papa Francisco, es no sólo por su cercanía a los más desamparados de este mundo, sino sobre todo por su identificación con los pesados problemas que agobian a tantos desamparados. Francisco lo siente así, sin duda alguna. Le sobran motivos al Papa para pedir ayuda, del cielo y de la tierra. Porque ha tomado en serio el proyecto de salir adelante, cargado –como vive– con el peso excesivo de la demasiada ternura.

José Mª Castillo

jueves, 11 de enero de 2018

Las CCP de Andalucía contra la xenofobia institucional.

COMUNICADO DE LAS COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES DE ANDALUCÍA (CCP) CONTRA CONTRA LA XENOFOBIA INSTITUCIONAL.
  
            Al igual que los patos, los flamencos, zorzales o renos, las personas desde siempre han emigrado. Buscan sobrevivir que es algo más que no morir. Y, si es posible, tener trabajo que les permita comer, tener un techo, un futuro, una dignidad.

            Se calcula que hoy día más de 500 millones de persona son emigrantes en el mundo, es decir, que viven en un país que no es el suyo. Emigrar es, pues, un fenómeno natural,  que se inscribe en la más antigua tradición humana de la salida  de las personas de su pueblo natal en busca de mejores condiciones alimentarias y climáticas. Sin embargo en los tiempos que corren este fenómeno natural se entiende como un problema y ante el posicionamiento de valorarlo o estigmatizarlo se ha optado por lo segundo. Esta es la encrucijada de España y de Europa: ¿Va a mostrar nuestro continente y nuestro país un liderazgo basado en su compromiso con los valores de los derechos humanos y la solidaridad, o van a optar por excluir a las personas refugiadas del acceso a una vida digna y segura, dando paso a las agendas nacionalistas y populistas?

            En esta disyuntiva los últimos y cercanos acontecimientos nos empujan a pensar que se está optando en nuestro país por la criminalización de las personas inmigrantes y por una notoria  xenofobia institucional. Así lo vemos y así lo denunciamos desde las CCP de Andalucía poniendo el énfasis en cuatro acontecimientos de nuestro entorno que lo demuestran y que  nos han afectado profundamente.

            En primer lugar en el encierro de medio millar jóvenes inmigrantes argelinos en un falso CIE, que en realidad era el centro penitenciario de Archidona, que debía convertirse  oficialmente en cárcel el 14 de marzo de 2017, según consta en el BOE, contraviniendo la legislación vigente que prohíbe ubicar  a estas personas en una cárcel. La gota de agua que ha desbordado la situación ha sido el suicidio del ciudadano argelino Bouderbala Mohammed, de 36 años, cuando como otros internos esperaba su deportación. Después de todo lo que hemos ido conociendo compartimos la voz unánime que pide el esclarecimiento de este suicidio, la reparación a su familia y el cierre de todos los CIES.

            Otro acontecimiento con tufo institucional xenófobo ha sido el abandono a su suerte de medio centenar de inmigrantes en Granada. Efectivamente, a finales del 2017, se da la paradoja de que el Ayuntamiento de Motril monta en un autobús a cincuenta y tantos inmigrantes llegados en patera y los abandona a su suerte en la estación de autobuses de Granada. Desubicados y confusos fueron alojados por los misioneros combonianos y una comunidad de religiosas, siendo falso que el Ayuntamiento les diera asilo como quiso dar a entender la concejala de servicios sociales. En lugar de un plan municipal o central de acogimiento las administraciones del PSOE y PP  aprovechan para dirimir sus responsabilidades.

            Otro brote del racismo institucional ha sido el caso de Pedrera donde una discusión de tráfico de tres varones rumanos con un vecino de Pedrera terminó  con una pelea y varias concentraciones contra los rumanos residentes, volcando varios de sus vehículos. En la concentración ante el Ayuntamiento, sin permiso del Subdelegado, estuvieron presentes algunos políticos significados del PSOE. Los sentimientos xenófobos, que se pusieron de manifiesto, pusieron en el ojo del huracán al cura y compañero Enrique Priego, que desde siempre puso a disposición las dependencias parroquiales para la acogida de las personas inmigrantes.

            Por último la falta de pudor institucional se ha hecho manifiesto en el enjuiciamiento de la cooperante Helena Maleno en Marruecos, a instancias de la policía española, acusada de tráfico de personas, cuando en realidad su único delito ha sido socorrerlas y salvarlas de una muerte segura en el mar como manifiesta la propia responsable de Salvamento Marítimo.

            Recordando el viejo relato bíblico  no entendemos  la opción por Caín de las políticas institucionales nacionales y europeas en menoscabo de Abel haciendo patente la encrucijada en que se encuentran: ¿Van a optar por un compromiso con los valores de los derechos humanos y la solidaridad, o van a optar por excluir a las personas refugiadas del acceso a una vida digna y segura, dando paso a las agendas xenófobas y populistas?

Desde las Comunidades Crtistianas Populares de Andalucía denunciamos la criminalización institucional de las personas inmigrantes y la solidaridad con ellas. La Xenofobia y el racismo institucional y animamos a la ciudadanía a desobedecer estas leyes injustas y mostrar la solidaridad, acogida y bienvenida con estas personas. Huir no es delito. Vías seguras y legales.

Comunidades Cristianas Populares de Andalucía
12 de Enero de 2018