Las Comunidades Cristianas Populares de Granada hemos participado junto con otros colectivos de Granada a través de la Redgra en la Concentración del miércoles 10 de abril en la Plaza Nueva contra el pacto europeo sobre personas migrantes y la brutalidad policial a personas migrantes. También en el encierro llevado a cabo desde el 11 al 13 de abril, cuarenta y ocho horas por la Paz en Gaza. Contra el genocidio del pueblo palestino.
GRANADA SE LEVANTA CONTRA EL RACISMO ESTRUCTURAL Y LA BRUTALIDAD POLICIAL
Desde diferentes colectivos, organizaciones y personas preocupadas por los derechos humanos, queremos nombrar y denunciar un suceso inaceptable. En la mañana del pasado 30 de marzo se cometió un acto de brutalidad policial contra dos personas racializadas en el barrio de Lavapiés, en Madrid. La Policía Nacional actuó de forma desproporcionada atentando contra la integridad física y psicológica de dos personas que no estaban oponiendo resistencia. Casos como este se han vivido y se siguen produciendo en numerosas ocasiones en las calles de Granada. Estas muestras de abuso policial NO pueden quedar impunes. Exigimos que se investiguen los delitos de odio y discriminación que lleguen a cometer las Fuerzas de Seguridad del Estado y que pare el racismo estructural e institucional al que nos vemos enfrentadas todas las personas racializadas. No toleraremos más actos de racismo, xenofobia, ni violencia directa, ya sean por parte de grupos extremistas, o por parte de la Policía Nacional u otros cuerpos de “seguridad” local o nacional, cuyo objetivo debería ser el de protegernos de la violencia y no aplicarla contra nosotres. Exigimos Justicia, Verdad y garantías de NO repetición. No más racismo, xenofobia, delitos de odio, ni agresiones violentas en nuestras vidas.
Queremos dejar claro que las prácticas racistas existen y se repiten a diario, se reproducen en el lenguaje, en las relaciones, en la educación, el trabajo, los medios de comunicación. También en las leyes, las instituciones, las fronteras y en nuestras experiencias cotidianas. Sucesos como los de Lavapiés son un episodio más de una violencia racista estructural que atenta contra la vida y que sucede ante nuestros ojos, sin ni siquiera poder ser registrada para su publicación y denuncia en redes. El nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo es un ejemplo claro y peligroso de esas violencias racistas. Precisamente ayer, 9 de abril, se votaron en el Parlamento Europeo diez proyectos de ley que actualizan las normas de asilo y migración de la UE. Este pasado mes de octubre, en una Granada militarizada, jefes de Estado y Gobierno de la UE celebraron una cumbre. Aunque no esté contemplado en su declaración, sabemos que el Consejo Europeo informal que se llevó a cabo en esos días alcanzó una posición común clave para avanzar en la aprobación de este nuevo Pacto Migratorio Europeo de la Vergüenza. Ya nos manifestamos entonces contra estas políticas al grito de “Otra Granada, Otra Europa son posibles” y hoy lo seguimos haciendo.
Creemos que es hora de parar el mundo ante el genocidio del pueblo palestino, ante las guerras provocadas por el colonialismo europeo en África, Oriente y América Latina, y ante lo que supone este nuevo Pacto Migratorio Europeo para los derechos humanos. El Pacto impone una mirada colonial al derecho internacional, convierte las vulneraciones de derechos en ley y contradice abiertamente la declaración universal de los DDHH, en especial el art 13, que señala que “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado” y que “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Son las políticas occidentales, al servicio del mercado y el dinero, las que provocan los desastres de los que huir. Las mismas políticas que bloquean y eternizan las citas en extranjería para miles de personas y al mismo tiempo ofrecían mediante Golden Visa permisos de residencia a las personas millonarias que compran viviendas en España de más de 500.000 euros. Son esas mismas políticas las que asesinan en las fronteras. No olvidamos ni perdonamos los asesinatos racistas, ni las masacres de Tarajal y Melilla o la masacre silenciosa de 18 muertes al día en el Mediterráneo. No hablamos de números, hablamos de Yves, de Samba, Daouda, de Armand… y tantes otres. Honramos la memoria y la dignidad de Qusai, Lucrecia, Mame Mbaye, así como las experiencias de Zineb, Abderrahman, de Chaimaa, de sus familiares y de quienes, aún hoy, siguen buscando a sus seres queridos desaparecidos.
Video de Antonio Lara Performance en Plaza de las Pasiegas por Palestina libre.Estamos en Plaza Nueva, ante la Real Audiencia y Chancillería de Granada, creada por los Reyes Católicos tras la conquista y sometimiento final de Al-Andalus, todo un símbolo de la historia colonial de este Estado neocolonial. Si no miramos para otro lado, aquí mismo en Plaza Nueva podemos ver frecuentes persecuciones y agresiones a personas racializadas cuyo único delito es sobrevivir vendiendo en la calle. En diversos lugares de esta ciudad, como la estación de autobuses, la calle Elvira o el Almanjayar y otras partes del Distrito Norte, podemos ver controles de identidad por perfil racial. Y si no miramos a otro lado, también podemos ver nuestro propio racismo interiorizado para luchar contra él y construir un mundo mejor y más justo. Ese mismo racismo que podemos encontrar en algunas reacciones políticas y ciudadanas ante la propuesta de crear un centro de acogida para personas migrantes en Alhendín y que tememos que desemboque en una sociedad cada vez más cerrada e insolidaria.
Porque la sociedad que queremos es una sociedad en la que todas las personas podamos caminar seguras, donde los derechos humanos sean para toda la humanidad y no solo para las personas blancas, donde tejamos redes de cuidados y apoyo en las que aprender y crecer. Un mundo donde amar la vida y celebrar la belleza de la diversidad. Y eso se consigue fortaleciendo las redes antirracistas, manteniendo espacios estables de trabajo real y efectivo en calles, pueblos y barrios, interviniendo cuando presenciamos abusos de poder y agresiones racistas, denunciando las vulneraciones de derechos humanos en primera persona con el mayor apoyo posible de toda la sociedad civil. Hoy tenemos que celebrar también el triunfo reciente del movimiento social que ha permitido sacar adelante la Iniciativa Legislativa Popular por la regularización de cientos de miles de personas que viven indocumentadas en este país. Porque una sociedad diversa que cuida la Tierra y respeta los derechos humanos, es el mejor regalo que le podemos hacer a las generaciones futuras.
CONTRA EL RACISMO ESTRUCTURAL Y LA BRUTALIDAD POLICIAL ¡GRANADA SE LEVANTA!
Video de Antonio Lara Canciones y Poemas Encierro por la Paz en Gaza. 11 al 13 de Abril.
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