jueves, 2 de julio de 2015

Desterrados... Salmo 136


"Desterrados"... Salmo 136 

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Entonces fue un pequeño pueblo, Israel, el obligado a vivir en tierra extraña.
Hoy es un río de hombres, mujeres y niños que, obligados por el hambre, la guerra, las injusticias o la falta de futuro, se ven obligados a abandonar la tierra que les vio nacer o la casa que les cobijaba.
Aquel pueblo plasmó sus sentimientos en el Salmo 136.
Ahora, esta canción sencilla, trata de reflejar las vivencias de estos hombres y mujeres de hoy, condenados al destierro, a la emigración o al deshaucio injusto.
Y ahí los tenemos, atravesando desiertos, "espaldas mojadas", escalando vallas y alambradas asesinas, o viviendo a la intemperie al ser expulsados injustamente de sus hogares.
Y en estas situaciones de exilio, muerte o abandono, nos asalta siempre la misma pregunta: "¿Dónde estás, Dios mío"?.
A pesar de todo, nosotros sabemos que el Dios del que nos habló Jesús de Nazaret está con ellos, sufriendo, muriendo y resucitando con las víctimas"Porque Tú acompañas nuestra suerte ..." , dice la canción.
El Dios de Jesús está también intentando que nosotros despertemos y nos decidamos a trabajar y luchar por una tierra más justa y más humana, una nueva tierra para todos, sin cadenas, ni muros, ni fronteras.
Aquí radica nuestra esperanza, que tiene que irse haciendo verdad en cada instante. Por eso la canción termina así: "Pero un día feliz está cercano, cuando nadie se sienta en tierra extraña. Brotará una tierra para todos, donde iguales vivamos como en casa".
--- Desterrados (sobre el Salmo 136) ---
Desterrados, muy lejos de esa tierra
que hace tiempo nos vio por vez primera,
junto al fuego de unos cuantos palos secos,
en la noche cantamos nuestras penas.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Somos gente que camina por el mundo,
sin hogar, sin mesa y casa propia,
y al pasar las fronteras de otras tierras
nos espían con mirada recelosa.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
No podemos entonar coplas del pueblo,
porque hay muchos que a este pueblo están pisando,
unos ríen y se alegran en sus fiestas,
otros, pobres, por las calles van llorando.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Si olvidamos esa imagen de tu rostro,
que se seque nuestra lengua en el camino;
porque Tú acompañas nuestra suerte,
el vagar de los pobres peregrinos.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Pero un día feliz está cercano,
cuando nadie se sienta en tierra extraña,
brotará una tierra para todos,
donde, iguales, vivamos como en casa.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Letra, versión-adaptación del Salmo 136: Juan Antonio Espinosa
Música: Juan Antonio Espinosa
--- La grabación se encuentra, junto con 50 canciones más, en el Doble CD "Las Canciones de la Asamblea", y la partitura en el libro del mismo título (EDIBESA, telf. 91 345 19 92 // www.edibesa.es)
--- Ahora puedes escuchar toda la canción pulsando aqui
--- También, si lo deseas, te la puedes descargar gratis pulsando aqui 

Oración por nuestra tierra. Laudato si.

Oración por nuestra tierra

(Preces con el texto del Papa Francisco en su encíclica "Laudato si")

Respondemos: ¡Lo deseamos, Señor!


Dios omnipotente,
que estás presente en todo el universo
y en la más pequeña de tus criaturas.
Tú, que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama en nosotros la fuerza de tu amor
para que cuidemos la vida y la belleza.  ¡Lo deseamos, Señor!

Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas sin dañar a nadie.  .  ¡Lo deseamos, Señor!

Dios de los pobres,
ayúdanos a rescatar
a los abandonados y olvidados de esta tierra
que tanto valen a tus ojos.  ¡Lo deseamos, Señor!

Sana nuestras vidas,
para que seamos protectores del mundo
y no depredadores,
para que sembremos hermosura
y no contaminación y destrucción.  ¡Lo deseamos, Señor!

Toca los corazones
de los que buscan sólo beneficios
a costa de los pobres y de la tierra.  ¡Lo deseamos, Señor!

Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa,
a contemplar admirados,
a reconocer que estamos profundamente unidos
con todas las criaturas
en nuestro camino hacia tu luz infinita.  ¡Lo deseamos, Señor!

Gracias porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos, por favor, en nuestra lucha
por la justicia, el amor y la paz.  ¡Lo deseamos, Señor!



Oración cristiana con la creación

(Oración del Papa Francisco al final de su encíclica "Laudato si")

(Para rezar despacio y de corrido al final de la Eucaristía)


Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas,
que salieron de tu mano poderosa.
Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura.
Alabado seas.

Hijo de Dios, Jesús,
por ti fueron creadas todas las cosas.
Te formaste en el seno materno de María,
te hiciste parte de esta tierra,
y miraste este mundo con ojos humanos.
Hoy estás vivo en cada criatura
con tu gloria de resucitado.
Alabado seas.

Espíritu Santo, que con tu luz
orientas este mundo hacia el amor del Padre
y acompañas el gemido de la creación,
tú vives también en nuestros corazones
para impulsarnos al bien.
Alabado seas.

Señor Uno y Trino,
comunidad preciosa de amor infinito,
enséñanos a contemplarte
en la belleza del universo,
donde todo nos habla de ti.

Despierta nuestra alabanza y nuestra gratitud
por cada ser que has creado.
Danos la gracia de sentirnos íntimamente unidos
con todo lo que existe.

Dios de amor,
muéstranos nuestro lugar en este mundo
como instrumentos de tu cariño
por todos los seres de esta tierra,
porque ninguno de ellos está olvidado ante ti.
Ilumina a los dueños del poder y del dinero
para que se guarden del pecado de la indiferencia,
amen el bien común, promuevan a los débiles,
y cuiden este mundo que habitamos.

Los pobres y la tierra están clamando:
Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz,
para proteger toda vida,
para preparar un futuro mejor,
para que venga tu Reino
de justicia, de paz, de amor y de hermosura.
Alabado seas.

Amén.


Padre Nuestro y Madre quien Pudiera, en la Semana Andaluza de Teología, Noviembre 2014 y Villancicos indignados en el Día de los Derechos Humanos Diciembre 2014.




Día de los Derechos Humanos. Granada, diciembre de 2014. Villancicos indignados.



Semana de Teología. Torrox Noviembre 2014. Eucaristía: Padre Nuestro, Ay madre quien pudiera. 


miércoles, 1 de julio de 2015

Se nos va un Profeta.

Religión Digital Opinión

Empeora el estado de Pedro Casaldáliga

Se nos va un Profeta

"Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida"

Sor Lucía Caram, 30 de junio de 2015 a las 10:47

Las manos de Casaldáliga
Las manos de Casaldáliga
Joan Guerrero
Se está apagando, para iluminar como un sol infinito, fundido en el fuego del amor que quemó sus entrañas y que le hizo iluminar: El fuego del Espíritu más Santo, el Espíritu de Jesús
Casaldáliga pastor/>

Casaldáliga pastor

  • Casaldáliga con un bebé
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  • Tierra sin Males y Casaldáliga
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(Sor Lucía Caram).- Ayer ponía en mi escritorio, tallado a fuego con caracteres de pasión y convicción, aquello que se convirtió en el lema de mi vida y que lo heredé de alguien que lo vivió a tope y se identificó hasta el final con Jesús, el Maestro del Reino, el testigo del amor incondicional de Dios por los más pobres: Pedro Casaldáliga.
"Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida". Y por que sus causas valían más que su vida fue un hombre que fue ganando cada día terreno a la libertad interior. El descubrió que la sangre de Cristo corría por sus venas y se sintió convocado a ser él mismo "pan comido y repartido para sus hermanos". La Iglesia oficial no le comprendió, y los poderes de este mundo le persiguieron y amenazaron, pero nada ni nadie le pudo hacer claudicar: Su vida ya estaba entregada y era de Dios y de su Pueblo. Y Pedro, que también es piedra, ha sido la piedra de apoyo y fundamento de muchos cristianos y cristianas de bases, de muchos hombres y mujeres de buena voluntad, inquietos por la humanidad, que se acercaron a su pozo para beber del agua del Evangelio que manaba generosa por cada una de sus venas. Un manantial que ahora manará con más fuerza, porque es inagotable porque está unido al mar infinito de Dios que es la VIDA. Ya pronto tu posesión definitiva.
Esta mañana me dicen que Pere, Pedro, Piedra, "mi maestro y referente" este Padre y hermano obispo, que es Evangelio viviente, está apunto de entrar en la Vida, en la Resurrección. Su Pascua es inminente y su paso de liberación es nuestro paso de avanzada en la esperanza de la que se declaró militante: Hoy estandarte.
Se está apagando, para iluminar como un sol infinito, fundido en el fuego del amor que quemó sus entrañas y que le hizo iluminar: El fuego del Espíritu más Santo, el Espíritu de Jesús.
Pere vivirás en tus causas y en el corazón de todos los que bebemos del Evangelio hecho vida en tu vida, como la del Maestro que fue tu vida y tu TODO.
Para leer el artículo completo, pincha aquí:

UN TAL JESÚS

UN TAL JESÚS. De los hermanos Vigil. Todos los capítulos para escuchar o descargar...

sábado, 27 de junio de 2015

Siempre mira el lado brillante de la vida....

SIEMPRE MIRA EL LADO BRILLANTE DE LA VIDA....






LA IGLESIA DE BASE DETRÁS DE LOS PARTIDOS EMERGENTES, QUE IMPULSAN OTRA TRANSICIÓN.

EL CONFICENCIAL. Iván Gil. 16-06-2015 

Las comunidades cristianas de base, vinculadas a la teología de la liberación, han dado un paso más allá de las organizaciones asistenciales, para cambiar la realidad política en las elecciones.

Las comunidades cristianas de base, tradicionalmente implicadas en las labores de asistencia social, están cada vez más activas en la política formal, participando tanto en candidaturas de unidad popular (Ahora Madrid oBarcelona en Comú), partidos emergentes como Podemos o plataformas específicamente políticas. Siempre lo hicieron en contextos de cambio, contribuyendo a generar transformaciones políticas y sociales. Como recuerdaVicenta Font, directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz (organismo público de la Generalitat de Cataluña), una de las voces de referencia de este movimiento, “los cristianos de base fueron muy activos, por ejemplo, en la fundación de CCOO, también en la génesis del movimiento vecinal y, por tanto, en la Transición y la llegada de la democracia”.
En un contexto en el que cada vez más voces teorizan sobre una segunda Transición o, al menos, sobre un cambio de ciclo debido a la irrupción de partidos regeneradores en un contexto marcado por la crisis institucional y política, los miembros de estas comunidades cristianas vuelven a dar un paso al frenteinspirados en la denominada teología de la liberación. No es casualidad, como reconoce el párroco de la combativa parroquia San Carlos Borromeo, Javier Baeza: “Los creyentes no debemos estar ausentes de la realidad en la que vivimos, y en el momento actual muchos cristianos dan un paso a la primera línea política como una razón teológica, como respuesta a su fe”.
Para el párroco de la Iglesia de base de Entrevías, que saltó a los medios en 2007 tras el intento de cierre ordenado por Rouco Varela debido al tipo de liturgia que practicaba, “es verdad que con la aparición de nuevas plataformas,más ciudadanas y horizontales, como Podemos y Ganemos Madrid(denominación previa a Ahora Madrid), se ha sumado más gente del ámbito más progresista de la teología de la liberación”. El partido político Por un Mundo Más Justo, cuya ideología es el “transversalismo” y el “cristianismo de base”, es uno de los ejemplos más claros, al ser uno de los impulsores de Ganemos y deConvocatoria por Madrid, la plataforma fundada por Tania Sánchez que ha servido como motor impulsor de más de una treintena de candidaturas ciudadanas en toda la región. Pero no son los únicos.
Los casos más mediáticos han sido los de las monjas Teresa Forcades y Lucía Caram, aunque ideológicamente distanciadas. La primera, monja de clausura, goza de un permiso de la abadesa del convento de las benedictinas de Sant Benet de Montserrat y del obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, para no vivir en el convento, a la espera de que el Vaticano resuelva la petición de exclaustración que cursó para presentarse a las elecciones catalanas del 27-S. Junto al también cristiano de base, el economista crítico Arcadi Oliveres, fue la impulsora de Procés Constituent, una plataforma que nació con la voluntad de aglutinar a movimientos sociales y partidos de izquierda con el objeto de “romper con el régimen del 78”Albano Dante es otro de sus miembros destacados, convertido ahora en el hombre de Pablo Iglesias en Cataluña para confluir con ICV-EUiA y las CUP.
“Las situaciones de pobreza tienen que resolverse con actuaciones políticas”, apunta Font, y es por ello que defiende la actitud de Forcades, “y muchos otros cristianos sin hábito”, por su decisión de “impulsar una formación, brindarse a la gestión política y entrar en el sistema electoral y propiciar cambios políticos”. Con el tiempo, si esta transformación se consolida, “mucha de esta gente de las comunidades de base se volverá a echar a un lado”, como ya pasó a principios de los ochenta una vez consolidada la Transición.

La Iglesia San Carlos de Borromeo acoge a sin techo. (EFE)
La Iglesia San Carlos de Borromeo acoge a sin techo. (EFE)
Sin olvidarse de las personas que siguen significándose solo por el trabajo social, con personas desfavorecidas, entiende que “es el momento de aportar también a la esfera política formal”. Las dos principales razones que esgrime Font, autora de Filosofía de la Paz o El millonario negocio de las armas, son “el anquilosamiento de los partidos tradicionales y que ya no es suficiente la labor social si no se acompaña de una incidencia política para transformar la situación. Unos cambios sobre los que es optimista, pues añade que “hay toda una generación de personas menores de 40 que reclaman nuevas formas de participación política, más allá de votar cada cuatro años".

Proceso constituyente o segunda Transición

La razón que esgrime el párroco Javier Baeza para explicar este salto de los cristianos de base a la primera línea de la política es que estas organizaciones son más abiertas y coinciden en un mayor intento de horizontalidad, “y si algo rechaza el Evangelio son las relaciones a nivel vertical entre las organizaciones”. La situación de emergencia social es otra de las razones que expone, puesto que “las comunidades de base luchan contra el mundo de la exclusión social y no podemos seguir ninguneando el empobrecimiento de la sociedad, algo que está en sintonía con el objeto de la teología de liberación que trata de empoderar a las personas pobres”.
El movimiento de los "curas rojos", como se le llamó a los defensores de la teología de la liberación en los años 60 y 70, vuelve a salir del armario
Luis Ángel Aguilar, que formó parte de la candidatura de Cayo Lara en 2007 al parlamento de Castilla-La Mancha, es uno de los representantes en Podemos de la Iglesia de base. Miembro de la ejecutiva estatal, representan en ella a lasComunidades Cristianas Populares (CCP). Significativo también es el gesto de dos monjes de clausura que impulsaron el Círculo Podemos de Espiritualidad Progresista, a cuya presentación oficial acudió Juan Carlos Monedero. Uno de ellos, José Antonio Vázquez, de 44 años, también se presentó a las primarias para el consejo ciudadano estatal del partido.
La creciente tendencia de las organizaciones asistenciales vinculadas a la Iglesia que no esconden su insatisfacción por los negativos efectos sobre la sociedad de las políticas de austeridad es otro de los síntomas de este fenómeno. Cáritas ha sido, por su dimensión y la concreción de las conclusiones en sus informes, una de las más representativas de esta tendencia. El movimiento de los "curas rojos", como despectivamente se le llamó a los defensores de la teología de la liberación que en los años 60 y 70 que contribuyeron a la llegada de la democracia, vuelve a salir del armario. Otro síntoma más de que un cambio político llama a la puerta del Estado. Precisamente, la plataforma catalana dirigida por la monja Forcades se ha denominado Proceso Constituyente.

viernes, 26 de junio de 2015

LAS CCP EN LA 21 FIESTA DE LA INTERCULTURALIDAD



Mestizaje para romper barreras

Casería de Montijo hace de la integración su bandera en la XXI Fiesta de la Interculturalidad. Los vecinos se han acercado a las tradiciones de distintos países a través de originales talleres y juegos interactivos.

xxi fiesta de la interculturalidad
Durante la fiesta mayores y pequeños han disfrutado de distintos juegos.
“Muchas Culturas, una sociedad. Muchas lenguas, una sola voz”. El lema ha presidido laXXI Fiesta de la Interculturalidad, que ha convertido este 12 de junio la integración y el mestizaje en banderas de Casería de Montijo, uno de los barrios del distrito Norte donde conviven más culturas.
El encuentro, promovido por el Foro por la Defensa de los Derechos de los Inmigrantes de Granada, ha permitido a los vecinos acercarse a las tradiciones de distintos países y desterrar estereotipos a través de originales talleres y juegos interactivos. Precisamente para derribar prejuicios, en la plaza Roja, donde se ha organizado la celebración, ha abierto sus puertas una singular biblioteca humana contra la islamofobia. En sus ‘estanterías’ se podían consultar cuatro libros encarnados por vecinos musulmanes que han respondido a consultas acerca del terrorismo, la relación entre el islam y la mujer; sobre si los musulmanes quieren cambiar nuestra cultura o por qué hay mezquitas aquí y no iglesias allí. De esta forma el público ha podido despejar dudas y falsos mitos que afectan a esta religión.
A la iniciativa, propuesta por la asociación Pro Derechos Humanos, se han sumado otros muchos talleres organizados por los distintos colectivos que conforman el foro por la defensa de los Inmigrantes. Así, Amnistía Internacional ha plasmado a través de barcos de papel el drama de las personas que arriesgan su vida para escapar de la pobreza tratando de cruzar el Mediterráneo. La ONG ha aprovechado la ocasión para enseñar papiroflexia a los pequeños y explicarles de forma didáctica lo que sucede. Al mismo tiempo ha difundido entre los adultos la campaña ‘No más muertes en el mar’, con la que exige al gobierno de Rajoy que cambie “sus políticas de emigración”, explica Ángeles Giménezcoordinara local de AI.
Otras asociaciones como Azulejo, que promueve la interculturalidad a través de la educación y el arte, ha ensamblado junto a los niños puzzles gigantes de paisajes para desmontar estereotipos al adivinar posteriormente su origen. Sus monitoras han hecho desfilar, además, seres mitológicos y deidades de otras culturas con los que los participantes han construido imaginativas historias.
También se ha enfocado a la infancia el taller de pintura tribal de Aspa, que ha dibujado en los rostros de los pequeños motivos de pueblos indígenas de América Latina y África para explicarles sus tradiciones. Los sabores del mundo han protagonizado, por su parte, el taller de Proclade Bética (Promoción Claretiana para el Desarrollo), una oportunidad única de conocer los platos tradicionales de cada país y sus ingredientes.
Con un gigantesco juego de la Oca Internacional Acción en Red ha ofrecido información relativa a derechos humanos, gastronomía o costumbres de distintos puntos del mundo en cada casilla. Este trivial planteaba retos “como abrazar a alguien de la plaza, bailar en su compañía o hacerle una foto”, indica Basma Belcaid, integrante del colectivo.
La interculturalidad ha tenido su nota musical gracias al taller de bailes latinos y flamenco, que ha mostrado pasos para seguir estos ritmos, o el de instrumentos, con el que la asociación La voz de África y afrodescendientes ha enseñado las bases para tocar el xilófono y el tantan.
Como de costumbre en esta celebración, el público ha compartido el tradicional te con pastas. “El objetivo de esta fiesta, que por segunda vez se traslada a Norte –el año pasado se festejó en el Zaidín-, es aprender de otras culturas”, señala Domingo Gómez, integrante de la asociación Pro Derechos Humanos. “Es una forma de conocernos jugando, bailando y compartiendo momentos juntos. Nos aceptamos así como diferentes pero iguales”, agrega Miguel García, de este mismo colectivo. Según defiende, la sociedad debe caminar hacia la interculturalidad, la mezcla y el mestizaje para enriquecerse con la integración “rompiendo las barreras que nos separan”.

I Foro de Espiritualidad del Sur

I FORO DE ESPIRITUALIDAD DEL SUR
DESCUBRIR LO QUE SOMOS
SEVILLA 24 AL 26 de Septiembre 2015

jueves, 25 de junio de 2015

Leonardo Boff3Antes de hacer cualquier comentario vale la pena resaltar algunas singularidades de la encíclica Laudato sí del Papa Francisco.
Es la primera vez que un Papa aborda el tema de la ecología en el sentido de una ecología integral (por tanto que va más allá de la ambiental) de forma tan completa. Gran sorpresa: elabora el tema dentro del nuevo paradigma ecológico, cosa que ningún documento oficial de la ONU ha hecho hasta hoy. Fundamenta su discurso con los datos más seguros de las ciencias de la vida y de la Tierra. Lee los datos afectivamente (con inteligencia sensible o cordial), pues discierne que detrás de ellos se esconden dramas humanos y mucho sufrimiento también por parte de la madre Tierra. La situación actual es grave, pero el Papa Francisco siempre encuentra razones para la esperanza y para confiar en que el ser humano puede encontrar soluciones viables.

Enlaza con los Papas que le precedieron, Juan Pablo II y Benedicto XVI, citándolos con frecuencia. Y algo absolutamente nuevo: su texto se inscribe dentro de la colegialidad, pues valora las contribuciones de decenas de conferencias episcopales del mundo entero, desde la de Estados Unidos a la de Alemania, la de Brasil, la de la Patagonia-Comahue, la del Paraguay. Acoge las contribuciones de otros pensadores, como los católicos Pierre Teilhard de Chardin, Romano Guardini, Dante Alighieri, su maestro argentino Juan Carlos Scannone, el protestante Paul Ricoeur y el musulmán sufí Ali Al-Khawwas. Los destinatarios somos todos los seres humanos, pues todos somos habitantes de la misma casa común (palabra muy usada por el Papa) y sufrimos las mismas amenazas.

El Papa Francisco no escribe en calidad de Maestro y Doctor de la fe sino como un Pastor celoso que cuida de la casa común y de todos los seres, no sólo de los humanos, que habitan en ella.
Un elemento merece ser destacado, pues revela la «forma mentis» (la manera de organizar su pensamiento) del Papa Francisco. Este es tributario de la experiencia pastoral y teológica de las iglesias latinoamericanas que a la luz de los documentos del episcopado latinoamericano (CELAM) de Medellín (1968), de Puebla (1979) y de Aparecida (2007) hicieron una opción por los pobres contra la pobreza y a favor de la liberación.
El texto y el tono de la encíclica son típicos del Papa Francisco y de la cultura ecológica que ha acumulado, pero me doy cuenta de que también muchas expresiones y modos de hablar remiten a lo que viene siendo pensado y escrito principalmente en América Latina. Los temas de la «casa común», de la «madre Tierra», del «grito de la Tierra y del grito de los pobres», del «cuidado», de la «interdependencia entre todos los seres», de los «pobres y vulnerables», del «cambio de paradigma», del «ser humano como Tierra» que siente, piensa, ama y venera, de la «ecología integral» entre otros, son recurrentes entre nosotros.

La estructura de la encíclica obedece al ritual metodológico usado por nuestras iglesias y por la reflexión teológica ligada a la práctica de liberación, ahora asumida y consagrada por el Papa: ver, juzgar, actuar y celebrar.
Comienza revelando su principal fuente de inspiración: San Francisco de Asís, al que llama «ejemplo por excelencia de cuidado y de una ecología integral, y que mostró una atención especial por los más pobres y abandonados» (n.10; n.66).
Y entonces empieza con el ver: «Lo que le está pasando a nuestra casa» (nn.17-61). Afirma el Papa: «basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común» (n.61). En esta parte incorpora los datos más consistentes referentes a los cambios climáticos (nn.20-22), la cuestión del agua (n.27-31), la erosión de la biodiversidad (nn.32-42), el deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación de la vida social (nn.43-47), denuncia la alta tasa de iniquidad planetaria, que afecta a todos los ámbitos de la vida (nn.48-52), siendo los pobres las principales víctimas (n. 48).
En esta parte hay una frase que nos remite a la reflexión hecha en América Latina: «Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el grito de la Tierra como el grito de los pobres» (n.49). Después añade: «el gemido de la hermana Tierra se une al gemido de los abandonados del mundo» (n.53). Esto es absolutamente coherente, pues al principio ha dicho que «nosotros somos Tierra» (n. 2; cf. Gn 2,7), muy en la línea del gran cantor y poeta indígena argentino Atahualpa Yupanqui: «el ser humano es Tierra que camina, que siente, que piensa y que ama».
Condena la propuesta de internacionalización de la Amazonia que «solamente serviría a los intereses económicos de las multinacionales» (n.38). Hace una afirmación de gran vigor ético: «es gravísima iniquidad obtener importantes beneficios haciendo pagar al resto de la humanidad, presente y futura, los altísimos costos de la degradación ambiental» (n.36).
Con tristeza reconoce: «nunca habíamos maltratado y lastimado a nuestra casa común como en los dos últimos siglos» (n.53). Frente a esta ofensiva humana contra la madre Tierra que muchos científicos han denunciado como la inauguración de una nueva era geológica –el antropoceno– lamenta la debilidad de los poderes de este mundo que, engañados, «piensan que todo puede continuar como está» como coartada para «mantener sus hábitos autodestructivos» (n.59) con «un comportamiento que parece suicida» (n.55).
Prudente, reconoce la diversidad de opiniones (nn.60-61) y que «no hay una única vía de solución» (n.60). Así y todo «es cierto que el sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista porque hemos dejado de pensar en los fines de la acción humana» (n.61) y nos perdemos en la construcción de medios destinados a la acumulación ilimitada a costa de la injusticia ecológica (degradación de los ecosistemas) y de la injusticia social (empobrecimiento de las poblaciones). La humanidad simplemente «ha defraudado las expectativas divinas» (n.61).
El desafío urgente, entonces, consiste en «proteger nuestra casa común» (n.13); y para eso necesitamos, citando al Papa Juan Pablo II: «una conversión ecológica global» (n.5); «una cultura del cuidado que impregne toda la sociedad» (n.231).
Realizada la dimensión del ver, se impone ahora la dimensión del juzgar. Juzgar que es planteado en dos vertientes, una científica y otra teológica.
Veamos la científica. La encíclica dedica todo el tercer capítulo al análisis «de la raíz humana de la crisis ecológica» (nn.101-136). Aquí el Papa se propone analizar la tecnociencia sin prejuicios, acogiendo lo que ha traído de «cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser humano» (n. 103). Pero este no es el problema, sino que se independizó, sometió a la economía, a la política y a la naturaleza en vista de la acumulación de bienes materiales (cf.n.109). La tecnociencia parte de una suposición equivocada que es la «disponibilidad infinita de los bienes del planeta» (n.106), cuando sabemos que ya hemos tocado los límites físicos de la Tierra y que gran parte de los bienes y servicios no son renovables. La tecnociencia se ha vuelto tecnocracia, una verdadera dictadura con su lógica férrea de dominio sobre todo y sobre todos (n.108).
La gran ilusión, hoy dominante, reside en creer que con la tecnociencia se pueden resolver todos los problemas ecológicos. Esta es una idea engañosa porque «implica aislar las cosas que están siempre conectadas» (n.111). En realidad, «todo está relacionado» (n.117) «todo está en relación» (n.120), una afirmación que recorre todo el texto de la encíclica como un ritornelo, pues es un concepto-clave del nuevo paradigma contemporáneo. El gran límite de la tecnocracia está en el hecho de «fragmentar los saberes y perder el sentido de totalidad» (n.110). Lo peor es «no reconocer el valor propio de cada ser e incluso negar un valor peculiar al ser humano» (n.118).
El valor intrínseco de cada ser, por minúsculo que sea, está destacado de manera permanente en la encíclica (n.69), como lo hace la Carta de la Tierra. Negando ese valor intrínseco estamos impidiendo que «cada ser comunique su mensaje y dé gloria a Dios» (n.33).
La mayor desviación producida por la tecnocracia es el antropocentrismo. Este supone ilusoriamente que las cosas solo tienen valor en la medida en que se ordenan al uso humano, olvidando que su existencia vale por sí misma (n.33). Si es verdad que todo está en relación, entonces «nosotros los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas y nos unimos con tierno cariño al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre Tierra» (n.92). ¿Cómo podemos pretender dominarlos y verlos bajo la óptica estrecha de la dominación?
Todas las «virtudes ecológicas» (n.88) se pierden por la voluntad de poder como dominación de los otros y de la naturaleza. Vivimos una angustiante «pérdida del sentido de la vida y del deseo de vivir juntos» (n.110). Cita algunas veces al teólogo ítalo-alemán Romano Guardini (1885-1968), uno de los más leídos a mediados del siglo pasado, que escribió un libro crítico contra las pretensiones de la modernidad (n.105 nota 83: Das Ende der Neuzeit, El ocaso de la Edad Moderna, 1958).
La otra vertiente del juzgar es de corte teológico. La encíclica reserva un buen espacio al «Evangelio de la Creación» (nn. 62-100). Parte justificando el aporte de las religiones y del cristianismo, pues siendo la crisis global, cada instancia debe, con su capital religioso, contribuir al cuidado de la Tierra (n.62). No insiste en las doctrinas sino en la sabiduría presente en los distintos caminos espirituales. El cristianismo prefiere hablar de creación en vez de naturaleza, pues la «creación tiene que ver con un proyecto de amor de Dios» (n.76). Cita, más de una vez, un bello texto del libro de la Sabiduría (11,24) donde aparece claro que «la creación pertenece al orden del amor» (n.77) y que Dios es “el Señor amante de la vida” (Sab 11,26).
El texto se abre a una visión evolucionista del universo sin usar esa palabra, hace un circunloquio al referirse al universo «compuesto por sistemas abiertos que entran en comunión unos con otros» (n.79). Utiliza los principales textos que ligan a Cristo encarnado y resucitado con el mundo y con todo el universo, haciendo sagrada la materia y toda la Tierra (n.83). Y en este contexto cita a Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955, n.83 nota 53) como precursor de esta visión cósmica.
El hecho de que Dios-Trinidad sea relación de divinas Personas tiene como consecuencia que todas las cosas en relación sean resonancias de la Trinidad divina (n.240).
Citando al Patriarca Ecuménico de la Iglesia ortodoxa, Bartolomeo «reconoce que los pecados contra la creación son pecados contra Dios» (n.7). De aquí la urgencia de una conversión ecológica colectiva que rehaga la armonía perdida.
La encíclica concluye esta parte acertadamente: «el análisis mostró la necesidad de un cambio de rumbo… debemos salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos hundiendo» (n.163). No se trata de una reforma, sino, citando la Carta de la Tierra, de buscar «un nuevo comienzo» (n.207). La interdependencia de todos con todos nos lleva a pensar «en un solo mundo con un proyecto común» (n.164).
Ya que la realidad presenta múltiples aspectos, todos íntimamente relacionados, el Papa Francisco propone una “ecología integral” que va más allá de la ecología ambiental a la que estamos acostumbrados (n.137). Ella cubre todos los campos, el ambiental, el económico, el social, el cultural y también la vida cotidiana (n.147-148). Nunca olvida a los pobres que testimonian también su forma de ecología humana y social viviendo lazos de pertenencia y de solidaridad de los unos con los otros (n.149).
El tercer paso metodológico es el actuar. En esta parte, la encíclica se atiene a los grandes temas de la política internacional, nacional y local (nn.164-181). Subraya la interdependencia de lo social y de lo educacional con lo ecológico y constata lamentablemente las dificultades que trae el predominio de la tecnocracia, dificultando los cambios que refrenen la voracidad de acumulación y de consumo, y que puedan inaugurar lo nuevo (n.141). Retoma el tema de la economía y de la política que deben servir al bien común y a crear condiciones para una plenitud humana posible (n.189-198). Vuelve a insistir en el diálogo entre la ciencia y la religión, como viene siendo sugerido por el gran biólogo Edward O. Wilson (cf. el libro La creación: cómo salvar la vida en la Tierra, 2008). Todas las religiones «deben buscar el cuidado de la naturaleza y la defensa de los pobres» (n.201).
Todavía en el aspecto del actuar desafía a la educación en el sentido de crear una «ciudadanía ecológica» (n.211) y un nuevo estilo de vida, asentado sobre el cuidado, la compasión, la sobriedad compartida, la alianza entre la humanidad y el ambiente, pues ambos están umbilicalmente ligados, la corresponsabilidad por todo lo que existe y vive y por nuestro destino común (nn.203-208).
Finalmente, el momento de celebrar. La celebración se realiza en un contexto de «conversión ecológica» (n.216) que implica una «espiritualidad ecológica» (n.216). Esta se deriva no tanto de las doctrinas teológicas sino de las motivaciones que la fe suscita para cuidar de la casa común y «alimentar una pasión por el cuidado del mundo» (216). Tal vivencia es antes una mística que moviliza a las personas a vivir el equilibrio ecológico, «el interior consigo mismo, el solidario con los otros, el natural con todos los seres vivos y el espiritual con Dios» (n.210). Ahí aparece como verdadero que «lo menos es más» y que podemos ser felices con poco.
En el sentido de la celebración «el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza» (n.12).
El espíritu tierno y fraterno de San Francisco de Asís atraviesa todo el texto de la encíclica Laudato sí. La situación actual no significa una tragedia anunciada, sino un desafío para que cuidemos de la casa común y unos de otros. Hay en el texto levedad, poesía y alegría en el Espíritu e indestructible esperanza en que si grande es la amenaza, mayor aún es la oportunidad de solución de nuestros problemas ecológicos.
Termina poéticamente “Más allá del sol”, con estas palabras: «Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten la alegría de la esperanza» (n.244).
Me gustaría acabar con las palabras finales de la Carta de la Tierra que el mismo Papa cita (n.207): «Que nuestro tiempo se recuerde por despertar a una nueva reverencia ante la vida, por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad, por acelerar la lucha por la justicia y la paz, y por la alegre celebración de la vida».
Traducción de Mª José Gavito Milano