jueves, 26 de mayo de 2016

¿Es entendible, en los tiempos que corren el "Corpus Christi?

Hoy existe una fuerte corriente en la Iglesia Católica que niega esa presencia real en la eucaristía y pone especial énfasis en la idea de recuerdo, aproximándose así a las Iglesias protestantes, que lo toman como un símbolo. Parece ser que éste era el sentido que le atribuían los primeros cristianos en sus celebraciones. Sólo un par de citas como testimonio de esta corriente. Juan Mateos comenta: “La identificación del pan con su persona no puede ser más que simbólica”y Fray Marcos dice: “Está muy claro que comer materialmente el pan y beber literalmente la sangre, no es más que un signo (sacramento) de la adhesión a Jesús, que es lo verdaderamente importante”. Transcribimos dos artículos de Fray Marcos y Jose María Castillo, especialmente clarificadores.

LA PLENITUD HUMANA CONSISTE EN DARSE

Escrito por  Fray Marcos
Lc 9, 11-17... Hemos tergiversado hasta tal punto el mensaje original del evangelio, que lo hemos convertido en algo totalmente ineficaz para llevarnos a una verdadera vida espiritual. Para recuperar el sacramento debemos volver a la tradición. Lo malo es que para algunos acaba en Trento.
Lo último que se le hubiera ocurrido a Jesús, es pedir que los demás seres humanos se pusieran de rodillas ante él. Él sí se arrodilló ante sus discípulos para lavarles los pies; y al terminar esa tarea de esclavos, les dijo: “vosotros me llamáis el Maestro y el Señor. Pues si yo, el Maestro y el Señor os he lavado los pies, vosotros tenéis que hacer los mismo”. Esa lección nunca nos ha interesado. Es más cómodo convertirle en objeto de adoración, que imitarle en el servicio y la disponibilidad para con todos los hombres.
Hemos convertido la eucaristía en un rito puramente cultual. En la mayoría de los casos no es más que una pesada obligación que, si pudiéramos, nos quitaríamos de encima. Se ha convertido en una ceremonia rutinaria, que demuestra la falta absoluta de convicción y compromiso. La eucaristía era para las primeras comunidades el acto más subversivo que nos podamos imaginar. Los cristianos que la celebraban se sentían comprometidos a vivir lo que el sacramento significaba. Eran conscientes de que recordaban lo que Jesús había sido durante su vida y se comprometían a vivir como él vivió.
El mayor problema de este sacramento hoy, es que se ha desorbitado la importancia de aspectos secundarios (sacrificio, presencia, adoración) y se ha olvidado totalmente la esencia de la eucaristía, que es precisamente su aspecto sacramental. Con la palabreja “transustanciación” no decimos nada, porque la “sustancia” aristotélica es solo un concepto que no tiene correspondencia alguna en la realidad física. La eucaristía es un sacramento. Los sacramentos ni son ritos mágicos ni son milagros. Los sacramentos son la unión de un signo con una realidad significada...
...El primer signo es el Pan partido y preparado para ser comido, es el signo de lo que fue Jesús toda su vida. La clave del signo no está en el pan como cosa, sino en el hecho de que está partido. El pan se parte para re-partirlo, y comerlo, es decir, el signo está en la disponibilidad de poder ser comido de inmediato. Jesús estuvo siempre preparado para que todo el que se acercara a él pudiera hacer suyo todo lo que él era. Se dejó partir, se dejó comer, se dejó asimilar; aunque esa actitud tuvo como consecuencia última que fuera aniquilado por los jefes oficiales de su religión. La posibilidad de morir por ser como era, fue asumida con la mayor naturalidad. Esto indica la calidad de su actitud vital.
El segundo signo es la sangre derramada. Es muy importante tomar conciencia de que para los judíos, la sangre era la vida misma. Si no tenemos esto en cuenta, se pierde el significado. Tenían prohibido tomar la sangre de los animales, porque como era la vida, pertenecía solo a Dios. Con esta perspectiva, la sangre está haciendo alusión a la vida de Jesús que estuvo siempre a disposición de los demás. No es la muerte la que nos salva, sino su vida humana que estuvo siempre disponible para todo el que lo necesitaba. El valor sacrificial que se le ha dado al sacramente no pertenece a lo esencial. Se trata de una connotación secundaria que no añade nada al verdadero significado del signo...
...En la eucaristía se concentra todo el mensaje de Jesús, que es el AMOR. El Amor que es Dios manifestado en el don de sí mismo que hizo Jesús durante su vida. Esto soy yo: Don total, Amor total, sin límites. Al comer el pan y beber el vino consagrados, estoy completando el signo. Lo que quiere decir es que hago mía su vida y me comprometo a identificarme con lo que fue e hizo Jesús, y a ser y hacer yo lo mismo. El pan que me da la Vida no es el pan que como, sino el pan en que me convierto cuando me doy. Soy cristiano, no cuando “como a Jesús”, sino cuando me dejo comer, como hizo él.
... Comulgar significa el compromiso de hacer nuestro todo lo que ES Jesús. Significa que, como él, soy capaz de entregar mi vida por los demás, no muriendo, sino estando siempre disponible para todo aquel que me pueda necesitar.
...Todas las muestras de respeto hacia las especies consagradas están muy bien. Pero arrodillarse ante el Santísimo y seguir menospreciando o ignorando al prójimo, es un sarcasmo. Si en nuestra vida no reflejamos la actitud de Jesús, la celebración de la eucaristía seguirá siendo magia barata para tranquilizar nuestra conciencia. A Jesús hay que descubrirlo en todo aquel que espera algo de nosotros, en todo aquél a quien puedo ayudar a ser él mismo, sabiendo que esa es la única manera de llegar a ser yo mismo....
RENOVAR LA IGLESIA ES HACER ACTUAL EL “RECUERDO PELIGROSO” DE JESÚS 
 José M. Castillo. Teólogo.
  
Si la Iglesia quiere renovarse en serio y a fondo, una de las primeras cosas que tendría que hacer es renovar en serio y a fondo el recuerdo de Jesús. No meramente recordando lo que sucedió cuando Jesús andaba por el mundo. Sino actualizando lo que ocurrió entonces. Es decir, la liturgia tiene que celebrarse de tal manera que se haga presente, en lo que vivimos ahora, lo que Jesús vivió, hizo y decidió cuando estaba en esta vida. Concretamente lo que ocurrió la noche aquella en que cenó, por última vez, con el grupo de personas que le acompañaron y compartieron lo que él vivió y cómo lo vivió. En aquella ocasión, Jesús dijo: “Haced esto en recuerdo mío” (1 Cor 11, 24. 25; Lc 22, 19). Lo cual quería decir: “Haced esto para que me tengáis presente”, como en seguida explicaré....

...Ahora bien, si aquello no fue un “ritual sagrado”, sino una “cena”, en la que se vivieron una serie de experiencias muy  fuertes, cuando Jesús les dice a sus “amigos” (Jn 15, 14-15): “Haced esto en memoria mía” (1 Cor 11, 25) o sea,”Haced esto para que me tengáis presente”, sin duda alguna, el término “esto” (toûto) engloba la cena entera, no únicamente el pan, sino el conjunto de experiencias vividas allí aquella noche (François Bovon, El evangelio según san Lucas, vol. IV, Salamanca, Sígueme, 2010, 282-283). Hacer lo que allí dijo Jesús no es repetir rutinariamente un ritual, sino actualizar (hacer presente y operante hoy) lo que allí se vivió aquella noche. El “recuerdo”, la “anamnêsis”, según la raíz original zkr, quiere decir “hacer presente el pasado” (H. Patsch, en Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, vol. I, Salamanca, Sígueme, 2005, 251-254).  
Pero, ¡atención!, estos datos no son meras matizaciones - por lo demás, muy elementales - de erudición. Nada de eso. Aquí se juega el ser o no ser de la autenticidad o del fracaso de lo que Jesús quiso. Sabemos que Jesús no fue amante, ni practicante de ritos, ceremonias, altares y templos. Jesús centró sus preocupaciones en tres cosas: el “sufrimiento humano” (curaciones), la “alimentación compartida” (comidas y comensalía, sobre todo con pobres y pecadores), las “relaciones humanas” (sermón del monte, en Mt, o de la llanura, en Lc). Al proceder así, Jesús desplazó la religión: la sacó del templo, la disoció de los “rituales” y la puso en el centro y en el conjunto de la “vida”. 

...Porque los ritos integran al sujeto en el sistema de tal forma, que, al mismo tiempo que el sujeto hace suyos  los valores del sistema, por otra parte, esos mismos ritos no modifican la conducta del sujeto que los cumple. Concretamente, un piadoso creyente se puede pasar cuarenta años comulgando a diario, y al cabo de ese tiempo sigue teniendo los mismos defectos que tenía  el día que inició su comunión diaria. Y es que el ritual, por sí solo, no solamente no modifica la conducta, sino que además tiene la virtualidad de tranquilizar la conciencia del observante. 
Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando afirmó en la Cena: “Haced esto en memoria de mí”? No se refería simplemente a repetir lo que llamamos ahora “las palabras de la consagración”.  Porque esta referencia al recuerdo o memoria (anamnêsis) lo introdujo san Pablo (1 Cor 11, 24. 25), del que depende el relato de Lucas (22, 19), para motivar a la comunidad de Corinto, al decirles a aquellos cristianos que lo que ellos hacían - y tal como lo hacían -, en realidad aquello ya no era la Cena del Señor. Literalmente: “eso ya no es comer la Cena del Señor” (“oúk éstin kyriakòn deipnon phagein”) (1 Cor 11, 20) (H. Patsch, o. c., 252-254). O sea, en Corinto, realizando exactamente el rito, realmente no celebraban la eucaristía.  ¿Por qué? Porque la comunidad de Corinto estaba dividida. No por ideas teológicas, sino por la forma de vida que llevaban. Concretamente, porque allí había ricos y pobres. Y cuando se reunían para la eucaristía, los ricos comían hasta emborracharse, mientras que  los pobres se quedaban con hambre (1 Cor 11, 21). Es decir, lo que pasaba en Corinto es que  allí se repetían las palabras del Señor, pero allí no había una comunidad unida en la que quienes tenían dinero y comida lo compartían con los demás. Cada cual iba a lo suyo. Y Pablo afirma: donde hay división entre ricos y pobres, por mucho y muy bien que se repitan las palabras de Jesús, en realidad la memoria de Jesús está ausente. No se recuerda a Jesús. En esas condiciones, se dirá misa, pero allí no está Jesús. (J. D. Crossan, J. L. Reed, En busca de Pablo, Estella, Verbo Divino, 2006, 398-405).

Conclusión: la Eucaristía no consiste en “decir misa”, observando exactamente lo que manda la Sagrada Congregación de Ritos (o del Culto divino). Se puede hacer eso y no celebrar la Cena que quiso Jesús. Y tal como la quiso Jesús: haciéndonos  esclavos unos de otros (Jn 13, 12-15), queriéndonos unos a otros, como él nos quiso (Jn 13, 33-35), mojando todos en el mismo plato, como él lo hizo (Jn 13, 20). Celebrar la Eucaristía no es repetir literalmente un “ritual”. Eso es una misa que nos tranquiliza (incluso nos da devoción). Pero eso no es lo que instituyó y quiso Jesús: el “recuerdo peligroso” (J. B. Metz, La Fe en la historia y en la sociedad, Madrid, Cristiandad, 1979,  100-102; 210-211), que hace actual la subversión de esos presuntos  valores que se sostienen repitiendo los ritos. Lo que instituyó Jesús fue un “proyecto de vida”, que se expresa simbólicamente y que hace presente la persona y la vida de Jesús, en nuestras vidas y en nuestra sociedad. El día que resulte más “peligroso” ir a misa que acudir a una manifestación, ese día empezará a ser cierto que celebramos la Cena del Señor, en la que los cristianos vivimos la presencia, en el recuerdo vivo, de aquel Jesús que “aceptó la función más baja que una sociedad puede adjudicar: la de delincuente ejecutado” (G. Theissen, El movimiento de Jesús, Salamanca, Sígueme, 2005. 53). Entonces será cierto y la gente palpará que la misa no es un mero “rito”, sino un “recuerdo peligroso”.  

CUERPO DE DIOS: José Arregui. Teólogo.
...Cuando se instituyó la Fiesta del Corpus Christi hace casi 800 años, no existían todavía las ciencias modernas, ni en la Iglesia católica se toleraba la libertad de opinión. Pensaban que Dios era un Ente Supremo, otro y distinto de todos los entes del Cosmos, y que el cuerpo de Jesús de Nazaret era, en todos los tiempos de todo el universo, el único cuerpo o la única encarnación verdadera de Dios. Y creían que “el cuerpo y la sangre” de Jesús se hacían milagrosamente presentes en el pan y el vino transustanciados gracias a las palabras de consagración pronunciadas en la misa por el sacerdote. Y se contaban leyendas de hostias consagradas de las que brotaba sangre. Honraban el cuerpo de Jesús, pero despreciaban el cuerpo humano, su “carne pecadora”. Condenaban sus pobres placeres, sobre todo los de la gente más pobre.
Celebremos el Corpus de otra forma. Celebremos nuestro cuerpo, tan maravilloso y vulnerable. Cuidemos el cuerpo, sin torturarlo con nuestras obsesiones, sin someterlo a la esclavitud de nuestras modas y miedos. Respetemos como sagrado el cuerpo del otro, sin apropiarnos de él. Sintamos como propio el cuerpo del hambriento, del torturado, del refugiado enfangado o repatriado o ahogado en el mar, de la mujer violada, maltratada, asesinada. Es nuestro cuerpo. Es el cuerpo de Jesús. Es el cuerpo de Dios.
Sí, cuerpo de Dios. Dios no es un ser incorpóreo separado del mundo. No es mundo, pero no es sin mundo. Dios es como el latido íntimo, la energía originaria, la creatividad inagotable, la posibilidad infinita, la luz de la conciencia, el poder del bien, la comunión universal, la Presencia plena en cada parte en un mundo en eterna evolución. Dios es como el Alma o la Conciencia o el Todo o el Infinito emergente, que es infinitamente “más” que la suma de todas las partes que forman el mundo.
Pero no fue primero Dios y luego el mundo, como no es primero la conciencia y luego el cerebro. Son y crecen juntos. ¿Crece Dios? Es una forma de decir. El mundo es realidad abierta a posibilidades infinitas. Y Dios es la apertura del Infinito en un mundo abierto. O el Futuro Infinito presente más allá de nuestras categorías espaciales y temporales. Es. Son metáforas de Dios. Dios es como el alma del mundo y todo el mundo es como cuerpo de Dios. No hay Dios sin cuerpo, ni cuerpo sin Dios. Somos en El/Ella. Es en nosotras/os, infinitamente más que un Tú separado. Toma cuerpo en el trigo que espiga o en la viña que florece en los campos de Olite, en la promesa de amor o en la oración del peregrino en la ermita de Eunate.
Y en ti, amiga, amigo, en tu cuerpo que eres tú, tan efímero pero habitado por el Infinito, el Eterno. Tú también, como Jesús, en comunión con todo el universo en movimiento y evolución, eres cuerpo de Dios. El Infinito se manifiesta y emerge de ti...Para leer el artículo completo pincha aquí: http://blogs.periodistadigital.com/jose-arregi.php/2016/05/30/cuerpo-de-dios            

miércoles, 25 de mayo de 2016

La Humanidad de Jesús. Jose María Castillo. En Religión Digital.

El teólogo español, citado por el Papa, publica "La Humanidad de Jesús" (Trotta)

José María Castillo: "Jesús vivía con la gente; ésa es la cristología que aprendieron los apóstoles"

"En la Iglesia ha habido más dificultad para aceptar la humanidad de Jesús que su divinidad"

Jesús Bastante, 21 de mayo de 2016 a las 12:08
 Los apóstoles no aprendieron cristología leyendo libros sobre el tema ni escuchando conferencias, ni Jesús se dedicó a dar charlas de Teología. Se dedicó a vivir de una manera. Y seguirle era vivir de esa manera cuanto era posible
José María Castillo publica 'La humanidad de Jesús' (Trotta)/>

José María Castillo publica "La humanidad de Jesús" (Trotta)

  • 'La Humanidad de Jesús', de José María Castillo (Trotta)
  • José María Castillo publica 'La humanidad de Jesús' (Trotta)
  • 'La Humanidad de Jesús', de José María Castillo (Trotta)
  • 'La Humanidad de Jesús', de José María Castillo (Trotta)
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  • José María Castillo publica 'La humanidad de Jesús' (Trotta)
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  • José María Castillo publica 'La humanidad de Jesús' (Trotta)
  • 'La Humanidad de Jesús', de José María Castillo (Trotta)
  • 'La Humanidad de Jesús', de José María Castillo (Trotta)
(Jesús Bastante).- Es uno de los mejores teólogos españoles. Tanto, que el propio Papa Francisco está tomando "prestados" algunos de sus conceptos, ligados a la Teología Popular. Ardoroso defensor de la libertad, José María Castillo presenta su último libro, "La Humanidad de Jesús" (Trotta), donde defiende una fe frente a los que, hoy como ayer, prefieren lo artificioso y lo ritual. "Nos sobra religión y nos falta humanidad".
¿Qué quieres decir con esta frase?
Cuando se estudia en Teología la figura de Jesús, resulta que históricamente, en la Iglesia ha habido más dificultad para aceptar la humanidad de Jesús que la divinidad de Jesús. Lo cual quiere decir, que si entendemos por lo divino todo aquello que se encarna en lo sagrado, en la Iglesia manda más lo sagrado que lo profano. Que, traducido al problema que yo planteo aquí, quiere decir que lo sagrado manda más que lo humano y se superpone a lo humano.
Nos encontramos con la dificultad que estamos experimentando con tanta frecuencia y en asuntos enormemente importantes. Por ejemplo, cómo en nombre de un presunto derecho divino se limitan o sencillamente se eliminan los derechos humanos.
En nombre de lo divino o sagrado, se limita la libertad para pensar, hablar, escribir... Cosas tan elementales como es amar. Y aprovecho para recordar un artículo que me impresionó mucho de Karl Rahner en el que se preguntó por qué para amar más a Dios, tenemos que amar menos a un ser humano. O tenemos que renunciar al amor humano.
Eso es muy extraño. Porque una de las cosas que más cautivan del Cristianismo es, precisamente que Dios se hace hombre para asumir todo el pecado de la humanidad y ofrecer una nueva puerta de salvación. Y sin embargo, la figura de Jesús que debería de ser el más humano de los hombres, se ha trasladado a una excesiva divinización de su figura, como planteas en el libro. Como si no fuera importante que Dios se hubiera hecho hombre, que es el germen del Cristianismo. Sin este hecho, es imposible que suceda la salvación.
Es la clave. No podemos olvidar que nosotros no somos de condición divina. Sino que somo seres humanos. Y desde lo humano tenemos que comprender lo transcendente. Lo divino. Y no nos es posible, porque Dios no está a nuestro alcance. Si lo estuviera, sería un ser todopoderoso, pero no Dios. Ni siquiera el concepto de infinito, porque esto significa lo humano, pero sin límites. Y Dios no es ni eso, es una realidad que está en un ámbito al cual no tenemos acceso. Es incomunicable en ese sentido.
El Cristianismo, ¿qué solución le ha dado a ese problema?, pues sencillamente, el "Misterio de la Encarnación", donde el transcendente se ha hecho visible, tangible y cercano, humanizándose. Y se humanizó en Jesús que, sin dejar de ser divino, se hizo plenamente humano. De tal manera que en la medida en que conocemos la humanidad de Jesús, es el único camino que tenemos para conocer qué es Dios, cómo es y lo quiere.
Y sin embargo, durante siglos se ha ido sepultando esa figura humana en una serie de normas, ritos, judicaturas, misterios, dogmas de fe, etc., que han convertido la figura de Jesús en algo distinto. Hasta el punto en el que la Iglesia de hoy no se parece a lo que Jesús quería, o se parece a lo que fueron promoviendo otros. Tú te centras mucho en la figura de Pablo.
Aquí hay varias cosas.
Primera: Jesús fue plenamente humano y el hecho es que los evangelios, tal como han llegado a nosotros, así lo presentan. Lo primero con lo que se tenía que enfrentar, fue con lo religioso y lo sagrado, tal como en aquél tiempo se entendía. Y por eso, Jesús se enfrentó al templo, a los sacerdotes y los rituales, a las normas religiosas. Y el enfrentamiento fue tan duro, que llegó un momento en el que la institución religiosa se dio cuenta de que, o acababan con él o él acababa con ellos. El final del capítulo XI del Evangelio de San Juan, después de la resurrección de Lázaro, es clave. El Sanedrín se reunió de urgencia y plantearon: o él, o nosotros.
Es interesante eso que dices porque Lázaro es una figura muy relevante y muy olvidada.
Además, cada día va ganando terreno relacionar el Lázaro de Juan, hermano de Marta y María, con el Lázaro del que habla Lucas en la parábola, el epulón, el comilón. Aquél se murió y fue al paraíso, y este ricachón se murió sin importarle la gente que se moría de hambre delante de él. Exactamente lo que se está conociendo y viendo ahora mismo en España. Ricachones que se hinchan de dinero y como ya no les cabe en los bancos de España, lo guardan en los paraísos fiscales del mundo.
Ya verás cuando salga algún obispo en los famosos papeles de Panamá.
Yo estoy temiendo que pueda suceder.
Vamos a dejarlo ahí.
Y mientras, estamos viendo familias sin trabajo, chiquillos sin escuela, enfermos sin remedio ni curación..., el desastre. Esto es el Lázaro del evangelio de Lucas. También el rico se muere, como todos estos que tienen los paraísos fiscales a sus pies van a morir. El epulón aquél que vestía de púrpura y oro y con comida banqueteada todos los días. Que pidió desde el Hades que Lázaro volviera de entre los muertos a avisar a sus hermanos, que debían ser tan sinvergüenzas como él.Pero Abraham le dijo: "A Moisés y a los Profetas tienen; ¡que los oigan a ellos!". Y eso es lo que toma el evangelio de Juan y conecta con la resurrección de Lázaro. Ahí está el muerto que resucita. ¿Qué decidieron los sumos sacerdotes?: matar de nuevo a Lázaro. Lo dice el evangelio de Juan, y por supuesto, a Jesús. Se reúne el Sanedrín de urgencia y allí se dieron cuenta de que el proyecto de Jesús era un conflicto imposible de conciliar. Y nosotros nos hemos apañado para hacerlo conciliable, que ni los sacerdotes del templo de Jerusalén ni Jesús lo hicieron. Nosotros lo hemos conciliado y así tenemos esta Iglesia. ¿Qué ha pasado? Que entre la muerte de Jesús y los evangelios aparece en el Nuevo Testamento la figura de Pablo.
Pero, si Jesús viene a modificar ese sistema, pues ese sistema le mata, y al final, con el paso del tiempo, conciliándolo, es ese sistema el que está venciendo en la Institución, ¿no estamos traicionando la nueva alianza que Jesús vino a traer entre Dios y los hombres?
La estamos traicionando y de ahí el conflicto, la tensión y los problemas que está sufriendo el papa Francisco. Porque el Papa es un hombre que por formación, su educación jesuita tuvo que ser más bien conservadora. Pero su humanidad es tan honda, tan sensible a todo lo que es el dolor humano, la injusticia contra los débiles, los niños, los enfermos..., que no puede callarse, ni aguanta el estar por encima de los demás, ni quiere tener privilegios. Hay teólogos que se preguntan por qué no toma decisiones más terminantes. Yo pondría a esos teólogos allí a que tomen las decisiones.


Además, yo tengo la opinión de que si este Papa u otro, quiere cambiar las cosas por medio de un golpe en la mesa, le estaría dando la razón a los que piensan que la Iglesia no tiene camino sinodal, dialogado. Pienso que está intentando repartir el juego y que todos nos sintamos responsables. Y los cambios que se están dando son porque el pueblo empuja. El concepto del pontificado de Francisco y el de Teología de José María del Castillo, son muy parecidos.
Bueno, es que cada día lo veo con más claridad, la cosa tiene que ir por ahí. Porque no se trata de cambiar cargos, ni en tomar decisiones en esto y lo otro. Lo importante es cambiar la manera de hacer Teología. La manera de gobernar. La manera de vivir cerca de la gente. Saber lo que demanda el pueblo.
Conversando ayer con Reyes Mate, gran pensador, sobre todo este asunto, él decía una gran verdad: las dos grandes cabezas pensantes que ha habido en el cristianismo en el siglo pasado fueron, primero, Bonhoeffer a quien mató el nazismo al final de la 2ª Guerra Mundial. Y el otro, Juan Bautista Metz, que dice una cosa impresionante: la cristología, es decir, el saber sobre Jesús y el poder hablar sobre él es constitutivo el seguimiento de Jesús. Los apóstoles no aprendieron cristología leyendo libros sobre el tema ni escuchando conferencias, ni Jesús se dedicó a dar charlas de Teología. Se dedicó a vivir de una manera. Y seguirle era vivir de esa manera cuanto era posible. Jesús vivía con la gente. Estaba cerca de los enfermos y los niños. De los pobres y los excluidos. Y esa es la cristología que aprendieron.
La novedad de este libro es explicar que entre Jesús y su muerte, y su nacimiento y los Evangelios, que son posteriores al año 70, están las cartas de Pablo. Que ni conoció al Jesús terreno de la historia, ni dio muestras de interesarse mucho por conocerlo.
Y tuvo sus conflictos con Pedro y con otros.
Y sobretodo, que sin conocer a Jesús ni los evangelios se puso a organizar las primeras iglesias. Las primeras comunidades eran iglesias domésticas. Como tenía la formación de un buen judío y su experiencia de Jesús era la del resucitado, eso fue lo que transmitió.
Más espiritual.
Más espiritual y más religioso. Más ritualista y normativo. Es verdad que Pablo explicó que todos somos iguales para la salvación, que no es la ley lo que nos salva. Pero todo mirando lo transcendente. En lo inmanente, lo que hizo fue organizar iglesias domésticas. Y si eran domésticas, debían de ser en casas. Y si se reunían en casas, tenían que ser de gente con dinero. Entonces lo que ocurría, era que los líderes de las iglesias eran gente con dinero.
Para hacerle justicia a Pablo, sin haberse arrimado a estos conversos ricos, la Iglesia no hubiera podido hacer todo el proceso de evangelización y toda la creación de una cultura y de una sociedad nueva a lo largo de todo este tiempo.
Efectivamente. Estoy completamente de acuerdo y me alegro de que saques el tema. Porque Pablo, como bien notó Hans Küng, hizo dos grandísimas y geniales aportaciones. Primera: extendió el cristianismo por todo el imperio. Por tanto convirtió el pequeño movimiento de Jesús en un movimiento universal, en lo que entonces era el mundo conocido. Y, en segundo lugar, socializó aquél movimiento en las costumbres de la sociedad. Pero aquello tuvo un precio, y eso lo explico yo en el libro.
Hay cuatro problemas en los que Pablo se atascó. Leyendo a Pablo saltan a la vista cuatro cuestiones que se relacionan muy directamente con la moral, que hoy nos preocupa y nos interesa.
Primero, el tema del sexo. Por qué el sexo masculino ha de ser más dominante, con más derechos y poder que el femenino. En definitiva, la desigualdad. La gente no cae en la cuenta de esto. No es lo mismo hablar de desigualdad que de diferencia. Porque la diferencia es un hecho, pero la igualdad es un derecho.
Segundo: el modelo de familia. El modelo patriarcal. Para mí lo más genial que ha escrito el Papa actual, es decir que el amor conyugal es un amor de amistad. Y lo argumenta y lo repite. Decir esto, es revolucionar la familia.
 O entenderla.
Claro. La tercera cuestión es la de la esclavitud. La esclavitud es la clave de la economía. Comprendo que esto es una lectura marxista. Pero es que en esto Marx dio en el clavo. Y esto explica por qué los ricos han podido acumular la riqueza que tienen: a costa de miles de millones de esclavos que han trabajado para ellos. Y sigue pasando hoy. Pero lo que ocurre, es que hoy sucede sin el estigma de la esclavitud. A primera vista todos somos iguales en dignidad y derechos, cuando en realidad no lo somos. Además, pasa otra cosa, antiguamente el que compraba un esclavo tenía que darle de comer todos los días. Hoy, el que tiene esclavos que trabajan par él, les da lo que considera. Y ya está. Los otros que se apañen y yo tengo una cuenta en Panamá.
Y la cuarta. Es el sometimiento a la autoridad constituida. No olvidemos, que cuando Pablo escribió esto era el tiempo de Nerón. Que no era precisamente un modelo ejemplar de gobernante. Al comienzo del capítulo XIII de la carta a los romanos, Pablo dice que la autoridad la establece Dios. Y por tanto, lo que manda la autoridad es voluntad de Dios. Y hay que someterse a Dios sometiéndose a la autoridad. Eso, lo predico yo hoy en cualquier esquina de Venezuela, o de Rusia, o de Francia, y me corren a gorrazos, con toda la razón.
Jesús no se metió en estos líos, sino que sencillamente vivió.
En realidad dijo que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Está diciendo que seamos ciudadanos, y buenos creyentes. Poner a cada uno en su sitio.
¿Qué imagen de Jesús tienes tú hoy? Después de tantos años de estudiarlo y de vivirlo.
Primero voy a decir cómo no me lo imagino. No me lo imagino como un cura. No sería obispo, por supuesto. No tendría ningún cargo. Sería un profeta itinerante que defiende con una vida intachable, y que podría ir diciendo: "si no creéis en lo que digo, por lo menos mirad lo que hago". Que es lo que Jesús no paraba de decir. O, con otra imagen: el árbol se conoce por los frutos que produce. Sería un profeta itinerante, cercano a todo lo que es sufrimiento, dolor, miseria humana. No porque hubiera hecho un voto de pobreza. Porque el voto que hacen hoy los religiosos de pobreza es una de la fuentes de seguridad más grandes que hay. Seguridad económica.
No te entiendo.
El que pertenece a una comunidad religiosa, tiene la vida asegurada. No le va a faltar nunca nada. Esto lo aprecia el que lo ha tenido y de pronto un día se encuentra en la calle. Es mi caso. La incertidumbre te plantea muchas preguntas que los que tienen voto de pobreza no se hacen.
Jesús estaría ocupado y preocupado por los pobres, pero no desde un voto de pobreza.
Claro, sería una persona que comparte la habilidad con esta gente, la condición, la suerte. Y sería un hombre enormemente libre, para hablar, para actuar. No andaría entremezclándose en partidos políticos, sino que andaría preocupándose de las necesidades de la gente.
Tenemos que terminar. Ese Jesús se parecería un poquito a ti.
No, en absoluto. Si quieres otro día dedicamos un tiempo a ese tema. Pero no me importaría. Yo no tengo nada que ocultar. Además, si llega el día de decir cosas, voy a decirlas.
No, se parecería a muchas personas buenas y desconocidas. Jesús, cuando se puso a reunir un grupo y dijo que era de Nazaret..., yo soy de la Puebla de don Fadrique, un pueblo perdido en el último rincón de la provincia de Granada. Soy un pobre que intento, busco, quiero, pero llego adonde llego. Que no es muy lejos.
Llegas mucho y llegas bien. Un placer, Jose María. Siempre lo es cuando vienes a presentarnos libros como este. "La humanidad de Jesús" editado por Trota. Cómprenlo y léanlo.
Gracias a vosotros y adelante con RD. Que es un elemento muy importante en todo el mundo hispanoparlante sobretodo.
Si prefieres ver esta entrevista pincha:

jueves, 19 de mayo de 2016

Espiritualidad XXI. José Arregui. Teólogo

Espiritualidad XXI

ArregiMañana, lunes 16 de mayo, en el centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián, presentaremos el curso “Espiritualidad en el siglo XXI”.
Se impartirá en Arantzazu durante el curso 2016-2017, un sábado al mes(www.espiritualtasuna21.eus). Enseñarán conocimiento y experiencia testigos cualificados de nuestro tiempo y del Espíritu más allá del tiempo, más acá del espacio: sociólogas, psicólogas, artistas, científicos, filósofos, teólogos. Unos creyentes, otros agnósticos, pero ¿qué importan esas etiquetas para la espiritualidad? Nuestras aserciones no valen más que nuestras dudas, y nuestras certezas valen menos que nuestras preguntas, y todas las creencias –creaciones mentales, al fin y al cabo– no valen sino en la medida en que nos abren al Infinito más allá de nuestra mente. ¿Qué somos todos, al fin y al cabo, sino buscadores y caminantes, alumbrados por la sed y por el agua?
Necesitamos espiritualidad como necesitamos respirar. Hoy todavía, hoy sobre todo. Avanza el siglo XXI, y persiste la crisis, más aun, se agrava. La crisis económica es una crisis política. La crisis política es una crisis ética. La crisis ética es una crisis cultural. La crisis cultural es una crisis espiritual. Todas las crisis son una, como son uno el grito de la tierra y el grito de los pobres, el grito de la vida. Los pobres, la Tierra, la Vida reclaman una “valiente revolución cultural”, como ha escrito el papa Francisco. Y no será posible una revolución cultural sin una espiritualidad profunda.
Una espiritualidad de la vida. De la sensibilidad y del cuidado, de la emoción de la belleza, de la fe en la bondad. Una espiritualidad profética: realista, sí, pero también crítica e insumisa; pacífica, sí, pero también subversiva de todos los sistemas que nos ahogan. Una espiritualidad de la paz y de la justicia, pues no puede existir la una sin la otra. Una espiritualidad política, para una política planetaria digna de ese nombre, no prisionera de la Bolsa y de los paraísos fiscales.
Una espiritualidad que nos haga admirar el Misterio Que Es en el cosmos sin medida, en el cielo estrellado, en la piedrecilla del camino, en la hoja que vuelve a brotar, en los ojos de un niño, en el rostro de un refugiado o de un inmigrante. Una espiritualidad que nos abra los ojos para contemplar el universo como un inmenso corazón que late, la Tierra como un gran organismo que respira y quiere seguir respirando. Una espiritualidad que nos llene de asombro, respeto y humildad, de profunda compasión y ternura por todo lo que es, sufre y goza. Somos hermanos de todos los seres. Somos interser. Todos los seres intersomos.
Una espiritualidad que nos enseñe a estar presentes: a nosotros mismos, al otro, a todos los seres. A vivir el presente, sin aferrarnos al pasado ni temer el futuro, y a desapegarnos cada día de la ilusión de nuestro ego, fuente de tanto sufrimiento. Una espiritualidad que nos enseñe a vivir en la Presencia Buena que lo envuelve todo y habita en todo. A vivir atentos a lo Real que se manifiesta y se va haciendo, sin cesar, en todo lo real. A ser libres y hermanos. A escuchar el grito de los seres heridos. A presentir y acoger la Paz que sostiene y mueve todo, a sumergirnos en ella tanto en la meditación como en la acción.
Una espiritualidad con religión o sin religión, pero siempre más allá de la religión en cuanto sistema de creencias, ritos y normas, bajo la autoridad de un clero sagrado y masculino. La espiritualidad se está emancipando de las religiones: he ahí uno de los rasgos fundamentales de la revolución cultural de nuestro tiempo, ya emprendida hace 2.500 años por Confucio y Laozi en China, por Buda y Mahavira en la India, por Isaías y Jeremías en Israel, por Heráclito y Parménides en Grecia. Y luego por Jesús.
¿Se abrirá nuestra sociedad, laica por fin, a la brisa, al Silencio, al Misterio creador que une y mueve todo? ¿Se librarán nuestras religiones tradicionales, el cristianismo y el islam en especial, de sus lenguajes, creencias y estructuras del pasado? ¿Se dejarán prender por la chispa, la llama, el fuego de Pentecostés?
(Publicado en DEIA y en los diarios del Grupo NOTICIAS el 15-05-2016)

viernes, 13 de mayo de 2016

El Nuevo Paradigma Cristiano. Jesús García Gil, Comunidad Cristiana Popular de Balsas, Zaragoza.

EL NUEVO PARADIGMA CRISTIANO

LOS PILARES DEL NUEVO PARADIGMA
Estamos asistiendo a una época clave en nuestro mundo. Los descubrimientos científicos de la física cuántica, de la astronomía y de la arqueología en el siglo XX, y sobre todo en el siglo XXI,  ponen en tela de juicio muchas de nuestras certezas consideradas como verdades absolutas. Estos descubrimientos están socavando los cimientos sobre los que se asentaban, y se asientan, los fundamentos de las religiones, y en concreto de la religión cristiana. Hoy ya no es razonable sostener muchas de las verdades de la institución religiosa. En el horizonte asoma un nuevo paradigma cristiano, acorde con los datos proporcionados por las ciencias. Se nos presenta un nuevo desafío de la ciencia a la fe, que se creía incombustible.

Por otra parte, la vuelta a los orígenes, propugnada por el concilio Vaticano II, e incentivada por el papa Francisco (“Cada vez que intentemos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” EG 11),  nos conduce al cristianismo originario, al movimiento de seguidores iniciado por Jesús de Nazaret. Es el paradigma fundacional del cristianismo. Ello conlleva prescindir de las adherencias impuestas a través de los siglos, ajenas al cristianismo originario.

Las novedades de la ciencia y el cristianismo originario constituyen los dos pilares en que se fundamenta al nuevo paradigma cristiano, más allá de la religión cristiana. ¿Cuáles son los interrogantes  que estos pilares plantean a la fe?  Este es el desafío que se nos plantea a los cristianos de hoy, que buscan con sinceridad la coherencia racional de su fe.
DESCRIPCIÓN DEL NUEVO PARADIGMA
El nuevo paradigma cristiano es un paradigma liberador. Es la aportación de la Teología de la Liberación. El cristianismo tiene que ver con la situación esclavizante de la sociedad en gran parte de la humanidad, sobre todo en el Tercer Mundo, pero también en el mundo más desarrollado. El nuevo paradigma opta por los pobres y se compromete en su liberación. La salvación que promete se llama liberación de toda opresión y esclavitud. Y ello a realizar no en el más allá, en el Reino de los cielos, sino a iniciarlo en  este nuestro mundo, mediante el compromiso liberador de los seguidores de Jesús de Nazaret, contra toda forma de esclavitud y explotación.

Es también un paradigma moderno, no teista. La modernidad no acepta la imagen de un Dios en las alturas, que dirige desde los cielos el devenir del cosmos y de toda la humanidad. La ciencia rechaza la visión de los dos pisos, el de arriba lugar de estancia del Dios Omnipotente, y el de abajo donde vivimos los humanos y los demás seres del universo. Dios existe en la profundidad del ser, es la fuente de la vida y del amor.  Existe un solo piso, el cosmos,  que avanza dirigido por la energía evolutiva cósmica hacia la plenitud de todos los seres y de todo el universo.

El nuevo paradigma es ecológico. A consecuencia de una lectura literal del Génesis el cristianismo ha defendido un exacerbado antropocentrismo, en el que el hombre ha sido el centro del universo. Todo ha girado en torno a su figura,  llamado a dominar al resto de los seres y a toda la naturaleza. Esta visión cosmológica ya ha caído ante los nuevos conocimientos científicos. El universo ha sustituido al ser humano en su centralidad. El nuevo paradigma tiene como centro al cosmos, el universo en su totalidad, y no el hombre. La ecología nos enseña que todos los seres del universo están en relación y dependencia los unos de los otros. Todos los seres están conectados. Existe una estrecha relación entre los organismos vivos y el ambiente en el que se desarrollan. El ser humano ha recibido la misión del cuidado del resto de los seres vivos y de la naturaleza en general. Su vocación es la cultura del cuidado.

Es además un paradigma pluralista. El cristianismo como religión no es la única existente en nuestro planeta. Existen muchas religiones en cuanto intentos humanos de acercarse a Dios. No es tampoco la única religión verdadera, fuera de la cual no exista la salvación. Es una más dentro del pluralismo religioso. Todas son verdaderas religiones. El exclusivismo religioso del cristianismo está fuera de lugar. El Dios con el que quieren relacionarse las religiones es el mismo en todas ellas, el fundamento del Ser, la fuente de la Vida  y el origen del Amor.

El nuevo paradigma cristiano es un paradigma feminista, en el que varón y mujer tienen la misma categoría e importancia. Estamos acostumbrados a que el varón sea superior, por aquello de que la mujer ha sido creada de una costilla del varón, según el relato del Génesis. Pero este relato es mítico, no histórico, como la mayoría de los relatos bíblicos, tanto del Primer Testamento, como del Segundo. Las religiones son mayormente patriarcales, porque han nacido en culturas que han concedido prioridad al varón, por encima de la mujer, Por esto los intermediarios entre Dios y el ser humano son varones, también en el cristianismo. En la cultura moderna hay una tendencia clara a que la mujer tenga las mismas oportunidades que el varón y ocupe puestos de importancia igual que el varón, porque no hay superioridad del uno sobre la otra.

Es el nuevo paradigma pos-religional, más allá de la religión. La religión es producto del neolítico agrícola, pero no vivimos en una sociedad agrícola, ni siquiera industrial o pos-industrial. Hoy se las denomina como sociedades de conocimiento, de constantes cambios (M. Corbí). La religión ya no tiene cabida en estas sociedades. La espiritualidad a la que se aspira es laica, no religional. Está fundada en una ética humanista. Un ética que desarrolla los derechos y los valores humanos, y los que tiene la Naturaleza. El nuevo paradigma no se fundamenta en los mandamientos divinos, sino en la dignidad de la persona humana, en la construcción de una vida digna y justa para todas y todos. El nuevo paradigma no está dependiendo de una legislación que procede directamente del Dios en las alturas y legislador.

Es, finamente, un paradigma que tiene en cuenta la nueva arqueología. Nos referimos al nuevo paradigma surgido de los recientes descubrimientos arqueológicos sobre la antigüedad bíblica. Los últimos hallazgos  han puesto en tela de juicio la historicidad de la mayoría de los relatos bíblicos. La Biblia no es un libro histórico, sino una gran metáfora. Los relatos mayoritariamente no son históricos, sino míticos, creados por autores humanos para enaltecer al pueblo judío y darle ánimos en tiempos de desaliento y zozobra. El quehacer al que nos lanza el presente paradigma es a la búsqueda del relato que subyace en el relato mítico. La nueva visión de la arqueología nos invita al descubrimiento de ese nuevo relato que se encuentra debajo del relato bíblico literal.
EL DESAFÍO DEL NUEVO PARADIGMA CRISTIANO
La descripción del nuevo paradigma cristiano implica un desafío a la fe cristiana en su formulación tradicional. La teología cristiana está fundamentada básicamente en los dogmas, en cuanto verdades absolutas, ausentes de un posible error. Pero estas verdades ya no se sostienen  hoy en la modernidad, porque contradicen a la razón científica y exigen el milagro, como explicación  de lo irracional. La ciencia nuevamente pone en aprietos a la fe. Lo evidente no puede estar supeditado a lo creíble. Todo ello supone un replanteamiento de la fe teniendo en cuenta los hallazgos científicos y la vuelta al cristianismo original, ausente de dogmas y verdades absolutas. El movimiento inicial del cristianismo está centrado fundamentalmente en el seguimiento de la persona y el mensaje  de Jesús de Nazaret, y basado en el único mandamiento, el amor desinteresado y gratuito incluso a los enemigos. El mensaje del Reino de Dios que Jesús proclama es el anuncio de la liberación de toda esclavitud a los pobres, marginados y refugiados de nuestra sociedad. Un  mensaje laico, la consecución de una sociedad digna y justa para todas y todos, en la que son iguales varón y mujer, fuera de todo dominio y autoridad, y en la que tenga vigencia la cultura del cuidado sobre todos los seres de la Naturaleza.
Jesús Gil García
Comunidad Cristiana Popular de Balsas. Zaragoza. Mayo 2016
Para leer más, pincha en este enlace: Qué podemos rescatar hoy, de la sabiduría de Jesús. Un nuevo lenguaje cristiano. (Del mismo autor)


PRÓXIMAS ACTIVIDADES EN CCP-Granada:
Sábado 14 de Mayo de 12h a 13h horas tendremos un espacio para la practica de la Meditación en grupo. En el Local de CCP. Calle Atarazana del Santísimo Nº 6, patio. (Detrás del Instituto Padre Suárez). Estáis todas y todos invitados.
A las 19.00h: En el local de CCP: Celebración de la  "Fracción del Pan".
Ese mismo sábado en la Plaza de Bibrambla: II Feria de la Solidadridad. Toda la mañana. Organizada por la CONGRA . Allí nos daremos cita más de 15 organizaciones para contar a la ciudadanía el trabajo que se está realizando para construir entre todas un mundo mejor. PROGRAMA: 11:00 Teatro: "Los tres cerditos y el Mercado Feroz". 12:00 FROZEN. 13:00 Taller de danza Afrobrasileña