miércoles, 8 de julio de 2015

Enrique de Castro, el cura de los obreros y marginados.

Publicado: 30.06.2015 23:16 |Actualizado: 01.07.2015 08:22
ICONOS DE LA IZQUIERDA

Enrique de Castro, el cura de los obreros y marginados

Ya está jubilado, pero el cura rojo de Vallecas sigue siendo un referente para quienes entienden el Evangelio “como la acción social” y la Iglesia “como un foco de militancia para que la gente sea dueña de su propia historia”.


Enrique, tras ser ordenado sacerdote, en su primera misa en el Sagrado Corazón de Ferraz en 1972. / ARCHIVO DE ENRIQUE DE CASTRO / SAN CARLOS BORROMEO

MADRID.- No deja de rebuscar algo entre sus cosas después de haber dejado en la nevera el relleno de las croquetas que ha amasado con un chorrito de brandy. “Es mi secreto”, revela. Son para la noche, para cuando la caída del sol permita cenar a sus compañeros de piso, chavales marroquíes en pleno Ramadán. De repente cae en la cuenta de lo que registraba: “Dejé de fumar hace 8 años y estaba intentado encontrar el paquete de Ducados”.

Un par de gestos que son metáfora de la vida de Enrique de Castro (Madrid, 1943). Una existencia de búsqueda insaciable de verdades entre los dogmas cristianos que le inculcaron desde muy niño, cuando estudiaba en el Colegio del Pilar con otros tantos popes capitalinos como Juan Luis Cebrián. Y de amasar con chorros de realidad una tradición religiosa que desde joven siempre puso al servicio de los que menos tenían.

Hijo de un aviador del Ministerio del Aire, a quien recuerda como el hombre honrado que le inculcó el sentido de la justicia, la educación religiosa y sus líderes de entonces, “que no eran políticos de izquierdas sino santos”, le animaron a convertirse en sacerdote. Pero los dos años de latín, griego, sotanas y vacas en la universidad de Comillas le hicieron aborrecer el seminario, “una fábrica de hacer curas” y se volvió a Madrid.

En la Universidad Complutense se licenció en Teología y Filosofía. Conoció el marxismo-cristianismo; la protesta estudiantil unida a la protesta obrera. Aprendió la marginación, la pobreza y las injusticias en los barrios chabolistas de Madrid en los que daba clase, “y escuchaba a los chavales”, exclama. “Y desperté a cosas que no había vivido. Fíjate –recuerda- que cuando yo era un niño a mí no me asustaban con el coco. A mí me decían:Duérmete que vienen los maquis”. 

En 1972, llegado el aperturista Vicente Enrique y Tarancón al arzobispado de Madrid,Enrique de Castro se ordena sacerdote y pide destino en Vallecas. “Llego al final del franquismo. El barrio, en el que todavía quedan colonias del movimiento, es refugio para el sindicalismo clandestino. Los curas se dividen en tres opciones: la de los jesuitas que tiraban para el Partido Comunista; los seculares que estaban con la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y una tercera opción de izquierdas sin militancia, en la que me incluyo”.

La evangelización política

En ese contexto, en el año 1973, Enrique y su compañero Fernando Carracedorevolucionaron el Alto del Arenal, cerca de estadio del Rayo Vallecano, con sus misas participadas, abiertas a la gente. “Era la una de la tarde de un domingo; habíamos colocado los bancos de la iglesia en semicírculo y, en el mismo plano, el altar, que desde ese momento se convierte en mesa. Yo leí el Evangelio y después dije: Decid lo que os parezca. El silencio se masticaba. Fue un silencio sepulcral”. 

Pero la reserva tardó poco en romperse, como poco tardó en correrse la voz de lo que estaba ocurriendo en la parroquia de Castro: el cambio de casullas por vaqueros, la retirada de las velas de a duro y el cestillo, la supresión de las misas de niños “porque no había que engañarles” o su confesión “porque los niños no pecan”. “En ese momento –resume– el Evangelio dejó de ser doctrina y moral para convertirse en acción social. Para convertirse en lo que es: la buena noticia de hacer que la gente coma, tenga agua o una vivienda digna”. 

No lo fue tanto para las autoridades que infiltraron policías en las celebraciones, que no misas, de San Pablo. Enrique comenzó a recibir las visitas de la Brigada-Político Social en casa. En 1975, con la lectura de la homilía del obispo Alberto Iniesta contra los últimos fusilamientos del franquismo, el entonces ya conocido como cura rojo de Vallecas conoció la DGS y la prisión de Carabanchel.
Enrique de Castro, con el teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff.
“Fueron hasta once veces a buscarme. Me tuve que esconder en Arganda. Al final me entregué; me llevaron a la Dirección General de Seguridad, a ese sótano tan tétrico donde me desnudaron. Me cacheaban una y otra vez hasta la humillación. Y si eso me hicieron a mí, que era cura, que no harían a otros en la DGS. Después me llevaron al Hospital Penitenciario de Carabanchel. A los cuatro días salí con una carta escrita de puño y letra deTarancón”.

“Con la llegada de la Transición –cuenta Enrique– se terminó una época que yo llamo la de la traducción política del Evangelio, porque es allí donde descubrimos la lucha por las libertades, por la justicia social”. La siguiente es la de la defensa de esa generación de los años 80 exterminada por la heroína y la de la lucha del cura obrero contra la persecución, la tortura e, incluso, los asesinatos de los chavales de la droga.

Las madres contra la droga 
Las quejas de algunos fieles y la oposición de algún compañero de parroquia por cobijar a los yonquis del barrio le obligaron a mudarse a San Carlos Borromeo, la Iglesia Roja de Entrevías. Allí creó la Asamblea de Madres contra la droga. “Eran mujeres que no entendían lo que les estaba pasando a sus hijos, que se culpaban entre ellas o a los hijos de las otras, hasta que las reuní y les expliqué: Tenemos que estar juntos porque nos están metiendo un gol”.

Además de la labor social con los chicos, la tarea de Enrique y de San Carlos se centró en la denuncia permanente. “En el año 85, durante treinta días, estuvimos denunciando en los medios los puntos de venta de droga; pero, por encima de eso, la connivencia y la corrupción policial que llevamos hasta el Congreso de los Diputados ante la pasividad de la Justicia”. También la del ministro José Barrionuevo, que se negó a recibirlos.

Evoca con especial dolor el caso de Miguel: “Un policía que amparaba la venta de droga en un pub del pueblo de Vallecas salió a perseguir a un grupo de chavales con el coche. De copiloto llevaba a un gitano armado con un palo. Después de arrollar a uno de ellos, cuando el chico estaba en el suelo, salió y le pegó un tiro a bocajarro. Lo mató”.

Y es el único que recuerda en el que el juez ordenase reconstruir los hechos y se condenase al policía a ocho años de prisión. “Lo habitual –asegura– era lo contrario. No te puedo contar las noches que yo he pasado en comisaría, los partes médicos falsificados después de las torturas, que eran sistemáticas en todas las comisarías de España”. Y refiere unas cuantas como la de la mesa, que consistía en atar las piernas de los detenidos en una mesa con el cuerpo colgando hacia atrás. “Les metían la cabeza en agua, les quemaban con cigarrillos, les daban corrientes eléctricas en los testículos, les hacían de todo”.
Delante de Enrique, la madre de Miguel, asesinado a bocajarro por un policía.
La penúltima pelea: contra el arzobispado de Madrid 
Desaparecida aquella generación, de la que Enrique habla en sus libros Hay que colgarlos yDios es ateo, San Calos Borromeo se volcó en la inmigración y en buscar casas, no para dar acogida sino para compartir con chicos sin recursos como los que hoy conviven con él. La parroquia se convirtió en hervidero de movimientos sociales con las Semanas de Lucha Social, que arrancaron con una protesta en la Catedral de la Almudena, y los encierros con insumisos, okupas, etc…. en lugares emblemáticos como la Bolsa o la Mezquita de Córdoba.

Pero las cosas habían cambiado en la Iglesia con la llegada al Vaticano del “conservador e integrista Juan Pablo II. Se cargó la teología de la liberación, pactó con Reagan la eliminación de los focos de sublevación en Latinoamerica. Y en España, eso se tradujo en el relevo del nuncio y el cambio de la iglesia de base que ahora forman los kikos, los Legionarios de Cristo y el Opus Dei”.

En la Iglesia Roja se siguen comulgando rosquillas “porque comulgar con la hostia es un doble acto de fe, primero hay que creer que eso es pan”, recuerda las palabras del teólogo de la liberación Leonardo Boff. Pero la aparición de Enrique en TVE hablando de homosexualidad o aborto, defendiendo lo absurdo del celibato o la desaparición del Vaticano y la publicación de su último libro, La fe y la estafa, colman la paciencia del ultraconservador Rouco Varela, que en el año 2006 anuncia el cierre de San Carlos Borromeo.

Hoy Enrique está jubilado y ha dejado la parroquia, que la presión social consiguió salvar del arzobispado, en las manos de otro buen pastor: Javier Baeza. Él pasa los días cocinando para los chavales con los que comparte piso y amasando, con buenos chorros de realidad, una evangelización que entiende como la transmisión de buenas noticias. Entre ellas la de que “en España se ha dado un salto saludable”, asegura en referencia al 15M y a sus derivadas políticas. No obstante anima el cura activista de Vallecas: “Las parroquias tienen que ser centros abiertos para la militancia de la gente. Si alguien tiene hambre, hay que darle de comer, pero debe ser la gente la que tome las riendas de su propia historia”. 

martes, 7 de julio de 2015

LENGUAJE NUEVO, TEOLOGÍA NUEVA

UN LENGUAJE NUEVO PARA UNA TEOLOGÍA NUEVA
(Reflexiones de una Comunidad Cristiana de Zaragoza)
A partir de la lectura de "Otro Cristianismo es posible" de R. Lenaers. 

Leyendo el libro de R. Lenaers (Otro cristianismo es posible) nos hemos fijado en la siguiente reflexión: “No hemos recibido nuestra fe para guardarla para nosotros mismos, cuidadosamente envuelta y enterrada con seguridad en el campo del pasado, sino para poderla esparcir y sembrar. Hoy, nuestra fe quiere decir esto, para que la cultura de la modernidad se compenetre  de ella de tal manera que pueda ser una imagen promisoria del reino de Dios. Para ello, la buena nueva debe ser traducida al lenguaje de la modernidad. De lo contrario habría que temer que no vaya a poder seguir siendo buena nueva”  (p. 243).

Por otra parte, en el evangelio de Marcos nos encontramos con el texto que dice:
“En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no? Jesús les contestó: ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto – lo nuevo de lo viejo- y le deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos” (Mc 2,18-22).

A partir de estas afirmaciones creemos que es necesario revisar el contenido de nuestra teología y espiritualidad, a fin de que el mensaje de Jesús de Nazaret, siempre nuevo, se viva y transmita en un lenguaje nuevo, correspondiente al momento histórico de modernidad en que nos encontramos. A tiempos nuevos (la modernidad), un mensaje nuevo (la Buena Nueva de Jesús de Nazaret), en un lenguaje nuevo (la nueva teología). Estas reflexiones son fruto de una experiencia de fe, amasada en nuestra Comunidad Cristiana Popular de Balsas-Zaragoza, a lo largo de nuestra trayectoria, en la cual nos hemos ido despojando de un modelo teísta  y heterónomo propio de otra época, y hemos ido reformulando nuestra fe en Jesús de Nazaret con un nuevo lenguaje teológico, más acorde con los signos de los tiempos actuales y con una espiritualidad laica.

Esta es también la sugerencia de la III Asamblea de REDES CRISTIANAS, celebrada en 2011 en Jerez de la Frontera, en el taller “Hacia una teología de la espiritualidad de las comunidades cristianas del siglo XXI”, preparado por las Comunidades de Murcia. En él se decía:

“Proponemos la plasmación de una nueva teología que enfrente los retos que la sociedad actual nos demanda que ha de ser: “más laical, menos masculina, menos occidental y más dialogante con las ciencias”. En esta línea  creemos tener una oportunidad de reformular, de reinterpretar, de recrear incluso toda la religiosidad en diálogo con la situación del hombre moderno. Muchos conceptos fundamentales han de ser reelaborados, y mucho lenguaje  ha de abrirse a un planteamiento más universal…. Por eso se hace necesario reescribir la teología, hay que recrear la espiritualidad, hay que reinventar la liturgia, hay que reencontrar la misión… porque las actuales formulaciones dependen de aquel viejo paradigma que ya no funciona. Hay pues una inmensa tarea por hacer. Se trataría de vivir en esperanza, confiando en el Espíritu que siempre empuja y todo lo renueva y nos anima a intensificar la vida”.

Para realizar este trabajo sugerimos una serie de temas que nos parece necesario revisar, a fin de adaptar su comprensión y enunciado a la modernidad. Solo así el mensaje cristiano será buena nueva en la actualidad.
A continuación presentamos la formulación negativa de cada tema y su posible enunciado positivo en la nueva teología:

-          La Sagrada Escritura: Los textos de la Sagrada Escritura no son palabras divinas, dictadas por Dios a los autores de los diversos escritos.
Son palabras humanas, manifestación de las experiencias sobre Dios  que han tenido diversas personas, pueblos y comunidades, con un lenguaje y estilo literario propios de su época. A través de estas palabras humanas se revela el Dios de Abraham, de los profetas y de Jesús de Nazaret, del A. y N. Testamentos.

-          Dios creador: Dios no ha creado el universo terminado, de una vez por todas. La evolución no es contraria a la acción creadora de Dios. No ha creado al ser humano para ser dueño y dominador. No ha creado el mundo sometido al ser humano, para que pueda utilizarlo a su antojo.
La divinidad está dentro del cosmos generando evolutivamente el misterio de la vida. Como dice J. Sh. Spong en su libro “Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo” (p. 204) “Dios es el Fundamento del Ser, la fuente de la cual todos los seres fluyen”. Él es la energía creadora del Universo en expansión, el principio y el fin. Dios sigue actuando y la persona humana está llamada a colaborar activamente en la evolución de lo creado. Dios nos ha hecho cocreadores. Dios actúa en la acción de la criatura y ésta actúa apoyada por la acción divina. La naturaleza tiene sus derechos que deben ser respetados y promovidos.

-          El Dios de Jesús: Dios no es una persona, un ser todopoderoso y santísimo, que vive en su mundo propio llamado cielo. No es el premiador de buenos y castigador de malos. No es el creador del universo de un modo definitivo.
El Dios de Jesús es el fundamento del ser humano y del cosmos, el fundamento de la existencia, la fuente del amor y de la vida. Como Jesús nos enseñó podemos llamar a Dios Padre y Madre. Su esencia es al amor del que brota todo amor. Es la última interioridad y profundidad del ser humano y del universo.
 “Dios, para mí, es el Fundamento de la Existencia, visible en el ser de todas las cosas vivas;  es la fuente de amor que encuentro en la capacidad de amar presente en toda criatura: y es la fuente de la vida que llama a todos, en todas partes, para la plenitud de la vida”, dice el obispo anglicano J. S. Spong, en el libro citado anteriormente, (p.163).

-          Jesús de Nazaret: Jesús de Nazaret no es un taumaturgo, hacedor de milagros, ni la segunda persona de la Santísima Trinidad. No es Dios.
Jesús es el hijo de María y José, el Hijo de Dios en cuanto que es su imagen. Es la humanización de Dios, la manera humana como el Dios trascendente se vuelve visible y cercano. Es el Cristo Liberador de toda opresión y esclavitud.

-          El mensaje de Jesús: No es la promesa de la felicidad eterna en el cielo contemplando la esencia de Dios, para quienes cumplan fielmente sus mandamientos y las normas de la Iglesia.
Es la proclamación del Reino de Dios, una vida digna y justa para todos, a realizarlo en nuestra historia, como Buena Noticia sobre todo para los pobres y marginados. Una invitación a construir la fraternidad universal. Es un mensaje laico, procedente de una persona laica.

-          María: No es la Madre de Dios, la Santísima Virgen, que concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo, a la que se le da culto y se le venera idolátricamente.
Es mujer del pueblo y madre de Jesús de Nazaret, fiel seguidora de su hijo y de su mensaje.

-          La muerte de Jesús en la cruz: No es el sacrificio aceptado por Dios para expiar el pecado original de los primeros padres y transmitido a toda la humanidad para reconciliarla con Dios. No es un sacrificio ofrecido a Dios en pago por nuestros pecados. No es por ello una muerte redentora.
Es el resultado de la condena religiosa y política de las autoridades de su tiempo contra Jesús de Nazaret, como castigo a su persona y a su mensaje del Reino por él anunciado e inaugurado.

-          La resurrección de Jesús: No consiste en la reanimación del cadáver, en la resurrección corporal, reafirmada por la ausencia de su cuerpo en el sepulcro y las apariciones a sus discípulos.
Es la expresión de la experiencia profunda que tuvieron sus discípulos de que continuaba vivo entre ellos, que estaba presente en su vida y en la de la comunidad, que Jesús era el Viviente.

-          La Iglesia: No es una institución vertical y patriarcal, organizada jerárquicamente, compuesta por clérigos y laicos, en cuyo vértice está el obispo de Roma, que ostenta los tres poderes (legislativo, judicial y ejecutivo), diferenciada entre los que enseñan (clérigos) y los que aprenden (laicos).
La Iglesia, Pueblo de Dios, es una comunidad de comunidades, integrada por hombres y mujeres, iguales en dignidad, seguidores del movimiento iniciado por Jesús de Nazaret, estructurada en torno al eje comunidad-ministerios, y horizontal en su funcionamiento. La comunidad de personas convocadas para entrar en la vida, en el amor, en la plenitud, en Dios.

-          La espiritualidad cristiana: No es la evasión a lo sobrenatural, aquella práctica y modo de vida que nos aliena y aleja de lo tangible y material. No es el sector interior de la existencia. No es el ámbito de actividad relacionada más directamente con Dios a través de la oración y de las celebraciones.
La espiritualidad es el estilo o talante que tiene la persona creyente de vivir el evangelio movido por el Espíritu de Jesús de Nazaret. Una forma de vivir coherente con el evangelio, asumiendo el proyecto del Reino de Dios, como proyecto determinante de la vida. Es una espiritualidad laica, consistente en la consecución de una vida digna y justa para todos y todas. Una espiritualidad no dualista, capaz de armonizar  la mística cristiana con el pensamiento silencioso del budismo e hinduismo, forjada de procesos nuevos de humanización.

-          La celebración de la fe: No consiste en ritos desprovistos de sentido y en un lenguaje desconocido. No son actos individuales a través de los que la persona entra en contacto con lo divino. No son acontecimientos a los que se asiste pasivamente, sin participación alguna. No son ritos clericales y patriarcales en los que no tiene cabida la mujer.
Son actos sociales y comunitarios, son actos festivos en los que se conmemora algo importante en la vida. Son hechos participativos en los que el hombre y la mujer tienen igual cabida. Son acciones festivas y comunitarias, en las que lo masculino y femenino es igualmente importante.

-          Los sacramentos: No son ritos eficaces de la gracia divina, dependiendo únicamente del cumplimiento de las condiciones establecidas. No son actos mágicos. No son hechos aislados de una vida creyente. No son actos individuales al margen de la comunidad de fe. No se agotan en los siete oficiales en la institución eclesiástica.
Son expresión de experiencias profundas de vida, celebraciones de los momentos importantes de la vida y de sus diversas vicisitudes. Son momentos clave de celebración de una realidad de vida. Son celebraciones comunitarias. Son impulso hacia el compromiso transformador de la realidad. Son signos creativos, cuya eficacia depende de su veracidad. Es necesario buscar nuevos signos hoy.

-          La Eucaristía: No es la celebración del sacrificio de Jesús en la cruz para redimirnos del pecado. No es un rito  mágico, presidido por el clérigo ordenado, en el que se convierte el pan en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre. No es un acto religioso al que se asiste pasivamente, sin participación alguna. “En la tradición católica los fieles participan del sacrificio de Jesús a través del sacramento, literalmente comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre. Canibalismo litúrgico ligeramente disfrazado y poco atrayente para la generación actual” (J. Sh. Spong, en el libro citado anteriormente, p.116)
Es la celebración comunitaria de una comida, en la que se comparte la vida, hacemos el memorial de la última cena de Jesús. Expresión  de la experiencia de la solidaridad y fraternidad en la igualdad, del pan que se parte y se reparte. Símbolo de la vida compartida. Celebración de la liberación de todos los seres humanos.

-          El papel de la mujer en la Iglesia: No es la persona encargada de servicios domésticos, supeditada a la autoridad de los varones-clérigos. No es la persona a la que se le prohíbe hablar y expresar su opinión en la Iglesia. No es la persona sexualmente peligrosa de la que hay que huir, por ser objeto de pecado.
Es una persona igual que el varón, miembro activo de la comunidad cristiana.  Con capacidad de opinar y ocupar puestos de responsabilidad en la Iglesia. Es el complemento del hombre a través de su feminidad, con cualidades específicas y diferenciadas del varón.

-          Diálogo interreligioso e intercultural: La religión católica no es la única religión verdadera, fuera de la cual no es posible la salvación. No es la religión que nos da a conocer a Jesucristo, único mediador entre la humanidad y Dios. No tiene como misión imponer sus dogmas e ideología a todas las culturas y civilizaciones. La cultura occidental europea no es la única cultura válida.
Todas las verdaderas religiones son verdaderas, ya que constituyen caminos humanos de acercamiento a Dios. Del mismo modo que existen diferentes culturas, todas ellas respetables, hay diferentes religiones a través de las que las culturas entran en contacto con lo transcendente. Existe pues un pluralismo religioso. Por ello es necesario entablar un diálogo fructífero y sincero entre todas las religiones, que nos ayude a descubrir la profunda espiritualidad que subyace al interior de las religiones. Existen además muchas culturas que tienen grandes valores y riqueza humana. Se impone igualmente un diálogo intercultural.

-          Ciencia y fe: No son dos realidades contrapuestas y contradictorias. La ciencia no tiene por qué supeditarse a la fe y  a sus dogmas. Los dogmas no son verdades irrefutables y válidas para siempre. No proceden de la revelación divina a la humanidad.
Son dos instancias humanas complementarias, que deben escucharse y enriquecerse mutuamente. La fe debe estar abierta al desarrollo científico y sus descubrimientos. Los dogmas son verdades relativas, enmarcadas en un contexto cultural determinado y en una época histórica concreta. Se impone un trabajo desmitificador en la revisión de los dogmas.

Esta elaboración teológica es una tarea que debemos hacer los grupos y comunidades cristianas. Hemos recibido el encargo de dar a conocer el mensaje de Jesús de Nazaret en el momento histórico que nos toca vivir, en una cultura determinada y a unas gentes que viven en la modernidad, y no en la Edad Media o épocas pasadas. De esta manera el mensaje cristiano será razonable, coherente y buena nueva en la actualidad.

Jesús Gil García y Txema Olleta

Zaragoza – Mayo 2012.

¿Pueden cristianismo y modernidad caminar juntos?. Leaners

Posted: 07 Jul 2015 12:11 AM PDT
Transcribimos de los Servicios Koinonía:
Está puesto en línea un nuevo artículo en la RELaT: de Roger LENAERS sj (cfr. wikipedia), ¿Pueden cristianismo y modernidad caminar juntos? Es la traducción de su artículo en inglés contenido en el número 37 de la revista HORIZONTE, ahora pues accesible en castellano. Recomendamos el artículo como un buen resumen –y bastante atrevido– de la visión de conjunto que este autor ha desarrollado en varios de sus libros, detallando aquí muy concretamente los dogmas y creencias del cristianismo que no pueden subsistir si llevamos hasta sus últimas consecuencias el paradigma de la modernidad. Lo recomendamos.
Artículo completo 

lunes, 6 de julio de 2015

viernes, 3 de julio de 2015

Salmos de hoy...Solidaridad con el pueblo Griego

Salmos de hoy:

 "Entre los vencidos, el pueblo llano, pasaba
hambre, entre los vencedores, el pueblo llano la pasó también"...

Nuestra solidaridad con el pueblo Griego....






Domingo Gómez Leiva compartió un enlace.
17 h ·

Si en 48 horas el pueblo griego pierde contra la troika, perdemos todos. NO a la política de austeridad de la UE. Súmate y pásalo.
SECURE.AVAAZ.ORG


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jueves, 2 de julio de 2015

La Misa Prohibida



La Prensa. Domingo. 2-Julio-2015
La misa prohibida
  • Hace cuarenta años, sobre piso de tierra y entre paredes de adobe, sonó por primera vez la Misa Campesina nicaragüense. La Iglesia y el Gobierno la consideraron herética, blasfema y peligrosa. Ambos la prohibieron. Ahora Carlos Mejía Godoy, su autor, pedirá al papa Francisco que levante ese veto
Y ahí estaban todos. Un sacerdote cabello blanco y barba tupida oficiaba la misa. Los campesinos anclaron sus botes y pangas alrededor de la isla. Resonaban los ritmos mazurcas, son nica, son de toros, el “miskitu” y cantaban cinco músicos al iniciar el rito: Vos sos el Dios de los pobres/ El Dios humano y sencillo/ El Dios que sufre en la calle/ El Dios del rostro curtido…
Una avioneta volaba sobre la iglesia de tejas, pero adentro no cesaba la Misa Campesina. Fue un domingo de Semana Santa, dice el poeta y escultor Ernesto Cardenal. En 1974 o 1975, recuerda impreciso Carlos Mejía Godoy, compositor y cantante de esta, junto al el grupo de músicos Los de Palacagüina. “Llegaron también espías del gobierno de Somoza y la avioneta seguía ahí, amenazándonos desde el aire, casi a punto de caer sobre nosotros”, evoca Ernesto Cardenal, el entonces cura que incluso asesoró junto con su hermano Fernando Cardenal, la creación de los versos para esta misa.
Llegó mucha gente ese día, dice Cardenal, de distintos lugares, pero en especial de San Carlos, “sobre todo los jóvenes”. “Estaban ahí todos los muchachos. Los futuros combatientes que se tomarían el cuartel de San Carlos más tarde: Felipe Peña, Alejandro Guevara, Laureano Mairena, Elvis Chavarría”.
Mejía Godoy terminó de dar forma a los estribillos en ese pedazo de tierra sobre las aguas del Gran Lago. “Solentiname fue el pequeño laboratorio donde fuimos armando este rompecabezas, ahí se cantó por vez primera la Misa Campesina”.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, presidida en ese entonces por monseñor Manuel Salazar y Espinoza, reaccionó contra los cantos. El 9 de noviembre de 1976 decretó “la no aprobación de la Misa Campesina por considerarla un canto no litúrgico”, publicó la Iglesia en un comunicado, según se relata en la investigación Canto Popular de Nicaragua, de Francisco “Pancho” Cedeño, de pronta publicación, dice Roberto Sánchez, editor del texto.
El gran “pecado” de la Misa Campesina fue la osadía que Carlos Mejía Godoy imprimió en las letras, a juicio de Cardenal. “Parecía herética”, asegura, por poner a Dios como un trabajador de la calle. “Un Dios que suda, un Dios que es el Cristo trabajador. Y ese es el mismo Cristo, es el Jesús bíblico. Parece que fuera una extravagancia o una blasfemia, pero no, se habla del mismo Dios encarnado en hombre”, explica el poeta, quien en ese entonces escribió un texto explicativo para la Conferencia Episcopal defendiendo los textos. Nunca llegó una respuesta.
Ernesto Cardenal mientras oficiaba una de las misas  en la iglesia de Solentiname. Foto: Cortesía archivo personal de Ernesto Cardenal.
Ernesto Cardenal mientras oficiaba una de las misas
en la iglesia de Solentiname.
Foto: Cortesía archivo personal de Ernesto Cardenal.
Aun así, la prohibición permaneció. Carlos Mejía Godoy recuerda que el mismo Vaticano extendió un veto y también lo prohibió el Estado. De acuerdo con Ernesto Cardenal, también lo prohibió el arzobispo Miguel Obando y Bravo. “Y sigue prohibida hasta hoy”, reitera. Y aunque esos conflictos no detuvieron la expansión de los cantos que sonaron más tarde en Bolivia, Guatemala, Perú, España, Estados Unidos y muchos otros países, este año, Carlos Mejía, en el 40 aniversario de su creación, solicitará al papa Francisco una audiencia para que la Misa Campesina nicaragüense vuelva a sonar bajo los atrios de las iglesias.
PURO CORAZÓN NICA
En ese tiempo Carlos Mejía Godoy era ya un treintañero. Ya había grabado dos discos: Cantos a Flor de Pueblo y La Calle de en Medio . Ya había estudiado tres años para ser sacerdote en el Seminario Nacional. Y ya se había desencantado del cristianismo por la formación “monástica” con que se le había instruido desde niño.
El padre español José de la Jara, su profesor de Música en el seminario, le insistió para que participara en la creación de una misa popular nicaragüense al salir del seminario. “Por aquel tiempo se estaban haciendo misas nacionales en todas partes. Había salvadoreña, hondureña y el padre de la Jara creó la nicaragüense”, comenta Ernesto Cardenal. Esa misa no contó con la participación de Mejía Godoy, porque “en la conciencia aún no me sentía muy claro sobre mi posición como cristiano”, explica. “Yo solo le dije más adelantito, sin imaginarme que realmente así sería”.
La misa popular nicaragüense se empezó a cantar en todas las iglesias nicaragüenses desde el año 1968, apunta Roberto Sánchez, historiador. “El padre de la Jara había dejado su papel como docente para fundar la parroquia San Pablo Apóstol, de la Colonia 14 de Septiembre y se sacó un disco con estos cantos que contenían a un lado la misa y al otro lado los salmos de Ernesto Cardenal, cantados por William Agudelo”, dice el historiador.
“Él (padre José de la Jara) dio nacimiento a iglesias populares nicaragüenses y esa es la experiencia sobre la que trabajo yo, más tarde”, cuenta Godoy, quien vio un potencial movimiento de lucha por los pobres, que tuvo origen en los barrios orientales de Managua “y así sí me entusiasmo, esa misa me sirve de parámetro y empiezo a planear algo distinto, un poco más profundo”.
“Ese fue el principal antecedente de la Misa Campesina nicaragüense. La misa popular era tradicional, pero aun así, apuntaba a la identidad de Nicaragua”, explica Wilmor López, periodista e investigador de cultura, quien considera esa fue la base en que Carlos Mejía inició la composición y arreglo de 11 cantos destinados a acompañar la liturgia eclesial de Nicaragua.
“La diferencia con la misa popular quizás estaba en sus ritmos musicales y las letras de sus cantos. Esta incorporaba los instrumentos y los ritmos de las mazurcas, sones de toros, son nica, canciones con armonía de los cantos miskitos y nuevas creaciones, como el canto de meditación, conocido como Canto de los Pájaros , del leonés Pablo Martínez Téllez”, relata López. Pero el “salto de la liebre” que tuvo esta creación “fue tomar la palabra viva del evangelio en boca de campesinos y obreros”, afirma Mejía Godoy, quien se dio a la tarea de recopilar por más de un año, grabadora en mano por los cuatro puntos cardinales, lo que la gente entendía del evangelio.
“Cuando usted dice Cristo ten piedad, Cristo apiádate de nosotros, ¿qué piensa?”, le preguntaba Mejía Godoy a la gente. Cuenta que así, con esa curiosidad, se fue a la pastoral del norte, donde el párroco Gregorio Smutko, conocido de cariño como “Goyito”, le asignó a Anselmo Nixon, un seminarista de la zona para que cantara el Miskitu Lawana, un himno anónimo de la Iglesia morava. “Porque yo no quería que la misa fuera solo del Pacífico, sino que quería que fuera de toda Nicaragua, el muchacho se vino a Managua para cantarla, como yo quería que estuviese, en la lengua original”, relata el cantautor, quien también anduvo en la costa Atlántica y el Pacífico, para más tarde parar en Solentiname.
Lo más importante que tiene esta misa, dice Carlos Mejía, es que no solo contiene los ritmos que ya sonaban de punta a punta en Nicaragua, sino también las palabras. “Las del obrero, las del campesino. Está argot, el escaliche, las palabras derivadas del Náhualt. Van las frutas, van los pájaros, las flores. Está la Nicaragua viva ahí”.
RELIGIÓN, PERSECUCIÓN Y CONFLICTO
Aquella avioneta que estuvo volando muy bajo en la iglesia de Solentiname el primer día que se cantó esta misa en ese archipiélago, fue solamente un aviso. Los que participaron de la celebración escuchaban un ruido enorme, pero el asedio iría más allá de un documento emitido por la Conferencia Episcopal y ese ruido en contra de la música se escucharía muchas otras veces.
Se planeó una gran misa de inauguración a la que asistieron más de mil personas y sería en Managua. Escogieron para celebrar la Plaza de los Cabros en el barrio Open Tres, hoy Ciudad Sandino, pero no había iniciado la celebración cuando la Guardia Nacional hizo un masivo desalojo. “A culatazos, disparos y bombas lacrimógenas sacaron a todos. El mismo Carlos Mejía fue montado en un vehículo militar”, narra Roberto Sánchez. Todo por una la letra distinta: “Una letra que llama a la liberación y Somoza no iba a admitir esas expresiones, todo lo que sonara a libertad chocaba con la dictadura y la Misa Campesina es un canto liberador”, dice el historiador.
Al día siguiente de ese estreno frustrado, ya la misa se estaba cantando por los cuatro puntos cardinales de la patria, asegura Mejía Godoy, que aquella “fue una onda expansiva de espiritualidad y de amor a Nicaragua”. Sánchez comenta que fue la música misma la que se ganó el amor del pueblo y se impuso sobre las medidas de la Iglesia. “Se convirtió en religiosidad popular, aun cuando oficialmente no se podía celebrar en ninguna iglesia”.
El vicario judicial de la Arquidiócesis de Managua, Julio Arana, recuerda la situación bastante distinta en cuanto a la Misa Campesina. Según él, hubo nada más un conflicto en los barrios orientales de Managua, en una capilla donde “algunas personas querían que se cantara la Misa Campesina todos los domingos, en todas las misas”. En algunos años se permitía que se cantara, dice el cura, y esto sirvió para atraer al pueblo a una vivencia de la eucaristía “como una cuestión folclórica, pero hay que entender que los cantos de la misa de Carlos Mejía Godoy respondieron a una realidad propia de la época, una situación política específica y en el marco de la Teología de la Liberación. Pero la Iglesia jamás ha prohibido que se cante la Misa Campesina. No existe documento alguno que la haya prohibido de forma expresa”, asegura Arana.
Aun así los recuerdos entre quienes participaron aseguran que solo algunos sacerdotes “progresistas” permitían esta misa. Hoy se cantan piezas en algunas iglesias, pero hay sectores que aún no la admiten, dice Sánchez. “Yo considero que si Carlos Mejía Godoy quiere hacer esa solicitud al papa Francisco, está en su derecho. Creo que el Vaticano le va a decir que hay que dirigirse a la comisión de la Conferencia Episcopal y en este caso a la comisión litúrgica para que se evalúe cualquier tipo de errores teológicos que puedan contener esos cantos”, apunta por su parte el padre Arana.
Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina, cantando la Misa Campesina en memoria de cinco mártires de  El Calvario en León,  febrero 16 de 1980. Foto: Archivo
Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina, cantando la Misa Campesina en memoria de cinco mártires de El Calvario en León, febrero 16 de 1980.
Foto: Archivo
“ANTES QUE NAZCA EL DÍA…”
Carlos Mejía Godoy es el principal autor, pero otros músicos también colaboraron. Esta es la estructura y los aportes que se le hicieron:
Canto de entrada: Recopilaciones de Carlos Mejía en Talleres de Sonido Popular.
Kyrie: es una palabra griega que significa piedad. El canto es una mazurca segoviana combinada con la música jinotegana de La Perra Renca.
El Gloria: contiene el son de toros conocido como La Mama Ramona, la música fue tocada por la banda popular del Diriá a cargo del profesor Teodoro Ríos.
El Credo: fue compuesto con partes de los testimonios que se daban después del evangelio que oficiaba Ernesto Cardenal y era una especie de diálogo con los campesinos.
Ofertorio: Tiene partes de una mazurca segoviana: La Chancha Flaca.
Miskitu Lawana. Es un canto anónimo de la Iglesia morava, fue interpretado por Anselmo Nixon.
El canto de meditación: conocido como El Canto de los Pájaros, es una creación de Carlos Martínez Téllez, El Guadalupano.
El santo: la música es una versión tomada de los músicos llamados Los Soñadores de Saraguasca, de la comarca de Tomatoya, de Jinotega.
Canto de despedida. Fue la última canción en componerse en los talleres de sonido popular.
SOBRE LA MISA
La Misa Campesina fue evaluada por teólogos nicaragüenses y extranjeros y de diferentes denominaciones religiosas, entre ellos católicos, evangélicos y bautistas.
Carlos Mejía Godoy, según el padre Julio Arana, siguió la estructura que propone el misal romano, después del Concilio Vaticano II.
Fue traducida a seis idiomas y se sigue cantando en muchas partes del mundo.
El padre Arana define esta composición como “una cuestión que no era contraria, pero no son cantos litúrgicos propiamente”.


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