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viernes, 2 de mayo de 2025

Consideraciones entre la muerte del Papa Francisco y el cónclave. José Arregui. 29/04/2025

 

 | José Arregi

El papa Francisco descansa en paz.  Lo de menos es que su maltrecho cuerpo repose en la Basílica de San Pedro o en la de Santa María la Mayor o en un humilde nicho de cualquier cementerio romano.

Descanse en paz, en la paz profunda de la madre tierra, en la eterna paz creadora que sostiene y mueve el universo eterno.

Resultaba demasiado penoso e inhumano ver cómo lo exhibían impúdicamente, urbi et orbi, en aquel estado físico de dolor y asfixia, y escuchar de boca de fuentes supuestamente enteradas y sinceras que aún le quedaba un largo pontificado por delante para coronar el gran proyecto de su reforma eclesial franciscana. En todo ello se reflejaba la impiedad de un sistema tan anacrónico como insostenible, inflexible y ajeno al dolor y a la limitación de un hombre, Jorge Bergoglio, anciano y doliente. La noticia de su fallecimiento fue para mí, pienso que para muchos, un verdadero alivio.

lunes, 13 de marzo de 2023

La Primavera pendiente. 10 años del papa Francisco. José Arregui.

 

Balance de los 10 años del papa Francisco

En noviembre de 2013, 8 meses después de su elección, el papa Francisco publicó el primero de sus grandes documentos, creo que el mejor de todos los textos escritos o firmados por él: la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Fue como un pregón programático. Como un pregón primaveral. Evocaba aquellas palabras que el relato evangélico de Lucas pone en boca de Jesús en la escena inaugural de su misión profética en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu de la Vida me envía a anunciar la buena noticia a los pobres, a proclamar la liberación de los cautivos, a promulgar el año de gracia, el Jubileo de la justicia y de la paz sobre toda la Tierra” (Lc 4,18-19).

Evangelii Gaudium: eso es todo y a eso vengo”, venía a decir el papa argentino, jesuita y franciscano a la vez: solo la bondad inseparablemente personal y política puede traer la alegría de vivir a esta tierra, solo la alegría compartida puede sostener a la larga la lucha por la paz y la justicia universal. La Evangelii Gaudium no denuncia la cultura actual, sino la economía financiera asesina. Afirma que “el gran peligro del mundo (y de los cristianos) es la tristeza” (n. 2), y el remedio no está en creer los dogmas, sino en realizar la “revolución de la ternura” (n. 88). Fue un pregón profético y primaveral con los pies en el suelo y el espíritu en la Buena Noticia de Jesús.