La Red Granadina por el Refugio y la Acogida (Redgra) convocó una Acción Andante el sábado 16/12/2023, con motivo del día internacional de las personas migrantes. Desde el Triunfo hasta la fuente de las batallas, con pancartas reivindicando los derechos de las personas migrantes.
COMUNICADO 18D
Las migraciones son
tan antiguas como la humanidad. Tienen causas diversas y, en muchos casos,
provienen de la acción del norte global en su interés por expoliar al sur
global. Pero aquellos que deciden cómo y de qué manera se puede migrar
no suelen mirar a las personas que deciden hacerlo, a sus condiciones de
partida, a sus deseos, al efecto que su viaje tiene en su entorno cercano en
origen, al trayecto migratorio, a cómo será su vida en destino. Olvidan que
antes que migrantes son personas. Solo desde ese planteamiento, desde la
deshumanización de las personas migrantes, es posible entender cómo se están
diseñando y aplicando políticas europeas que causan muerte y sufrimiento.
Nuestra realidad más cercana mira siempre a la Frontera Sur, al Mediterráneo y a las Canarias, que se han convertido en un cementerio de personas migrantes sin que a casi nadie le importe. Pero también miramos a nuestras vecinas y vecinos que sufren las consecuencias de vivir en una situación administrativa irregular en un país en el que el racismo institucional aún se encuentra fuertemente arraigado. Donde andar por la calle, si eres una persona racializada, es estar siempre expuesta a una identificación racista e incluso a un encierro en un Centro de Internamiento de Extranjeros o a una expulsión. Donde la islamofobia se normaliza en los medios de comunicación, en las conversaciones cotidianas. Donde la explotación laboral de trabajadoras del hogar, de personas en el ámbito de la agricultura o ganadería están a la orden del día y se tolera como nunca se haría si afectara a la población local.
Es por ello que necesitamos identificar los caminos que
llevan al cambio. La campaña de Esenciales, en la que muchas de las que
estamos aquí participamos, es una de esas vías. Se consiguió reunir más de
700.000 firmas que apoyaban un nuevo proceso de regularización para que las más
de 1 millón de personas que se estima viven en el Estado español en situación
de irregularidad pudieran pasar a tener los derechos básicos. Es una campaña
que aún no ha terminado, pero no podemos dejar de presionar dado que es una
herramienta muy poderosa para el cambio desde una óptica de poner en el centro
a las personas migrantes y sus derechos.
Al igual que miramos hacia el rumbo a seguir, también tenemos que ser conscientes de los nuevos obstáculos que se nos presentan. El Pacto Europeo de Migración y Asilo recién firmado es uno de ellos. En su contenido se refuerzan fronteras, criminalizan las migraciones, aumentan los retornos (que suelen ser expulsiones encubiertas) y ponen en riesgo el ya restringido derecho de asilo. El Pacto también refuerza la externalización de fronteras, es decir, “contratar” a terceros países para que sean ellos los encargados de que las personas migrantes no los atraviesen en su trayecto hacia Europa.
La deshumanización de las personas migrantes por parte de los gobiernos de los países europeos y de la propia Unión Europea provoca unas políticas migratorias y de asilo basadas en la criminalización y con un punto de vista exclusivamente desde la propia seguridad. Solo desde un cambio de enfoque en estas políticas podrán producirse cambios verdaderos. Es necesario avanzar hacia medidas que garanticen el acceso a la protección y que el respeto al principio de la no devolución hagan efectivas la responsabilidad obligatoria y solidaria compartida entre todos los Estados miembro. Las vías legales y seguras son las únicas que podrán parar las muertes durante los trayectos migratorios.
Especial preocupación nos causa en estos días la situación derivada de la guerra de Israel contra Palestina con miles de gazaties que se ven obligados a salir de su tierra, sufriendo unos desplazamientos obligatorios en unas condiciones inhumanas e inaceptables. Esperamos, y a la vez exigimos, que la sociedad internacional sepa responda con generosidad a la necesidad de encontrar vías seguras también para ellos y puertas abiertas a quienes decidan buscar un lugar en el que poder vivir con dignidad.
Pero también tenemos que mirar a nuestras realidades más
cercanas y a las personas migrantes que son nuestras vecinas y vecinos.
Necesitamos prácticas y políticas con un enfoque de derechos y garantías, que
dejen de provocar que vivamos en una sociedad de dos velocidades en la que
parte de las personas que la habitan sufran en sus vidas personales, laborales
y administrativas el racismo y la discriminación.
Solo identificando las vías a seguir y los obstáculos
podremos seguir avanzando hacia sociedades más igualitarias y respetuosas.
Queda mucho camino por delante, caminemos.
Video de Antonio Lara.
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