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jueves, 29 de octubre de 2015

Tod@s Sant@s. Gracias por el Camino junt@s compartido..

En el día de tod@s l@s Sant@s: ¡Gracias por el lujo de haber compartido junt@s tantas Utopías y Esperanzas!. Con nuestro especial recuerdo a Manuela, Cati, Encarnita, Pilar y Miguel.

SOMOS LA VIDA, NO HAY LUGAR PARA EL TEMOR. (Pincha, si quieres leer más)
La Ola también es el Mar ....
"La vida no es algo que tenemos y podemos perder. SOMOS VIDA, y el engaño radical consiste en creernos separad@s o desgajad@s de ella. No somos un yo particular que tiene vida, somos LA VIDA que se expresa temporalmente en la forma de este yo particular".
http://www.enriquemartinezlozano.com/somos-la-vida-no-hay-lugar-para-el-temor/

GRACIAS A LA VIDA. de Violeta Parra, por Mercedes Sosa y Joan Baez:
Gracias a la vida que me ha dado tanto 
Me dio dos luceros que cuando los abro 
Perfecto distingo lo negro del blanco 
Y en el alto cielo su fondo estrellado 
Y en las multitudes el hombre que yo amo. 
Gracias a la vida que me ha dado tanto 
Me ha dado el sonido y el abedecedario 
Con él las palabras que pienso y declaro 
Madre amigo hermano y luz alumbrando, 
La ruta del alma del que estoy amando. 
Gracias a la vida que me ha dado tanto 
Me ha dado la marcha de mis pies cansados 
Con ellos anduve ciudades y charcos, 
Playas y desiertos montañas y llanos 
Y la casa tuya, tu calle y tu patio. 
Gracias a la vida que me ha dado tanto 
Me dio el corazón que agita su marco 
Cuando miro el fruto del cerebro humano, 
Cuando miro al bueno tan lejos del malo, 
Cuando miro al fondo de tus ojos claros. 
Gracias a la vida que me ha dado tanto 
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto, 
Así yo distingo dicha de quebranto 
Los dos materiales que forman mi canto 
Y el canto de ustedes que es el mismo canto 
Y el canto de todos que es mi propio canto. 


" QUIERO HACER CONTIGO, LO QUE LA PRIMAVERA HACE CON LOS CEREZOS"



"CREEMOS EN LA UTOPÍA PORQUE LA REALIDAD NOS PARECE INCREÍBLE"



"¿HABRÁ VIDA ANTES DE LA MUERTE?"

Gracias por SER...
"LO IMPOSIBLE SOLO TARDA UN POCO MÁS"

"TODA VIDA ES ETERNA"

"¿Y SI LO SOBRE- NATURAL ESTUVIERA DENTRO DE LO NATURAL?"     
                 
Mt 5, 1-12
...Al decir tod@s, celebramos la Santidad (Dios), que se da en cada un@ de nosotr@s. No se trata de distinguir mejores y peores, sino de tomar conciencia de lo que hay de Dios en tod@s y dar gracias por ello.
...Si tomamos conciencia de que en Dios-Amor tod@s somos un@, comprenderemos que lo que cada un@ puede vivir de Dios-Amor, de alguna manera, lo viven tod@s y beneficia a tod@s.
... Dioa-Amor no nos ama porque somos buenos, sino porque Él es el amor y está en cada uno de nosotr@s.
...Las bienaventuranzas quieren decir que es preferible ser pobre, que ser rico opresor; es preferible llorar que hacer llorar al otro. Es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre porque les hemos negado el sustento. Dichosos, no por ser pobres, sino por no ser egoístas. Dichosos, no por ser oprimidos, sino por no oprimir. La clave sería: Las riquezas no son el valor supremo. El valor supremo es la  Persona. Hay que elegir el reino del poder o el Reino de Dios-Amor. Si elegimos el ámbito del dinero, habrá injusticia e inhumanidad. Si estamos en el ámbito de lo divino, habrá amor y humanidad.
...Si todo ser humano tiene un fondo impoluto (Dios-Amor), Dios tiene que amarnos precisamente por eso que ve en nosotros de sí mismo. No puede haber miedo a equivocarse. Todos son santos en su esencia, y eso es lo que se integra en Dios porque nunca ha estado separado de él.
Recordar a los difuntos entraña dar gracias a Dios por todos aquellos seres humanos que han hecho posible que nosotros seamos lo que somos hoy. 
...Yo no tengo que escalar ninguna cima inexpugnable, ni conseguir ninguna meta inalcanzable. Solo tengo que abandonar la dispersión en la que vivo y centrarme en lo que ya soy en lo hondo de mi ser. Fray Marcos.
Defender la ALEGRÍA es un acto REVOLUCIONARIO. Tod@s seguimos Caminando Junt@s. Gracias por vuestro ejemplo.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Entrevista a JOSÉ MARÍA CASTILLO. Teólogo de Graná. ("Nuestro teólogo de cabecera")


El teólogo José María Castillo presenta 'La religión de Jesús'

"El Sínodo va a ser un abanico de opiniones abierto desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda"

José María Castillo: "Un porcentaje de la Curia actúa clandestinamente en contra de Francisco"

"Sobre la familia no hay ningún dogma de fe escrito, sino cuestiones a debatir"

Jesús Bastante, 17 de septiembre de 2015 a las 08:07
 La derecha se calla la defensa de la vida cuando mueren millones de niños en países pobres a los que se niega a ayudar
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Otros ciclos de José Mª Castillo editados por Desclée

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Reconocido teólogo y escritor

  • Otros ciclos de José Mª Castillo editados por Desclée
  • Reconocido teólogo y escritor
(Jesús Bastante).- José María Castillo, teólogo, amigo y colaborador de RD, viene siempre a Madrid por estas fechas para participar en el Congreso de Teología de la Juan XXIII. Hoy viene a presentarnos La religión de Jesús (Desclée), y vamos a aprovechar a conversar sobre el mal uso de la religión al que se está enfrentando el Papa actual. Lo llamativo de Francisco es que está cambiando el "no" categórico por el "ven" comprensivo. Pero, como dice José Mª Castillo, "no todo lo que dice el Papa es dogma de fe". Su poder está limitado por el Evangelio. Y, precisamente, ahí es donde quiere volver: a la libertad y la alegría de Jesús.
¿Tienes ilusión por este nuevo congreso?
Por supuesto. Yo fui de los fundadores, de los que propusieron estos congresos que se vienen celebrando desde hace treinta y cinco años, sin parar. Un congreso de Teología que perdura durante esos años es un caso diría que único, no sé. No es frecuente. Este ámbito del saber tiene una singularidad y se ha mantenido fiel a la orientación que tuvo desde el primer momento.
Este año tiene un tema muy actual. Trata de las religiones y la violencia. Últimamente estamos viendo cómo, utilizando mal el nombre de Dios o de Alá, hay gente que está masacrando a decenas de miles de personas, muchas de las cuales están viniendo como refugiadas a las puertas de Europa. Esto comporta otro desafío que no sé yo cómo estamos afrontando.
Es un punto de vista que importa destacar: es mucha la gente que no cae en la cuenta de que la raíz de todo el enorme problema que tenemos con los refugiados y las gentes que tienen que vivir en unas circunstancias extremas -a muchas de las cuales les está costando la vida: perder su nacionalidad, todo derecho, toda legalidad y dignidad...- es la religión. Un mal uso de la religión. Pero es que la religión, tal y como está pensada y practicada en muchos casos, se presta precisamente a este tipo de violencias.
La violencia se ha dado en las religiones de todos los tiempos e instituciones...
 De una manera o de otra, desde que nacieron cada una de ellas. La religión nació como un camino de salvación, esperanza, de futuro, de entendimiento entre las personas y de las personas con Dios... Pero al mismo tiempo también nació como una institución de violencia y de enfrentamiento que ha sido origen de indecibles conflictos que no se deberían repetir jamás.
Antes de continuar con estas cuestiones, vamos a presentar tu nuevo libro, que se presenta a sí mismo con la bellísima imagen de su portada. La religión de Jesús es el comentario al Evangelio diario del ciclo C -el que arranca en adviento de este año-, publicado como siempre por Desclée pero con bastantes novedades. Es un libro más grande, con una letra más accesible a personas mayores y con unos comentarios más extensos...
Sí. Precisamente respondiendo a la demanda de muchas personas que tenían dificultades para manejar el libro de bolsillo que se venía publicando desde hace siete años -ya he hecho los comentarios ocho años: dos ciclos y, el año que viene, ya tres...-, lo hemos sacado. Mucha gente pedía un modelo más grande, fácilmente legible, y eso es lo que se ha pretendido este año, haciendo la editorial un notable sacrificio.
Nuestro amigo Manuel Guerrero, magnífico editor.
Magnífico, sí.
En La religión de Jesús hay textos para leer cada día. Para reflexionar y comentar. Lo que aparece justo antes de la introducción es sumamente llamativo para lo que está sucediendo en este momento: tú le dedicas el libro al Papa Francisco, con "gratitud y admiración por el bien que está haciendo a la Iglesia y al mundo mediante su fidelidad al Evangelio". ¿Por qué te decides a dedicarle el libro al Papa?
Porque creo que es una realidad en la que coincidimos, no ya los católicos sino la gran mayoría de los ciudadanos del ancho mundo, la de que este hombre, por una serie de circunstancias concretas, es una persona que está representando un corte y una innovación determinantes, que no van a tener vuelta a atrás.
Muy convencido te veo de que no va a tener vuelta atrás en la historia del papado...
Sí, porque me parece que lo distintivo de este Papa, a mi manera de ver, es precisamente su insistente voluntad, su machaconería en el tema de ser fieles al Evangelio. No sólo el predicarlo sino, antes de eso, vivirlo. En cuanto a los papados más recientes, con esto él está innovando sorprendentemente, consiguiendo interesar a unos, apasionar a otros, y a no pocos, también, indignar.
No nos hemos reunido para contar aquí historias interminables, pero es cierto que este hombre ha emprendido un camino que a primera vista no es doctrinal (aunque en el fondo hay un pensamiento muy profundo), y eso es nuevo: se mete por los ojos y todo el mundo lo palpa. Es un hombre cercano a la gente, sencillo, humilde y con una sensibilidad notable a todo lo que sea sufrimiento humano. Yo diría que es un hombre en el que destaca una llamativa humanidad.
A mí me recuerda mucho al pasaje de la samaritana, en el que Jesús está más preocupado por acompañarla, acogerla, estar a su lado... (como cuando entiende a la adúltera), que de condenarla. Venimos de una Iglesia-institución en la que el dogma ha consistido en prohibir. Con este Papa parece que lo que está a la orden del día es el cuidado: estamos cambiando el "no" por un "ven".
Efectivamente. Por eso me parece que es importante insistir en que esto no es una cuestión meramente de espiritualidad, aunque tampoco es meramente ética. Hay una visión teológica bastante más profunda de lo que algunos se pueden imaginar y, sintetizándolo en pocas palabras, yo creo que todo se reduce a que hay dos maneras de entender nuestra relación con Dios: como una relación de sumisión o entendiéndola como una relación de sensibilidad ante todo lo que sea sufrimiento humano.
El sometimiento y la sumisión son lo que las religiones han predicado desde siempre pero, evidentemente, la sensibilidad ante el sufrimiento humano es lo que enseñó Jesús. Jesús antepuso la sensibilidad ante el dolor humano al sometimiento a la ley o a la torá del judaísmo de entonces (y el de ahora).
Son dos maneras de entender a Dios, la religión, la espiritualidad, la ética y la vida, patente en la famosa parábola del Hijo pródigo. Aquel padre tenía dos hijos. Uno entendía que la buena relación con el padre era obedecerle y hacer lo que él decía cada día. Pero lo que la parábola propone es que el vínculo sea la sensibilidad: la sensibilidad entre el padre y el hijo. Evidentemente, el que al final de la parábola queda mal no es el desgraciado, sino el obediente. Porque acaba siendo el que se queja: después de trabajar del día a la noche no le han dado ni un cabrito para irse de merienda con los amigos.
Pero la emoción del padre imaginando el regreso del hijo...
Claro, consiste en eso: cuando el pródigo viene con el discurso preparado para pedir clemencia, el padre no le deja ni hablar. No le pregunta por qué se metió en eso. Nada de nada. Lo único que hace es abrazarlo, comérselo a besos, vestirlo de nuevo con lujos y organizarle un festín fantástico, hasta con música en directo, porque entonces no había Cds.
Hay una admiración mayoritaria al Papa, pero también una minoría que se asemeja más al hermano mayor que achaca al padre que se preocupe más de los de fuera, del que regresa, y no de él que nunca le ha traicionado y siempre ha cumplido las normas. ¿Hay mucha oposición al Papa desde dentro?
Más de lo que mucha gente se imagina. Yo no es que sea un conocedor profundo de las intimidades del Vaticano, pero no hay que estar, tampoco, ni ciego ni sordo en esta vida: se sabe que hay un porcentaje que supera el 50% de gentes de la Curia que, de una manera o de otra, por un motivo o por otro, sin decirlo abiertamente, actúan bajo cuerda en su contra. Hace poco se ha publicado un libro que lo explica. Dudan del Papa.
El grupo de los once cardenales, entre ellos Rouco...
 Claro, que cuestionan ciertas medidas que ha adoptado son secretos a voces. Conocemos los nombres de las personas, los intentos de manipulación... Insisto: detrás de esto hay dos maneras de entender a Dios. Los que se relacionan con un Dios de poder a través de la sumisión, se dicen a sí mismos que, como representan a Dios en este mundo, también pueden y deben exigir sumisión.
...aunque, siguiendo su propia tesis, deberían ellos someterse al líder máximo de la Iglesia Católica. Los que creen en la obediencia creen en la cúspide a la que han de obedecer...
Ellos echan mano de un argumento fácil: yo soy el que entiendo de fidelidad a Dios, o sea que lo que yo digo es lo que importa, ya que, a fin de cuentas, nadie a visto a Dios, como dice el Evangelio de Juan. El que nos ha revelado, en definitiva, a Dios, ha sido Jesús. Por tanto, no se trata tanto de reproducir una representación de Dios, sino de seguir el camino que Jesús elaboró. Por este motivo, en este libro, que tiene muchas limitaciones, está la insistencia de esto que digo: a Dios lo encontramos pareciéndonos a lo que hizo Jesús. Jesús fue desobediente a la religión, entró en conflicto con ella tan seriamente que la religión llegó un momento en que dijo "este tío y nosotros somos incompatibles". Y por eso lo mataron.
Claro. Dices que hay un porcentaje poderoso de la Curia en su contra, pero a la vez estás convencido de que las reformas de Francisco no tienen marcha atrás. ¿Va a poder superar esas dificultades e imponer su modo de entender la Iglesia y el Evangelio en el mundo de hoy?
El Papa tiene, en este momento, las debilidades y limitaciones que tiene cualquier humano. Va a envejecer, irá enfermando y, cuando le llegue su hora, se va a morir como nos morimos todos. Esto es incuestionable. Pero el Papa tiene una capacidad particular: la de haber sintonizado con la opinión pública mundial. Ahí se ha creado una conexión que, al que venga detrás, le va a costar hacer desaparecer si quiere echar por otro camino.
Eso se decía también en tiempos de Juan XXIII y, aunque es evidente que muchas cosas cambiaron, al final la Iglesia de después volvió a parecerse un poco a la de antes del Concilio.
Es legítimo tener ese miedo, porque no hay duda de que en la historia del Papado ha habido altibajos y retrocesos. Pero lo cierto es que, me parece, debería quedar claro que en la Iglesia no se ha hecho todavía a fondo una Teología del poder religioso. Está por hace una Teología del poder. Se habla de autoridad, potestad, términos del derecho romano y de la Alta Edad Media.
Creo que en este momento es muy importante tener en cuenta que el Papa no tiene potestad para hacer lo que a él se le antoje. Es más, se habla de la infalibilidad del Papa tal como se formuló la definición dogmática del Concilio Vaticano I: su potestad es la misma que tiene la Iglesia, no es la suya impuesta a la Iglesia. Matizar eso hasta el final es lo complejo.
Teniendo en cuenta, también, las circunstancias históricas en las que se planteó aquella infalibilidad: había conflictos con el Estado italiano (pérdida de territorios, etc)...
Por ejemplo, cuando Pío XII definió la asunción, que es la última definición dogmática de la Iglesia...
...en verdad son muy pocos los dogmas irrevocables que existen.
Hay gente que piensa que todo lo que dice el catecismo es dogma de fe, y no. Tenemos que instruirnos un poco, hablamos sin saber de qué. Por eso quiero insistir en una cuestión que me parece capital. El gobierno de la Iglesia está vinculado a dos cosas que no se pueden tocar: primero y ante todo al Evangelio, por tanto la Iglesia no tiene potestad para actuar en contra de él.
Pero hay normas centenarias que están en vigor en la Iglesia desde hace muchísimo tiempo que han ido en contra de una lectura sincera del Evangelio...
Claro: de su lectura social. Por eso: la Iglesia no tiene poder para actuar en contra del Evangelio. Tampoco para lo bueno. Las interpretaciones que de facto son una anulación de cosas que quedaron muy claras en el Evangelio, no pueden hacerse. Ni un obispo ni el Papa pueden hacerlas.
En segundo lugar, el gobierno de la Iglesia está vinculado a los dogmas de fe y el Papa no puede actuar en su contra. De modo que su poder está condicionado, pero todo lo que no sea Evangelio o dogma de fe, claramente puede ser modificado por el Papa. Vamos a aterrizar a ejemplos concretos.
El de los divorciados vueltos a casar: ¿qué se dice en el Evangelio? 
No hay nada sobre eso, porque aquello del capítulo 19 de Mateo de que "lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre" lo dice Jesús para responder a la cuestión entre las escuelas rabínicas de aquel tiempo, que discutían sobre el texto del Deuteronomio, 24, versículo primero, donde se planteaba el derecho unilateral del varón a repudiar a la mujer. Jesús corrige eso: que por cualquier causa, laxamente, un hombre pudiera repudiar a una mujer. ¡Responde a eso en concreto! Porque la literatura de aquel tiempo decía cosas de ese calibre: si uno llega a casa y ve que a la mujer se le ha pegado la comida, puede repudiarla. Eran los dichos de las escuelas de aquel tiempo y Jesús responde "no" a eso. Él argumenta a favor de que se acaben los privilegios unilaterales del hombre, de que hombre y mujer tengan los mismos. Hacerle decir al texto más de eso, es manipularlo.
A raíz de la petición al Papa para tratar el tema de los divorciados vueltos a casar, escribiste un artículo hablando de cómo había ido girando la disciplina de la Iglesia en el sentido de esa norma: las primeras comunidades cristianas no la tenían, luego el Papa y ahora una exhortación o un sínodo pueden cambiar una realidad que lleva vigente seis o siete siglos, casi como dogma de fe al manipular esas palabras del propio Jesús. ¿Cómo va a poder hacer eso el Papa?
No difícilmente. Primero, estudiando a fondo el asunto y dejando claros los límites que ese texto evangélico tiene. Respetando las distintas opiniones de los especialistas, si hubiera discusiones entre ellos es que el asunto no es tan claro. Pero, en cualquier caso, él tiene potestad para decidir. En vista de que no sería una cosa que nos vinculara a todos, podría decidir él la respuesta. "Esto no está contra la fe ni contra el Evangelio, por lo tanto yo puedo decidir modificarlo".
Sobre la familia no hay ningún dogma de fe en la Iglesia. Hay doctrinas que se vienen enseñando desde el Concilio de Florencia, de Trento... pero sólo doctrinas. Resulta que todo lo que hay en el Concilio de Trento, según el análisis de las actas de su sesión séptima, sobre los sacramentos, son doctrinas pero no dogmas de fe. Porque Trento tenía un principio previo, un punto determinante: pronunciarse solamente en las cuestiones que no eran debatidas entre los católicos. El Concilio se reunió para rebatir a Lutero, no para debates internos.
Insisto en que los límites son el Evangelio y el dogma de fe; en todo lo que no sea eso, el Papa tiene que responder a las necesidades de la gente. Que hoy pasan por tener más sacerdotes, que haya igualdad entre hombres y mujeres resolver los problemas de los divorciados, de los homosexuales... Todo esto lo necesita la gente en la sociedad y en la Iglesia. Creo que en todas estas cuestiones el Papa se pronunciará cuando vea que las cosas están maduras. Como Papa puede hacerlo y es su deber si ve que ha llegado el momento.
Lo que está claro es que la primera fase del sínodo, la asamblea extraordinaria, dio pie a hablar de todos los temas con libertad. Estos temas se pusieron en el tapete como jamás había sucedido en la Historia de la Iglesia y eso lo promovió el Papa pidiendo a los participantes que hablaran con absoluta libertad. Los fieles han podido saber hasta los votos que tuvo cada punto del sínodo. Es alucinante. Además del sínodo que va a empezar dentro de nada, está en curso otro acontecimiento relevante: el Año de la Misericordia que arranca el 8 de diciembre. ¿Qué esperas del Sínodo y qué del Año de la Misericordia?
En el Sínodo va a haber una dispersión de puntos de vista, como un abanico abierto desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, y lo que espero es que dialoguen. El Papa va a escuchar y todo va a quedar anotado. El Papa decidirá luego, no será en el mes de octubre.
Después, en la exhortación postsinodal, puede ser donde haya una respuesta...
 Habrá presiones. En estos asuntos, concretamente en lo del matrimonio, están en juego intereses no sólo religiosos y de fe, sino también políticos, porque en estos temas la gente de la derecha política tiene opiniones que no coinciden con la izquierda, sino que están en el extremo opuesto. Hay interferencias entre la religión, el poder religioso y el poder político incidiendo en la sociedad.
Y el poder económico. Esta semana el Papa, adelantándose al sínodo, ha abierto una puerta que no sabemos qué va a deparar: ha cambiado ventiún artículos del Código de Derecho Canónico con el propósito de agilizar la nulidad y hacerlas gratuitas, lo cual supone un toque al otro gran poder: el económico, por desgracia tan importante.
Un periodista de un diario de ámbito nacional explicaba muy bien cómo él está a favor del Papa precisamente por haber suprimido este asunto económico del caso concreto de los matrimonios. El periodista decía que él sabía perfectamente lo que tuvo que meter en un sobre y dar ocultamente al juez que iba a tomar la decisión.
Para el Año de la Misericordia el Papa ha dispuesto una serie de cuestiones, entre ellas la de la posibilidad de que todos los sacerdotes absuelvan del "pecado" del aborto a quien esté arrepentido y quiera confesarse. Se le ha echado encima muchísima gente de la Iglesia pura. ¿Por qué?
Sencillamente porque ese es uno de los principios determinantes para que la derecha salve su conciencia: la lucha en defensa de la vida. Se callan la defensa, sin embargo, cuando cada año mueren millones de niños en países pobres a los que gente de la derecha se niega a ayudar.
Hizo falta que apareciera la foto del niño para que los que decían que no iban a acoger a un sólo refugiado...
...Y Merkel aceptándolos. Aunque la gente de la derecha, como es bien sabido en Hungría o Polonia, sigue oponiéndose en muchos sitios. Eso lo tienen que disimular de alguna manera: entonces cargan las tintas en el tema del aborto. Pero es que la defensa de la vida no se acaba con el parto. La vida no se acaba con el nacimiento de la criatura. Seamos justos: la vida de un ser humano dura toda la vida y hay que preguntarse cuál es la media de edad en los países de Europa y Norteamérica y cuál en los países del Sur. Que se lo pregunten a un pobre de África. Es que eso no lo podemos arreglar, ¿verdad? Lo tendríamos que arreglar entre todos, entre otras cosas reorganizando y repensando todo el poder del capital financiero, de los acuerdos internacionales económicos; de la fabricación de armamentos, la permisividad de la guerra, la reorganización de tantas y tantas cosas a las que no se les quiere hincar el diente.
Aquí en España eres uno de los defensores del Papa Francisco y nos consta que lo sabe.
No me gusta hablar de esas cosas, pero sí.
A los lectores les recomendamos que compren y lean La religión de Jesús, de José María Castillo. El Papa está diciendo todos los días prácticamente que tengamos un Evangelio en la bolsa y lo leamos. Estos textos nos ayudarán a conocer quién era Jesús y por qué nos llamamos cristianos los que queremos vivir acordes con el Evangelio. Muchísimas gracias por todo, José María. Y a Desclée por editar tan magníficamente La religión de Jesús. Comentario al Evangelio diario del Ciclo C.

domingo, 19 de julio de 2015

Antonio Quitián. Cura obrero

Antonio Quitián: Cura obrero de Granada, fiel a los valores de Jesús y  luchador incansable de las causas de los empobrecidos. Ejemplo para tod@s nosotr@s por su compromiso y sencillez de vida.

Pincha sobre este enlace, para leer este artículo: 

Recordando, como protagonista en la misma, la huelga de la construcción de 1970 en Granada, en la que murieron tres obreros asesinados por la policía .

Antonio Quitián: De cura obrero a cura perroflauta





ANTONO QUITIAN GONZALEZ, CURA OBRERO FOTO: ALFREDO AGUILAR
Adoro ser periodista
Conoces lo peor pero también lo mejor del ser humano.
Personas irrepetibles que en su mejor versión te congracian con este mundo extraño.
Antonio Quitián es, sin duda alguna, una de ellas.
Andrés Cárdenas lo entrevistó en el año 2009 (Lee la entrevista en este link)
Este es el perfil que se ha publicado hoy en la edición impresa.
No me pude resistir a hacerme un selfie con una persona a la que, trashablar con él, admiro con respeto.
Lograr una cita con Antonio Quitián es complicado. Se levanta a las siete de la mañana y da la misa de primera hora de la mañana en el convento del Cerrillo de Maracena donde es capellán. Luego desayuna y a las 10 de la mañana ya está en marcha. Va todas las semanas al penal de Albolote«porque ahí están los despojos de la sociedad, el último eslabón de esta sociedad. Y converso con ellos. Cada vez que salgo de la cárcel, sonrío», revela desde una franqueza inigualable.
Luego tiene la parroquia de Pinos Puente, pero la lleva su auxiliar, «porque ya estoy muy mayor, son 87 años los que cumpliré en diciembre de este año». Y, a partir de ahí, de estas tareas fijas, tiene todo tipo de charlas, grupos, conferencias, protestas y mil actividades que hacen que a veces, o al menos la víspera de la cita, su propia hermana, Antonia, se preocupe, «porque son las diez y media de la noche y todavía no ha vuelto», argumenta.
Pero sí. Vuelve. Antonio siempre vuelve porque nunca ha dejado el caminoque escogió en su día. Fue cura a los 24 años en Tiena y Olivares  y después estuvo 14 años en Tózar y Limones. Hasta que en 1966 fue destinado a ‘La Virgencica’.
Junto con Ángel Aguado y su hermano Manuel y José Ganivet Zarcos, fue uno de los curas obreros que en los últimos años del Franquismo y de la transición democrática trabajaron en el barrio de la Virgencica y en el Polígono de Cartuja. Y además, para acercarse a los jóvenes, «me puse a trabajar de albañil». Pertenece desde entonces a la Hermandad Obrera de Acción Católica y su lucha estuvo siempre con los obreros que se encerraban en las iglesias y en la catedral para pedir mejoras laborales.
Por eso le llamaban cura obrero. Ahora, cuatro décadas después, sigue acercándose a los lugares que queman, aunque reconoce que «tengo mucha dificultad para conectar con la juventud. Ya soy muy mayor y esta tarea les corresponde hoy a los jóvenes». Antonio Quitián desconoce hoy en día a la juventud que campa por las calles de Granada y el país pero tiene bien dicho que «no está encontrando los cauces».
Contrario al botellón por razones obvias que poco tiene que ver con que la gente joven disfrute sus mejores años, considera que no existe una propuesta evangélica «donde puedan dar un paso adelante para una formación que les lleva a una concepción del mundo unitario que lucha por la igualdad, la democracia como tantas otras cosas que hoy se airean».
Estas reflexiones desde una cátedra de casi noventa años de vida y compromiso se entiende mejor al comparar el propio entorno en el que ha vivido el último medio siglo. Cuando este cura obrero y joven llegó a la ciudad de la Alhambra el barrio al que fue destinado era pobre y ahora es de clase media-alta, donde los obreros nuevos pueden ser albañiles o médicos, sostiene.
Cuando llegó a Tózar todos eran pobres y organizaban las actividades deportivas y culturales. Cuando llegó a ‘la Virgencica’ y a la naciente Zona Norte ocurrió otro tanto. Todo ha cambiado tanto. Desde una sinceridad abrumadora, reconoce que «hoy me encuentro quizá no llamado a ese papel de estar con la juventud».
La frase entrecortada cobra toda su dimensión cuando se disecciona su compromiso con los nuevos tiempos. Y le desmiente en buena parte. Ha sabido llegar a la nueva juventud del siglo XXI y se reconoce en sus demandas. Ha cambiado su piel obrera sin mudar de lugar y ahora es un curra perroflauta. Y encantado de haberlos conocido.
Antonio Quitián conoce al dedillo movimientos como el #15M, Democracia Real Ya o Podemos, el partido político de moda. Lo que hace este cura obrero que sigue siéndolo es lo poco que las limitaciones de su edad le obligan, simpatizar con todas estas ideas porque coinciden con lo que él hace. Supone aunar sus voluntades, las de los llamados indignados con las ya clásicas de los curas obreros que denuncian un mundo de injusticias donde países enteros se mueren de hambre «mientras nosotros tiramos tantas cosas a la basura».
Por eso, cuando Antonio Quitián ve a estos movimientos sociales y ahora políticos simpatiza directamente con ellos y también está con ellos, ya que se ha manifestado en las citas del Primero de Mayo y estuvo en numerosas ocasiones en la Plaza del Carmen cuando se estableció, en primavera del año 2011, la acampada del #15M en Granada. En la medida en que puede está presente, pero no como cuando era joven. Eso sí, es socio de Derechos Humanos en Andalucía, de Granada Acoge, de Proyecto Hombre y de HOAC-Hermandad Obrera de Acción Católica, organizaciones a las que paga sus cuotas, religiosamente, como no puede ser de otra manera.
Es el de Antonio Quitián un pensamiento único con la mente abierta, el trabajo hecho y las pruebas servidas. Por eso ahora está muy de acuerdo con la protesta generalizada que habla en contra del capitalismo que realmente ordena y gobierna el mundo, entiende. «Más que los políticos, que son gente que está muy sujeta al planteamiento y a la eficacia del capitalismo», explica.
Esta postura suya, firme, le ha llevado, al igual que hoy con el premio, a rechazar participar en movimientos políticos. Dijo que nones al Partido Comunista, a sus Juventudes, a Comisiones Obreras y luego a UGT. Siempre ha renunciado pero está con todos y por eso no está exclusivamente con uno solo. Se explica con una sola frase: «Nunca me ha gustado ser protagonismo pero sí colaborador».
Quedan dos grandes personajes de la historia que cuando Antonio Quitián los describa terminarán de dibujar su retrato. El primero es Felipe VI, que cree que pasa como con todas las cosas, que es una limitación que un hijo herede responsabilidades si no tiene las cualidades. «No soy monárquico en ese sentido como otros lo sienten, pero no me parece que es ahora una guerra especial, pero a la larga, como en Italia o Francia, en España pasará lo mismo. Pero no tengo prisa, irá madurando y veo con simpatía las manifestaciones republicanas».
Queda Francisco. Es pronunciar la palabra «Francisco» y a este cuajado sacerdote le cambia la cara, le sube el alma a su expresión. Para un tipo como él la venida de Francisco como que le ha confirmado. Es un ‘mira, no estamos equivocados’. Les ha confirmado a él y a todos como los que con él han trabajado en esta línea toda su vida. «Francisco dice frases como que el dinero no es el que debe gobernar al mundo sino servir al mundo. Esta frase describe a Francisco y apoya nuestra vida de trabajo».
Y la rabiosa actualidad. El Mundial de Fútbol. No le esperen viendo partidos aunque ama el fútbol y lo ha jugado de joven: «Dejé de seguirlo cuando me enteré el dinero que ganaban».
CRÉDITOS
-La fotografía es de Alfredo Aguilar

miércoles, 8 de julio de 2015

Enrique de Castro, el cura de los obreros y marginados.

Publicado: 30.06.2015 23:16 |Actualizado: 01.07.2015 08:22
ICONOS DE LA IZQUIERDA

Enrique de Castro, el cura de los obreros y marginados

Ya está jubilado, pero el cura rojo de Vallecas sigue siendo un referente para quienes entienden el Evangelio “como la acción social” y la Iglesia “como un foco de militancia para que la gente sea dueña de su propia historia”.


Enrique, tras ser ordenado sacerdote, en su primera misa en el Sagrado Corazón de Ferraz en 1972. / ARCHIVO DE ENRIQUE DE CASTRO / SAN CARLOS BORROMEO

MADRID.- No deja de rebuscar algo entre sus cosas después de haber dejado en la nevera el relleno de las croquetas que ha amasado con un chorrito de brandy. “Es mi secreto”, revela. Son para la noche, para cuando la caída del sol permita cenar a sus compañeros de piso, chavales marroquíes en pleno Ramadán. De repente cae en la cuenta de lo que registraba: “Dejé de fumar hace 8 años y estaba intentado encontrar el paquete de Ducados”.

Un par de gestos que son metáfora de la vida de Enrique de Castro (Madrid, 1943). Una existencia de búsqueda insaciable de verdades entre los dogmas cristianos que le inculcaron desde muy niño, cuando estudiaba en el Colegio del Pilar con otros tantos popes capitalinos como Juan Luis Cebrián. Y de amasar con chorros de realidad una tradición religiosa que desde joven siempre puso al servicio de los que menos tenían.

Hijo de un aviador del Ministerio del Aire, a quien recuerda como el hombre honrado que le inculcó el sentido de la justicia, la educación religiosa y sus líderes de entonces, “que no eran políticos de izquierdas sino santos”, le animaron a convertirse en sacerdote. Pero los dos años de latín, griego, sotanas y vacas en la universidad de Comillas le hicieron aborrecer el seminario, “una fábrica de hacer curas” y se volvió a Madrid.

En la Universidad Complutense se licenció en Teología y Filosofía. Conoció el marxismo-cristianismo; la protesta estudiantil unida a la protesta obrera. Aprendió la marginación, la pobreza y las injusticias en los barrios chabolistas de Madrid en los que daba clase, “y escuchaba a los chavales”, exclama. “Y desperté a cosas que no había vivido. Fíjate –recuerda- que cuando yo era un niño a mí no me asustaban con el coco. A mí me decían:Duérmete que vienen los maquis”. 

En 1972, llegado el aperturista Vicente Enrique y Tarancón al arzobispado de Madrid,Enrique de Castro se ordena sacerdote y pide destino en Vallecas. “Llego al final del franquismo. El barrio, en el que todavía quedan colonias del movimiento, es refugio para el sindicalismo clandestino. Los curas se dividen en tres opciones: la de los jesuitas que tiraban para el Partido Comunista; los seculares que estaban con la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y una tercera opción de izquierdas sin militancia, en la que me incluyo”.

La evangelización política

En ese contexto, en el año 1973, Enrique y su compañero Fernando Carracedorevolucionaron el Alto del Arenal, cerca de estadio del Rayo Vallecano, con sus misas participadas, abiertas a la gente. “Era la una de la tarde de un domingo; habíamos colocado los bancos de la iglesia en semicírculo y, en el mismo plano, el altar, que desde ese momento se convierte en mesa. Yo leí el Evangelio y después dije: Decid lo que os parezca. El silencio se masticaba. Fue un silencio sepulcral”. 

Pero la reserva tardó poco en romperse, como poco tardó en correrse la voz de lo que estaba ocurriendo en la parroquia de Castro: el cambio de casullas por vaqueros, la retirada de las velas de a duro y el cestillo, la supresión de las misas de niños “porque no había que engañarles” o su confesión “porque los niños no pecan”. “En ese momento –resume– el Evangelio dejó de ser doctrina y moral para convertirse en acción social. Para convertirse en lo que es: la buena noticia de hacer que la gente coma, tenga agua o una vivienda digna”. 

No lo fue tanto para las autoridades que infiltraron policías en las celebraciones, que no misas, de San Pablo. Enrique comenzó a recibir las visitas de la Brigada-Político Social en casa. En 1975, con la lectura de la homilía del obispo Alberto Iniesta contra los últimos fusilamientos del franquismo, el entonces ya conocido como cura rojo de Vallecas conoció la DGS y la prisión de Carabanchel.
Enrique de Castro, con el teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff.
“Fueron hasta once veces a buscarme. Me tuve que esconder en Arganda. Al final me entregué; me llevaron a la Dirección General de Seguridad, a ese sótano tan tétrico donde me desnudaron. Me cacheaban una y otra vez hasta la humillación. Y si eso me hicieron a mí, que era cura, que no harían a otros en la DGS. Después me llevaron al Hospital Penitenciario de Carabanchel. A los cuatro días salí con una carta escrita de puño y letra deTarancón”.

“Con la llegada de la Transición –cuenta Enrique– se terminó una época que yo llamo la de la traducción política del Evangelio, porque es allí donde descubrimos la lucha por las libertades, por la justicia social”. La siguiente es la de la defensa de esa generación de los años 80 exterminada por la heroína y la de la lucha del cura obrero contra la persecución, la tortura e, incluso, los asesinatos de los chavales de la droga.

Las madres contra la droga 
Las quejas de algunos fieles y la oposición de algún compañero de parroquia por cobijar a los yonquis del barrio le obligaron a mudarse a San Carlos Borromeo, la Iglesia Roja de Entrevías. Allí creó la Asamblea de Madres contra la droga. “Eran mujeres que no entendían lo que les estaba pasando a sus hijos, que se culpaban entre ellas o a los hijos de las otras, hasta que las reuní y les expliqué: Tenemos que estar juntos porque nos están metiendo un gol”.

Además de la labor social con los chicos, la tarea de Enrique y de San Carlos se centró en la denuncia permanente. “En el año 85, durante treinta días, estuvimos denunciando en los medios los puntos de venta de droga; pero, por encima de eso, la connivencia y la corrupción policial que llevamos hasta el Congreso de los Diputados ante la pasividad de la Justicia”. También la del ministro José Barrionuevo, que se negó a recibirlos.

Evoca con especial dolor el caso de Miguel: “Un policía que amparaba la venta de droga en un pub del pueblo de Vallecas salió a perseguir a un grupo de chavales con el coche. De copiloto llevaba a un gitano armado con un palo. Después de arrollar a uno de ellos, cuando el chico estaba en el suelo, salió y le pegó un tiro a bocajarro. Lo mató”.

Y es el único que recuerda en el que el juez ordenase reconstruir los hechos y se condenase al policía a ocho años de prisión. “Lo habitual –asegura– era lo contrario. No te puedo contar las noches que yo he pasado en comisaría, los partes médicos falsificados después de las torturas, que eran sistemáticas en todas las comisarías de España”. Y refiere unas cuantas como la de la mesa, que consistía en atar las piernas de los detenidos en una mesa con el cuerpo colgando hacia atrás. “Les metían la cabeza en agua, les quemaban con cigarrillos, les daban corrientes eléctricas en los testículos, les hacían de todo”.
Delante de Enrique, la madre de Miguel, asesinado a bocajarro por un policía.
La penúltima pelea: contra el arzobispado de Madrid 
Desaparecida aquella generación, de la que Enrique habla en sus libros Hay que colgarlos yDios es ateo, San Calos Borromeo se volcó en la inmigración y en buscar casas, no para dar acogida sino para compartir con chicos sin recursos como los que hoy conviven con él. La parroquia se convirtió en hervidero de movimientos sociales con las Semanas de Lucha Social, que arrancaron con una protesta en la Catedral de la Almudena, y los encierros con insumisos, okupas, etc…. en lugares emblemáticos como la Bolsa o la Mezquita de Córdoba.

Pero las cosas habían cambiado en la Iglesia con la llegada al Vaticano del “conservador e integrista Juan Pablo II. Se cargó la teología de la liberación, pactó con Reagan la eliminación de los focos de sublevación en Latinoamerica. Y en España, eso se tradujo en el relevo del nuncio y el cambio de la iglesia de base que ahora forman los kikos, los Legionarios de Cristo y el Opus Dei”.

En la Iglesia Roja se siguen comulgando rosquillas “porque comulgar con la hostia es un doble acto de fe, primero hay que creer que eso es pan”, recuerda las palabras del teólogo de la liberación Leonardo Boff. Pero la aparición de Enrique en TVE hablando de homosexualidad o aborto, defendiendo lo absurdo del celibato o la desaparición del Vaticano y la publicación de su último libro, La fe y la estafa, colman la paciencia del ultraconservador Rouco Varela, que en el año 2006 anuncia el cierre de San Carlos Borromeo.

Hoy Enrique está jubilado y ha dejado la parroquia, que la presión social consiguió salvar del arzobispado, en las manos de otro buen pastor: Javier Baeza. Él pasa los días cocinando para los chavales con los que comparte piso y amasando, con buenos chorros de realidad, una evangelización que entiende como la transmisión de buenas noticias. Entre ellas la de que “en España se ha dado un salto saludable”, asegura en referencia al 15M y a sus derivadas políticas. No obstante anima el cura activista de Vallecas: “Las parroquias tienen que ser centros abiertos para la militancia de la gente. Si alguien tiene hambre, hay que darle de comer, pero debe ser la gente la que tome las riendas de su propia historia”.