Fernando Cardenal compartió nuestra mesa común. Estas fotos están hechas en nuestro local de CCP-Granada celebrando la eucaristía allá por los noventa.
Fernando Cardenal (Granada, 26 de enero de 1934 - Managua, 20 de febrero de 2016) fue un jesuita, en la línea de la teología de la liberación, y ministro de Educación durante el gobierno de la Revolución Popular Sandinista entre los años 1984 y 1990. Actualmente trabajaba como Director Nacional de Fe y Alegría Nicaragua y era hermano del poeta Ernesto Cardenal (1925-).
En 1980 estuvo al frente de la denominada Cruzada Nacional de Alfabetización, una campaña por la alfabetización en Nicaragua que logró enseñar las primeras letras a más de medio millón de personas y que permitió reducir el índice de analfabetismo, superior al 50 % en la época de la dictadura de Somoza, hasta un escaso 13 %. Esta tarea obtuvo el premio de la medalla Nadezhda Krúpskayae de la Unesco en 1981.
El 4 de febrero de 1984 el papa Juan Pablo II suspendió a divinis del ejercicio del sacerdocio, a los sacerdotes Ernesto Cardenal (ministro de Cultura), Fernando Cardenal (ministro de Educación) y Miguel d'Escoto (ministro de Relaciones Exteriores), por estar adscritos a la teología de la liberación y por ejercer como ministros de la revolución sandinista. Ellos permanecieron en sus cargos, conscientes de su deber con los pobres y con su pueblo, y sabiendo que así estaban realmente sirviendo a la causa de su fe y del Reino de Dios. Treinta años después, el 4 de agosto de 2014, el papa Francisco levantó esa suspensión.
En Fernando, varias generaciones de jóvenes nicaragüenses, muchachas y muchachos, encontraron un guía para asumir un compromiso con Nicaragua, con los empobrecidos, y por su liberación. Fue, durante un tiempo, también Vicecoordinador de la Juventud Sandinista.
El compromiso, la vocación de servicio, la integridad a toda prueba, el amor a Nicaragua… caracterizaron a Fernando Cardenal durante toda su vida. Descanse en Paz…
En esta foto: Fernando Cardenal con Rafa Briones, Pepe Castillo, Juan Lanza, Antoñete, Pedro Gómez y Encarnita...
"A pesar de todas estas tristezas, soy un hombre de esperanza. El último
capítulo de mis Memorias publicado hace dos años se llama: ESPERANZA. Para mí
lo fundamental de ella es que creo profundamente en los jóvenes.
Trabajamos
juntos en la lucha contra la Dictadura Somocista desde el Movimiento Cristiano
Revolucionario. Entonces fui testigo directo de su entrega, su mística, su
valor ante el peligro de ser asesinados (14 perdieron la vida). Luego fui
también testigo directo de las maravillas de valor y compromiso, en algunos
caso hasta el heroísmo, de los 60.000 jóvenes voluntarios que se fueron a las
montañas en la Cruzada Nacional de Alfabetización. Y después trabajé 5 años con
la Juventud Sandinista, la juventud de la revolución.
En estos tres escenarios
encontré que los jóvenes tenían una fuerza interior muy grande y una entrega
sin límites para trabajar en todas las tareas en beneficio del pueblo. A mí no
me cuentan cuentos. Yo estuve con ellos y ellas. Ellos son mi esperanza. Sólo
hace falta que la sociedad les ofrezca una causa grande, noble, bella, si es
difícil, mejor, y que al frente de ella haya personas con autoridad moral. “YO
ESPERO QUE LOS JÓVENES REGRESEN A LAS CALLES A HACER HISTORIA"
Con Domingo, Carmen, Conchi, Pilar, Migue, Cati, Manuela, Mari Pepa, Ricardo, Mari Paz, Rosalía, Pili López...etc.
"Tienen la lengua tan suelta para decir cosas muy desagradables contra mujeres u homosexuales"
José María Castillo: "¿Por qué se callan nuestros obispos ante tantas cosas que claman al cielo?"
"¿En qué país viven nuestros obispos? ¿Es que no se enteran de lo que está ocurriendo?"
José María Castillo, 19 de febrero de 2016 a las 10:21. Religión Digital. Opinión.
¿No tienen ni idea del sufrimiento, de la humillación, de la desesperación en que viven tantas familias, tantos enfermos, tantos niños, tantas personas sin trabajo ni esperanza de tenerlo, tantos trabajadores mal pagados?
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Obispos españoles
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Obispos españoles, en San Pedro, con el Papa
(José María Castillo).- En la situación tan decisiva y difícil, como la que estamos viviendo en España, llaman la atención, sorprenden y escandalizan muchas cosas, que no es el caso (ni pretendo) enumerar aquí. Pero hay una, en concreto, que no me puedo callar. Cuando se está decidiendo el futuro de nuestro país, lo que es tanto como hablar de la felicidad o la desgracia de tantas familias y de tantos ciudadanos, los obispos españoles dan la impresión de que no tienen prácticamente nada que decir.
Por supuesto, en determinados momentos, sabemos que la Conferencia Episcopal (o quizá algún que otro obispo) han dicho que quieren el bien de España, la paz entre los ciudadanos, la justicia social, la rectitud ética o quizá otros tópicos y lugres comunes por el estilo. Pero afrontar directamente y con claridad los problemas que más nos preocupan ahora mismo a los españoles, de eso ni media palabra. O por lo menos, decir algo que haya sido importante y útil, de eso - que sepamos - nada de nada.
¿En qué país viven nuestros obispos? ¿Es que no se enteran de lo que está ocurriendo? ¿No se han dado cuenta todavía de la descomposición ética que está viviendo España? ¿No tienen ni idea del sufrimiento, de la humillación, de la desesperación en que viven tantas familias, tantos enfermos, tantos niños, tantas personas sin trabajo ni esperanza de tenerlo, tantos trabajadores mal pagados, tantas personas que tienen que huir de España porque aquí no se puede vivir, tantos políticos que se han enriquecido escandalosamente, tanta desigualdad entre unos pocos multimillonarios y millones de criaturas que no tienen fuerzas para seguir callando y aguantando, etc, etc?
Ya sé que habría que recordar otras cosas de las que los jerarcas eclesiásticos, por lo visto, no tienen nada que decir. No pretendo (ni puedo) ser exhaustivo. En cualquier caso, lo que yo me pregunto es por qué se callan en estos asuntos tan graves, cuando sabemos que algunos de nuestros prelados tienen la lengua tan suelta para decir cosas muy desagradables (y hasta injustas) contra las mujeres, contra los homosexuales, contra las personas que tienen una mentalidad secular, laica o atea.
¿Por qué se callan nuestros obispos ante tantas cosas que claman al cielo? Me sospecho que, en muchos casos, callan porque tienen miedo. Miedo a perder privilegios legales, económicos y fiscales. Miedo a que les echen en cara con qué autoridad o credibilidad se ponen a decir lo que se tiene que hacer en la "ciudad secular" cuando ellos son los primeros que no ponen en práctica esas mismas cosas en la "Ciudad de Dios"? ¿Cómo va a exigir la Iglesia que se pongan en práctica los derechos humanos cuando la Iglesia no los reconoce ni los pone en práctica dentro de ella misma?
Es triste y duro tener que reconocerlo. La Iglesia se ha quedado atrás en la historia.Su mentalidad, su teología, sus leyes, sus rituales, su moralidad, todo eso y tantas otras cosas, dan la impresión que son cosas de tiempos pasados, muy pasados. Tan pasados y atrasados, que cuando de pronto aparece un papa - tal es el caso de Francisco - que se ha empeñado en ponerse al día, es precisamente dentro de la misma Iglesia donde este obispo de Roma encuentra una oposición más fuerte e intolerante. ¿Y así queremos los cristianos poder decirle a nuestra sociedad y a nuestro país alguna palabra que le sea útil?
Para leer todos los artículos del autor, pincha aquí:
..El desierto inesperado se caracteriza por la aridez, la sequedad, el sinsentido e incluso la desesperanza. La oscuridad parece invadir el espacio que antes nos parecía luminoso y el desconcierto amenaza con introducirnos en una espiral de vacío.
Y, sin embargo, es entonces cuando puede producirse el milagro. Acertaba Leonard Cohen cuando decía: “Hay una grieta, una grieta en todo. Por ahí es por donde entra la luz“. Y Carl Jung: “No es posible despertar a la conciencia sin dolor. Un@ no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”.
El desierto nos va llevando a reconocer la inconsistencia del yo hasta poder percibir que somos Aquello que no puede ser amenazado. Ese fue el modo como Jesús superó las tentaciones de su desierto particular, centradas –como las nuestras- en el tener, el poder y el aparentar (Mt 4,1-11). Enrique Martinez Lozano.
Campamento de Refugiad@s en Calais. Francia. http://www.dunkirkcamp.com/ Así comenzamos la eucaristía del sábado pasado, 13 de Febrero, meditando sobre este tiempo de Cuaresma y Desierto.... Desde las seis de la tarde no pararon de traer al local de CCP de Granada, en la Atarazana, multitud de ropa de abrigo para el campamento de refugiados en Calais. El lunes 15, sale una furgoneta para allá. Vinieron bolsas inmensas desde la parroquia de la Chana, San Pompilio, Norte, hortelan@s...Llenamos la furgoneta y la bibliotequilla quedó repleta de ropa para un próximo viaje. La solidaridad se multiplicó como el milagro de los panes y los peces...También nos visitaron compas nuev@s al calor de la mesa común y la flauta mágica de Paula. Culminamos con el brindis y tapas en el bar de la esquina...Qué mejor celebración eucarística!.
EL PRÓXIMO SÁBADO 20F: Después de la Celebración de la Mesa Común: FIESTA DE CARNAVAL, A LAS SIETE . TE ESPERAMOS DISFRAZAD@. CCP-GRANADA: C/. Atarazana del Santísimo 6-patio. (Espaldas Instituto Padre Suárez).
En la mañana del sábado 13 de Febrero miembr@s de CCP de Granada (Tere, Inés , Loli, Pilar, Cristina, Darío, Malena, Candela....)participamos en la manifestación por la LIBERTAD DE EXPRESIÓN, y en solidaridad con los titiriteros granadinos Raúl y Alfonso, encarcelados cinco días por hacer su obra de teatro.... http://www.eldiario.es/tribunaabierta/intencion-enaltecer-terrorismo-incitar-violencia_6_484411561.html
"Nunca fue nuestra intención enaltecer el terrorismo ni incitar a la violencia o al odio"
En primer lugar queremos agradecer inmensamente todo el apoyo que hemos recibido, tanto de nuestros familiares y amigos, como de toda la gente que se ha organizado para ayudarnos de una u otra manera, tanto en la calle, como en los medios de comunicación, de manera individual y de manera colectiva. Nos llena de emoción y es lo que nos hace mantenernos fuertes. De verdad, gracias.
Queremos decir que estos días han supuesto una experiencia difícil; hemos sido detenidos y posteriormente encarcelados por realizar nuestro oficio, por representar la obra que, con tanta ilusión y trabajo, habíamos creado. Hemos sido difamados por algunos medios de comunicación mientras permanecíamos en prisión y ahora estamos sintiendo las heridas que han abierto en nuestros seres queridos.
Con nuestra obra no pretendíamos aleccionar a nadie y mucho menos a los niños y niñas, sino tan sólo contar una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad que nos ha tocado vivir estos días. Nosotros no somos todo lo que cada títere pueda decir o le pueda ocurrir en cada escena. Es importante subrayar que la obra de títeres que representamos el pasado viernes era una sátira. Con ella pretendíamos reflexionar sobre algunas situaciones, a nuestro juicio injustas e inmorales, que se dan hoy en día en nuestra sociedad. Y lo queríamos hacer, además, recuperando a don Cristóbal, ese oscuro personaje tradicional que rondó los teatrillos populares de este país hasta que llegó la guerra civil, esa que acabó con muchas cosas, como con el propio don Cristóbal, o con la libertad de expresión.
Esa libertad de expresión que creíamos que era un derecho fundamental, la misma que permite decir las cosas que al de al lado no le gustan, o no le apetece oír, o incluso le horroriza escuchar. Porque la libertad de expresión no es el derecho de decir sólo lo que uno quiere escuchar. Quien la entienda así, en realidad no cree en ella.
No pretendíamos ofender a nadie con nuestro espectáculo y por eso advertimos al público antes de comenzar de que los personajes realizaban actos atroces y violentos. A las personas que decidieron quedarse y se sintieron ofendidas les pedimos disculpas pues esta nunca fue nuestra intención, como tampoco lo fue enaltecer el terrorismo, ni incitar a la violencia o al odio.
Tan solo nos queda destacar la preocupación que sentimos ahora. Que sentimos nosotros, Alfonso y Raúl, pero también todos y todas las que inventamos historias, las que les damos forma, y las que las interpretamos. La preocupación de que un día llegue don Cristóbal con su cachiporra y nos golpee, como hizo el otro día, porque no le gustó la función.
LAS CCP DE ANDALUCÍA CONTRA LA
EXPULSIÓN DEL SACERDOTE JESUITA ESTEBAN VELAZQUEZ POR PARTE DEL REINO DE
MARRUECOS.
Las personas
pertenecientes a las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía denunciamos
la expulsión del sacerdote jesuita Esteban Velázquez por parte del reino de
Marruecos y pedimos la intervención diplomática española para su vuelta a
Nador.
El sacerdote jesuita Esteban
Velázquez es una persona avezada a situaciones fronterizas de enorme gravedad y
tensión, como la guerrilla en el Salvador. Desde hace tres años venía siendo
responsable de la Delegación de migraciones del Arzobispado de Tánger en la
ciudad de Nador, unos 15 kilómetros al sur de Melilla. El pasado 11 de enero le
fue denegada la entrada a Marruecos y se le requisó su permiso de residencia
marroquí, del que era titular, cuando intentaba entrar a través de Melilla.
Esteban ha sido silencioso, tenaz e
incansable en la defensa de los derechos fundamentales y la atención
humanitaria a las personas migrantes y refugiadas que se encuentran en tránsito
por el norte de Marruecos como etapa final de su periplo migratorio hacia
Europa. También realizaba una importante labor de inclusión social con los
jóvenes marroquíes en riesgo de exclusión en la región.
Nos parece enormemente grave esta
prohibición de entrada a una persona, que destaca por su insobornable defensa
de los Derechos Humanos. Y muestra bien a las claras que la monarquía marroquí
necesita todavía un largo recorrido para hacer efectivas libertades tan básicas
como la religiosa, la de conciencia y la de expresión.
Los colectivos de Comunidades Cristianas
Populares de Andalucía, muchos de cuyos miembros trabajamos por los derechos de las personas
migrantes y refugiadas en la Frontera Sur, consideramos que los verdaderos motivos
que subyacen en esta expulsión residen en que Esteban era un testigo incómodo.
Esteban no ha dudado en dar testimonio de las graves vulneraciones a los
derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas en Marruecos. Esteban
ha sido también rotundo a la hora de señalar a los responsables de estos
atropellos sin hacer distinciones ya sean fuerzas de seguridad marroquíes,
españolas o quienes trafican con personas.
Igualmente nos parece inaceptable la
absoluta inacción del Gobierno español a la hora de responder ante el trato
flagrantemente injusto recibido por parte de uno de sus ciudadanos mientras se
vanagloria de tener una “relación privilegiada” con el gobierno marroquí al que
felicita por su implicación en el “control” de los flujos migratorios por vías
de dudosa regularidad internacional.
Finalmente debemos recordar que las
personas desplazadas hasta la zona fronteriza hispano marroquí lo hacen para
defender su derecho a una vida digna. La imposibilidad de acceder a Europa por
vías regularizadas provoca una situación crítica, agravada enormemente por la
represión de la que son objeto por parte del Estado marroquí. Se añade el
agravante de que Marruecos emplea medios proporcionados por la propia Unión
Europea, actuando como gendarme exterior de sus fronteras.
El trabajo de Esteban Velázquez y
las personas que colaboran con él únicamente pretende mitigar la enorme penuria
que sufren quienes se encuentran entre la represión marroquí y la valla de
Melilla en la última etapa de su periplo. Es urgente por tanto que la
diplomacia española intervenga para que se revoque la prohibición de entrada
para Esteban Velázquez y se le permita acceder a Nador paracontinuar con su tarea humanitaria tan urgente y tan
descuidada.
CCP de Andalucía: 21 años sin Diamantino (9 de Febrero del 95). Cura obrero. Párroco de los Corrales (Sevilla) Fundador del SOC (Sindicato de Obrer@s del Campo) y la APDH (Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía). Amigo, compañero, profeta, uno de los nuestros...Siempre en nuestra memoria.
Iniciando hoy "La Cuaresma" reproducimos un escrito de Diamantino: "Convertirse es Vivir una Vida de Calidad". Cuaresma 1990.
CONVERTIRSE ES VIVIR UNA VIDA
DE CALIDAD. Diamantino García.
CUARESMA DE LA ALEGRIA
La Pascua es
el triunfo de la vida sobre la muerte. La Cuaresma no es solo preparación sino
que es anticipo de la celebración de la vida. El primer anuncio de la Cuaresma
es de ALEGRÍA. Cuaresma no tiene que ser sinónimo de mortificaciones y complejo
de culpa.
Vivir en la negatividad es hasta blasfemia.
En lugar de
mortificaciones, VIVIFICACIONES.
En lugar de privarme
de comer algo, INVITAR a alguien a comer.
En lugar de
ahorrar para no gastar, poner a disposición de otro que lo necesite para así COMPARTIR.
En lugar de
penitencias, CONVERSION.
En vez de
imponerme la penitencia de no criticar a nadie, proponerme el descubrir las cosas positivas
de los demás.
En vez de
proponerme el sacrificio de aguantar en silencio cuando hacen crítica de alguna
actitud mía, hacer el propósito de escuchar las razones del otr@ poniéndome
en su caso.
En vez de
imponerme el sacrificio de no perder el tiempo viendo un programa de televisión,
sacar tiempo para compartir en la casa de algún vecin@ un rato agradable.
En lugar de
complejo de culpa, sentimiento de poseer la gracia de DIOS, que es la
CREATIVIDAD.. Cambiar la actitud negativa de que tengo tantos defectos, tantas
limitaciones y de que valgo tan poco..., por la actitud positiva de que soy
una persona de suerte porque DIOS se ha empeñado en mí, porque conozco la
esperanza evangélica, porque cuento con amigos-as realmente excelentes, porque
cuento con un grupo, familia, que difícilmente se encuentra, etc… En cierto modo
soy una privilegiad@ y por ello tengo que dar gracias a DIOS, a los
otros. Estar content@, optimista. Sintiendo mucho más la gracia que la culpa.
En esta
Cuaresma tenemos que hacer la traducción en positivo de la mortificación, del ayuno,
del sufrimiento. Porque, el DIOS de la Vida que sacó a su Hijo de la muerte, nos llama a todos a VIVIR.
Cada victoria sobre nuestro egoísmo es ya una parte de Pascua.
En lugar de
obsesionarme por la manía de mortificar mi hablar, mi pensar, mi actuar,...
procurar trabajar por ser más libre, más espontánea. La libertad es más
positiva que la mortificación.
En lugar de
.proponer ayunos, limosnas..., incitar a la solidaridad. Ya lo dice el
Señor: …”el ayuno que yo quiero, que a mí me gusta, es visitar al huérfano y a
la viuda y abrir tu carne al necesitado”. La solidaridad es la forma
concreta hoy día de practicar la caridad. No busquemos sufrimientos artificiales
para ser virtuosos, sino que compartamos solidariamente el sufrir de !os demás,
para así ir superando todo sufrimiento.
CUARESMA DE VIDA
Si la Pascua
es el triunfa de la Vida sobre la muerte, la Cuaresma es un anticipo de ese
triunfo.Y la mejor manera de mostrar ese anticipo del triunfo de la Vida plena,
es ya, ir llevando aquí una vida de calidad. La Conversión no es otra cosa que esforzarme
por vivir una vida de calidad en un mundo de vidas tan superficiales,
rutinarias, consumistas. Vivir una vida de calidad en esta saciedad, no es cosa
fácil: es conflictivo. Incluso tenemos que pagar el precio de ser bichos raros,
marginados. Nosotr@s, como creyentes, podemos
asumir la cruz de la conflictividad, de la marginación, siguiendo sin
temor el camino que ya recorrió Jesús. En el sentido de vivir la cruz de la
cuaresma, pero no una cruz que mata sino que vivifica.
En este
sentido hemos de tener las cosas muy claras: No dejaremos de ser fieles por
temor a “quemarnos”. En la conflictividad que asumimos, hemos de ser sencill@s
pero no ingenu@s; prudentes pero no escurridiz@s. Hemos de discernir, como
Jesús, los signos de los tiempos y del lugar, para actuar consecuentemente. Y
en los momentos precisos, no guardaremos la vida, sino que podemos dar la cara.
CONVERTIRNOS AL AMOR Y A LA SOLIDARIDAD, ESA TIENE QUE SER NUESTRA CUARESMA.
La vida y la
felicidad y la realización de toda persona honesta están en el amar, en el
compartir, en el vivir con y para los demás. Con esto, no solo imitamos a
Dios que se solidarizó con nosotros y se hizo pobre, marginado, perseguido,
ejecutado; sino que hacemos presente a Dios en nuestra vida porque ÉL ES AMOR.
Vivir en
solidaridad es calidad de vida, porque el otro es para ti, no un rival sino
complemento, estímulo, fuente en tu propia personalidad.
El que no ama
está muerto. Y es el egoísmo el que va matando en ti el amor, que es la auténtica
vida. Es lo que llamamos crucificar el egoísmo y el individualismo, en sentido
positivo, cultivando la solidaridad.
EN LA CUARESMA
PODEMOS RENACER COMO MUJERES Y HOMBRES
NUEV@S.
Nuestra fe,
nuestra religiosidad, ha de estar avalada por el testimonio de una vida
austera y desprendida. Buscando siempre la coherencia y la transparencia entre
lo que pensamos y lo que vivimos. Es muy conveniente en este sentido que
nos ayudemos de los demás, que busquemos la
corrección
fraterna para huir de las desviaciones individuales, personalistas,
obsesivas... Hemos de conjugar generosamente la ACCIÓN Y LA CONTEMPLACIÓN; la oración y la lucha por la justicia;
la militancia y la acogida; el coraje y la ternura.
Orar es abrirse al SER; dejarse invadir por la
presencia del SER. De este modo orar es:
CONTEMPLAR El
Ser bueno, bello, verdadero.
AGRADECER: Todo lo creado. AMAR:
porque ahí radica la FELICIDAD. Orar es dejarse interpelar por la PALABRA
DE DIOS, que se ha hecho vida en cristo Jesús,
Orar es entrar en la profundidad de todo, porque ahí,
en lo profundo encontramos a Dios. Lo mismo da
que cantemos los salmos, que contemplemos el árbol, que meditemos un libro o
que estemos cocinando…Dios está ahí, cuando sabemos
llegar al fondo de las cosas. La Cuaresma es un tiempo muy propicio para ser
profundos en la vida. Podemos evitar la dispersión, la superficialidad, las prisas,
el activismo de tan escasos resultados…Porque con frecuencia, siempre nos falta
tiempo. Sólo tenemos prisa. El orar nos parece con frecuencia una complicación
más y una solemne pérdida de tiempo. Es cuestión de PACIFICARSE. Podemos DISFRUTAR DEL TIEMPO, de los trabajos, de las cosas. Es cuestión
de relativizar y buscar prioridades ACEPTANDO
LIMITACIONES. Es cuestión de organizarse. La Cuaresma, así tomada, nos puede ayudar a
comprender que solo una cosa es necesaria: DIOS.
Diamantino García
Acosta. Cura obrero. Párroco de los Corrales (Sevilla) Fundador del SOC
(Sindicato de Obrer@s del Campo) y la APDH (Asociación Pro Derechos Humanos de
Andalucía). .
Cuaresma de 1990.
Carlos Cano: Diamantino y Verde, blanca y verde.
Lucía Sócam, JJ Téllez: A Diamantino García Acosta.
Bienaventurad@s los ate@s porque encontrarán a Dios
Traemos aquí este artículo deMaría López Vigil(acordaos de sus casetes "Un tal Jesús") en la revista Horizonte. Nos lo recomienda un buen amigo de Palma, buscador como nosotros de nuevos lenguajes comprensiones.
Paper-Comunicación recibido el 21 Agosto de 2014 y aprobado el 17 de marzo de 2015. Periodista y escritora. Redactora Jefa de la Revista Envío, de la Universidad Centroamericana (UCA). País de origen: Nicaragua. E-mail: maria@untaljesus.net Maria López Vigil Horizonte, Belo Horizonte, vol. 13, no. 37, p. 584-591, Enero/Marzo 2015 – ISSN 2175-5841 585
Los dogmas del Catolicismo, la religión en la que nací, ya no me dicen nada.
Las tradiciones y creencias del Cristianismo, tal como las aprendí, me parecen cada
vez más ajenas. Son respuestas. Y ante el misterio del mundo yo tengo cada vez
más preguntas. Sentimientos parecidos a los míos los descubro en mucha otra gente, sobre
todo jóvenes, sobre todo mujeres, que no niegan a Dios, pero que buscan una
espiritualidad que alimente de verdad el sentido de sus vidas. Y en busca de ese
tesoro, donde poner su corazón, toman distancia, se apartan, revisan, hasta
rechazan, la religión aprendida. ¿Qué nos pasa? ¿Qué me ha pasado? Que he crecido, que he leído, que he
buscado, que vivimos en un mundo radicalmente diferente al mundo tribal, rural,
pre-moderno, en el que se fraguaron los ritos, dogmas, creencias, jerarquías y
tradiciones de mi religión. El sistema religioso que nos han enseñado habla de un
concepto anticuado del mundo. Ya no podemos caminar con esos “zapatos”, ya no
me sirven. Sabiendo, como sé, que el Cristianismo en todas sus versiones (católicos,
protestantes, evangélicos, ortodoxos…) es una religión poderosa, pero una más
entre tantas que existen y han existido en el planeta y en la historia, ya no puedo
creer que la mía es la religión verdadera. Sería una insensatez tan mayúscula como
creer que mi lengua materna, el español, es entre todas las lenguas, la mejor sólo
porque nací en ella, es la que conozco y la que sé hablar. Encuentro arrogantes los postulados religiosos que aprendí. Porque se
presentan absolutos, rígidos, infalibles, incuestionables, inmutables e
impenetrables al paso del tiempo. Y la humildad –que tiene la misma raíz, que
humanidad, humus – me parece un caminito esencial ante el misterio del mundo,
que ni la ciencia ni ninguna religión logra desentrañar cabalmente. Sabiendo, como sé, las riquezas que encierran las variadísimas culturas
humanas, los tantos mundos que hay en este mundo, no puedo creer que en mi
religión y en la Biblia esté “la” revelación de esa Realidad Última que es Dios. Si así
lo creyera, no podría evitar ser soberbia. Y no podría dialogar de igual a igual con
los miles y miles y miles de hombres y mujeres que no lo creen así, que tienen otros
libros sagrados, que van a Dios por otros caminos en donde no hay escrituras
santas que venerar y seguir. ¿Cómo creer en ese galimatías dogmático, amalgamado con una filosofía
superada, que afirma que en Dios hay tres personas distintas con una única
naturaleza y que Jesús es la segunda persona de esas tres, pero con dos
naturalezas? ¿Cómo creer lo que es absurdo y no entiendo si mi cerebro es la obra
maestra de la Vida? ¿Cómo creer que María de Nazaret es Madre de Dios si Dios es
Madre? ¿Cómo creer en la virginidad de María sin asumir lo que ese dogma expresa
de rechazo a la sexualidad y a la sexualidad de las mujeres? ¿Cómo aceptar una
religión tan masculinizada y, por tanto, tan separada de aquella primera intuición
que presentía a Dios en femenino al ver el poder del cuerpo de la mujer que daba
vida? ¿Cómo olvidarnos de que, por esa experiencia vital, Dios “nació mujer” en la
mente de la humanidad? ¿Cómo creer en el infierno sin convertir a Dios en un tirano torturador como
los Pinochet o los Somoza? ¿Cómo creer en el pecado original, que nunca nadie
cometió en ningún lugar, que es solamente el mito con que el pueblo hebreo explicó
el origen del mal en el mundo? ¿Cómo creer que Jesús nos salvó de ese pecado si
esa doctrina no es de Jesús de Nazaret sino de Pablo de Tarso? ¿Cómo creer que
Dios necesitaba de la muerte de Jesús para lavar ese pecado? Jesús el profeta, ¿un
cordero propiciatorio que aplaca con sangre la cólera divina? ¿Cómo creer que
Jesús nos salvó muriendo, cuando lo que nos puede “salvar” del sinsentido es que
nos enseñó a vivir? ¿Cómo creer que como el cuerpo de Jesús y bebo su sangre,
reduciendo así la Eucaristía a un rito materialista, mágico y evocador de sacrificios
arcaicos y sangrientos que Jesús rechazó? Sin embargo, dejando ya en mi camino tantas creencias de la religión
aprendida, no dejo a Jesús de Nazaret. Porque, así como mi padre, mi madre y mis
hermanos son mis referentes afectivos, y así como pienso, hablo y escribo en
español y esa lengua es mi referente cultural, Jesús de Nazaret es mi referente
religioso y espiritual, mi referente ético, el que me es más familiar para tantear el
camino que me abre al misterio del mundo. Hoy, sabiendo, como sé, de la majestad inabarcable del Universo en el que
vivimos, con sus miles de millones de galaxias, no puedo creer que Jesús de
Nazaret sea la única y definitiva encarnación de esa Energía Primera que es Dios.
Eso no lo creyó Jesús. Esa elaboración dogmática, hecha posteriormente y en
contextos de luchas de poder, escandalizaría a Jesús. Hoy, en vez de afirmar “creo
que Jesús es Dios”, prefiero decirme y decir: “Quiero creer en Dios como creyó
Jesús”. ¿Y en qué Dios creía Jesús, el Moreno de Nazaret? Nos enseñó que Dios es
un padre, también una madre, que se preocupa por buscarnos, -el pastor que busca
a su oveja, la mujer que busca su dracma-, que nos espera con ansia, que siempre
acoge, que se indigna ante las injusticias y ante el poder que explota y oprime, que
toma partido por los de abajo, que no quiere pobres ni ricos, que quiere que a nadie le sobre y a nadie le falte, que apuesta por la equidad y la dignidad de todos, que
nos quiere hermanos, que nos quiere en comunidad, que no quiere señores ni
siervos, tampoco siervas, que nos da siempre oportunidades, que se ríe y festeja,
que celebra banquetes a los que invita a todos, que es alegre y es bueno, que es un
abbá, una immá. Todas las religiones del mundo, toditas, se parecen en algo: todas afirman
que son las verdaderas y se ufanan de que sus divinidades son las más poderosas.
Todas se sostienen en creencias, en ritos, en mandamientos y en mediadores. La
mayoría de los mandamientos que imponen son prohibiciones: lo que no se puede
hacer, lo que no se puede pensar, lo que no se puede decir... Y los mediadores que
dominan las religiones son variadísimos: son libros, lugares, tiempos y objetos
sagrados y, sobre todo, son personas sagradas a las que hay que creer, obedecer y
reverenciar. Cuando uno lee la buena noticia de los Evangelios, cuando capta su esencia,
descubre que Jesús no fue un hombre religioso. Jesús fue un laico en contradicción
permanente con los hombres piadosos y sagrados de su tiempo, fariseos y
sacerdotes. Jesús no propuso creencias sino actitudes. No lo vemos nunca
practicando ningún rito sino acercándose a la gente. Le dio la vuelta a varios
mandamientos, tal como eran interpretados por los piadosos de su tiempo. Y no
respetó ni los lugares sagrados (oraba en el monte) ni los tiempos sagrados (“El
sábado es para la gente, no la gente para el sábado”). Jesús fue un hombre espiritual y un maestro ético.Jesús no quiso fundar
ninguna religión y, por eso, no es responsable de ninguno de los dogmas
construidos desde el poder sobre la memoria apasionada de quienes lo conocieron.
Jesús propuso una ética de relaciones humanas. Inspiró un movimiento espiritual y
social de hombres y mujeres que buscando a Dios buscaran la justicia y
construyeran su sueño, el Reino de Dios, que él concibió como una utopía
contrapuesta a la realidad de opresión, injusticia, que le tocó vivir en su país y en su
tiempo. Cuando ninguna persona es sagrada todas las personas se vuelven sagradas.
Cuando ningún objeto es sagrado todos los objetos merecen ser cuidados. Cuando
ningún tiempo es sagrado todos los días que me es dado vivir se convierten en
sagrados. Cuando ningún lugar es sagrado veo en la Naturaleza entera el sagrado
templo de Dios. Esto también nos lo enseñó Jesús. La irreverencia, la provocación, la gracia, el humor, la audacia y la novedad
de la espiritualidad de Jesús de Nazaret han sido aprisionadas desde hace siglos en
la dogmática cristológica. Esa dogmática nos hace prisioneros de un pensamiento
único, nos encierra en una jaula. No nos deja volar porque no nos deja preguntar,
sospechar, dudar… Los barrotes de esa cárcel provocan miedo. Miedo a
desobedecer la palabra autorizada de quienes “saben de Dios”, las jerarquías de la
religión. Miedo a ser castigados por pensar y por decir lo que pensamos. Hoy, sabiendo que vivo “en torno a una estrella del montón, en una zona
corriente de una galaxia vulgar, agrupada con otras igualmente anodinas en un
cúmulo ordinario”, como describe este “barrio cósmico” que es la Tierra un
prestigioso físico, no puedo dejar de sentir petulantes y esclerotizadas, irrelevantes
para mi vida, las certezas y las normas de la religión organizada por una burocracia
jerárquica que, además, en tantas cosas ha traicionado el mensaje de Jesús. Me encuentro más cercana a la Vida que Jesús defendió y dignificó en esa
religiosidad, en esa espiritualidad que es reverencia y asombro ante el misterio del
mundo. Hallo más sentido espiritual en la “religiosidad cósmica” de la que habló el
judío Einstein cuando dijo: “El misterio es lo más hermoso que nos es dado sentir”.
Einstein reconoce que esa experiencia de lo misterioso “cuna del arte y de la ciencia
ha generado también la religión”. Pero añade: “La verdadera religiosidad es saber
de esa Existencia impenetrable para nosotros, saber que hay manifestaciones de la
Razón más profunda y de la Belleza más resplandeciente” que nunca nos son del
todo asequibles. Y concluye: “A mí me basta con el misterio de la eternidad de la
Vida, con el presentimiento y la conciencia de la construcción prodigiosa de lo
existente”. No sé si a mí me basta esa formulación, pero sí sé que me resulta
significativa porque me abre a nuevas preguntas. Y la religión, el sistema religioso
en el que me educaron, no me abrió. Me cerró llenándome de respuestas fijas,
preestablecidas, muchas de ellas amenazantes, angustiantes, generadoras de
miedo, de culpa y de infelicidad. Es tiempo de humanizarnos. Y el sistema religioso,
obligándonos a pensar a Dios de una única manera, imponiéndonos normas
morales severas y faltas de compasión y obligándonos a cultos y ritos rutinarios y
rígidos, nos deshumaniza. ¿Creo en Dios? ¿Qué es la fe? “Es un amor”, me respondió hace ya muchos
años un campesino analfabeto en la República Dominicana cuando yo se lo
pregunté. Nunca lo olvido. Sentí una explicación tan sencilla como profunda. Si Dios es, es quien me mueve siempre hacia el amor, hacia los demás, sean
personas, animales, árboles… Ese movimiento, ese impulso es a compartir, a
simpatizar, a cuidar, a hacerme responsable, a meterme en el agua que guarda en
su fondo ese pozo de todo lo que está vivo. La amistad es la felicidad de no poder
tocar nunca el fondo de ese pozo. Eso es amor: un pozo sin fondo en el que poder
beber. Eso debe ser Dios. En el amor que tengo a quienes quiero yo siento a Dios. Si Dios es, es belleza. El derroche de belleza de la Naturaleza -las estrellas
del cielo, los ojos de los perros, la forma de las hojas, el vuelo de los pájaros, los
colores y sus matices, el mar-, todo ese inconmensurable y siempre sorprendente
listado de hermosuras, todas parecidas, todas diferentes, todas relacionadas, esa
belleza que yo no puedo ni abarcar ni entender, que deslumbra mis ojos y mi
mente, que la ciencia nos descubre y nos explica, siento que tiene “la firma” de
Dios. En el fondo de toda la belleza que veo en todo lo que existe yo siento a Dios. Si Dios es, es alegría. En la fiesta, en la música y el baile, en las formas
indefinibles que adopta la alegría cuando es profunda, en la palabra, en la
compañía, en la celebración, en los logros, en el esfuerzo de creatividad, y muy especialmente en las risas y en las sonrisas de la gente, yo siento que Dios es más
cercano que nunca. Si Dios es, es también justicia. Es la justicia que la historia que conozco y en
la que vivo no le ha garantizado nunca a la gente buena. Que no le garantizó a aquel
campesino pobre y analfabeto que me definió la fe como “un amor”. Pero Dios siempre está más allá de todo amor, de toda belleza, de toda
alegría, siempre inalcanzable, innombrable, indescifrable, siempre más allá de la
idea que de Dios me hago, más allá de mi propio deseo y nostalgia. Maimónides, el
gran pensador judío de la Edad Media, escribió un tratado teológico-filosófico con
este fascinante título: "Guía para perplejos". Dice él: "Describir a Dios mediante
negaciones es la única manera de describirlo en un lenguaje apropiado". Ni una pizca de esa perplejidad la encuentro ya en el sistema religioso en el
que nací. Y es con estos “ladrillos” de pensamiento y de sentimiento, con este
pensar y este sentir, con los que he ido construyendo a tientas una espiritualidad,
convencida, como decía el poeta León Felipe, que nadie va a Dios por el mismo
camino por el que voy yo. La espiritualidad es un camino personal, la religión es un
corsé colectivo. Un “yugo pesado”, en palabras de Jesús. En su libro La ola es el mar, el monje benedictino Willigis Jäger comenta:
“Una persona sagaz dijo: La religión es un truco de los genes”. Jäger se toma muy
en serio esa afirmación. Y explica: “Cuando la especie humana alcanzó el nivel
evolutivo adecuado para plantearse preguntas sobre su origen, su futuro y el
sentido de su existencia, desarrolló la capacidad para dar respuesta a esas
preguntas. El resultado de este proceso es la religión, que durante milenios ha
desempeñado magníficamente su tarea y aún sigue haciéndolo hoy. La religión
forma parte de la evolución humana. Y si hoy llegamos a un punto en que sus
respuestas ya no satisfacen, es un indicio de que la evolución ha dado un paso hacia
adelante y está surgiendo en la humanidad una nueva capacidad para
comprendernos como seres humanos”. A pesar de los caminos errados y de los tiempos perdidos, cuánto me alegro
de que, antes de morirme, desarrollé esa capacidad y pude vivir en el tiempo de ese
paso hacia adelante. http://periodicos.pucminas.br/index.php/horizonte/article/view/P.2175-5841.2015v13n37p584/7725
Vari@s miembr@s de CCP participamos de forma activa en la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en Granada: Jesús, Pepe Martín Civantos, Loli, Pepe Martín Cubero y Ángeles, Domingo y ...much@s más de manera puntual...Estos son los dos documentos que hemos sacado a la luz esta semana pasada: Por las personas sin Hogar y con la Zona Norte.
La APDHA Granada exige que ninguna persona tenga que vivir en la calle
Hace unos días murió otra persona sin hogar en Granada, en plena calle. Era un muchacho joven. Se llamaba Rafael y la diabetes acabó con su vida. A más de uno podría parecerle algo inevitable, pero no lo es. La muerte es cierta y la enfermedad una prueba para todos. Pero la muerte de una persona sin hogar en plena calle y sin atención es un fracaso colectivo como sociedad.
Las sociedades modernas deben aprender a convivir y a afrontar de forma seria y responsable el problema de las personas sin hogar. No hablamos solo de un problema de vivienda, tan grave y urgente, ni de desempleo o falta de ingresos. Hablamos de un problema más complejo aunque minoritario. En él se mezclan también problemas de autoestima, identidad, socialización o de enfermedad mental. En muchos casos podemos hablar de un proceso de deterioro personal, físico y psicológico de las personas, pero en otros se trata de individuos que simplemente eligen vivir en la calle de forma más o menos consciente o que cuando se ven en esa situación no quieren salir de ella, aunque nos parezca extraño o incomprensible.
Las respuestas ante esta complejidad habrán de ser igualmente complejas. No podemos sencillamente resignarnos y aceptar estos hechos como normales, pero tampoco ofrecer respuestas que sabemosa todas luces que son insuficientes.No se trata solo de una cuestión de recursos, sino también de estrategias metodológicas que partan de esa complejidad social. Recientemente se han puesto en marcha en algunas ciudades iniciativas desde colectivos sociales y administraciones de cara a quienes se resisten emprender un proceso regulado de reinserción. Una de estas iniciativas es la conocida como “HousingFirst” (la casa primero). A través de ella se facilita una vivienda a algunas de las personas sin hogar con el objetivo de que, desde su propia independencia y capacidad de autoorganizarse, vayan aumentando y reforzando su autoestima al ritmo del que ellos sean capaces.
En la ciudad de Granada calculamos que hay un centenar de personas sin hogar. Los medios disponibles son claramente insuficientes, pero además las estrategias tampoco son las más acertadas para tratar el problema en su globalidad. Como sociedad tenemos que ser capaces de ofrecer alternativas a quienes están dispuestos a emprender caminos de reinserción, aceptando las normas y requisitos necesarios en los diferentes programas existentes, pero también a quienes no están en situación de ofrecer esta predisposición porque no aceptan normas ni reglas que, según ellos, coarten su libertad. A ellos también hay que ofrecerles alternativas para que huyan del frio y el peligro de las noches de nuestras calles, y no solo para unos días como ocurre en la actualidad.
Pedimos a las diversas administraciones sensibilidad y empatía para disponer medidas eficaces que eviten estas situaciones. Es evidente que las personas están y mueren en las calles a pesar de los recursos existentes, a todas luces ineficaces. Porque las situaciones personales son complejas, son necesarios y urgentes espacios cercanos y dignos, con personal especializado, donde las personas puedan cobijarse, asearse, abrigarse, sin la estrechez de las normativas que exigen los recursos existentes.
Invitamos a la ciudadanía a ser sensibles con estas situaciones, de rostros e historias concretas, a estar cercanos, comprensibles, lejos de toda violencia. Y sobre todo a exigir a las administraciones lo que es más importante: la prevención de estas situaciones con políticas sociales, de vivienda, renta básica, atención psicosocial a las familias y todos aquellos aspectos que ayuden a vivir con dignidad a todas las personas.
En memoria de Rafael Heredia, muerto en la plaza de san Jerónimo de Granada en Enero de 2016, porque esta sociedad no supo dar respuesta.