1. Introducción:
Nosotr@s hoy no celebramos la muerte de Jesús, celebramos su Vida. Queremos
mantener vivo su recuerdo, que “nada de
su vida se pierda”. Este esfuerzo realizado durante siglos y siglos de
cristianismo hace que hoy Jesús realmente “viva” entre nosotros. Él es nuestro
referente ético, junto a otras muchas personas, que hicieron un nuevo mundo
posible,
Todos los inviernos se apaga la vida, pero la vida espera, empujando, en cada nueva
primavera, en cada pascua, igual que esperan nuestras ilusiones y
proyectos.
Por eso podemos celebrar los pasos, cada paso, todos los pasos. Los que llevan al éxito y los que se pierden en la inconsciencia o el fracaso... recordando también la cena clandestina de Jesús y su paso por el fracaso. Celebrando el paso de la muerte a la vida, anhelamos una resurrección moral en la humanidad.