Vamos a comenzar un nuevo curso. Una buena idea para comenzar sería algo así como “rescatar de la sabiduría de Jesús” de su vida, de su persona y de su mensaje, que han sido olvidados a través de los siglos, si no secuestrados, y que podemos recuperar.
Con un doble objetivo: En primer lugar transmitir la vivencia espiritual de nuestra comunidad cristiana a través de sus años de existencia. En este tiempo ha habido una serie de acontecimientos, entre otros, que han dejado su huella en la vida de la comunidad como el Concilio Vaticano II, la Teología de la Liberación o la Ecoteología. Pero últimamente la modernidad y los descubrimientos científicos nos están exigiendo realizar un nuevo rescate, un nuevo lenguaje cristiano, más razonable y acorde con el pensamiento moderno. Y en segundo, el segundo objetivo sería reflexionar sobre el nuevo paradigma cristiano que hoy se plantea en ciertos sectores de la Iglesia, alentados por la figura del papa Francisco cuando dice: “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así” (E. G. 33).
DESDE
NUESTRA COMUNIDAD CRISTIANA . Una
comunidad que comienza su andadura por los años setenta empujada por diversas circunstancias:
Vaticano II, Teología Popular, en los barrios, en la Atarazana, apoyando las
causas de los últim@s...Esta comunidad de Granada, comienza a revisar y madurar
su fe. Empieza un proceso de rescatar la persona y el mensaje de Jesús de
Nazaret. En esta tarea la comunidad se
encuentra ayudada por una serie de eventos, entre los cuales merecen
destacarse:
I.- EL
CONCILIO VATICANO II. PRIMER RESCATE El primer
rescate lo realiza la comunidad a instancias del Concilio Vaticano II convocado
por el papa Juan XXIII. Su apertura se realiza en 1962 y su clausura se lleva a
cabo en 1965 por el papa Pablo VI, con el objetivo de actualizar la Iglesia y
adaptar su mensaje al mundo moderno (aggiornamento) Dos son las intuiciones que
señala el papa para conseguir este propósito de renovación de la Iglesia: la vuelta a las fuentes y la apertura de la
Iglesia al mundo moderno.
II.- LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y LA
ECOTEOLOGÍA. Un segundo rescate de la sabiduría de Jesús lo
realiza la comunidad desde la Teología
de la Liberación. Esta teología que nace en Latinoamérica es aceptada y
asumida por la comunidad, junto con el resto de CCP del Estado. A raíz del conocimiento de la Teología de la
Liberación la comunidad rescata la
opción de Jesús de Nazaret por los pobres y oprimidos, y el carácter
liberador de su misión y proyecto. La
Ecoteología por su parte nos ha hecho ver que el Jesús histórico está ligado a la historia del universo. En él
entran todos los elementos de los que se componen todos los seres y todos los
cuerpos, producto de la gran explosión inicial; sus raíces se hallan en la Vía
Láctea, su cuna en el sistema solar y su casa en el planeta Tierra. Como todo
humano es hijo del universo y de la Tierra.
III.- UN NUEVO LENGUAJE CRISTIANO. Un último rescate
EL CAMBIO NECESARIO
Vivimos tiempos de cambio. Se hace necesario
el cambio a nivel social. No se
puede consentir que la bolsa de la pobreza vaya aumentando a costa del
enriquecimiento progresivo de unos pocos. Se hace necesario también el cambio en la política. En nuestro país
es especialmente urgente. El descrédito en las instituciones va in crescendo.
Esto requiere una transformación del panorama político, introduciendo la
honradez como principio y el primar el bien común sobre el del partido. Este cambio es necesario también en la Iglesia. El punto de referencia no puede ser el
fortalecimiento de la institución eclesiástica, sino la vuelta al Evangelio.
EL MOVIMIENTO DE JESÚS DE NAZARET Y LA RELIGIÓN
CRISTIANA.
El
movimiento iniciado por Jesús y la religión cristiana son dos realidades
radicalmente diferentes, y en algunos aspectos opuestas. Jesús no fundó una
religión, sino que comenzó un movimiento
laico, al margen de la religión judía. Todo empezó con Constantino en el
siglo IV quien mediante el edicto de Milán (313) promulgó la tolerancia del
cristianismo, movimiento que había sido duramente perseguido. Pero fue Teodosio I el Grande quien hizo del
cristianismo la religión oficial del Imperio Romano, mediante el edicto de
Tesalónica en el 380. Y dio como fruto el secular estado de la Iglesia como
poder. Sin embargo el movimiento de
Jesús de Nazaret ha sobrevivido a través
de los siglos en pequeños grupos. Muchos de ellos considerados herejes por la religión cristiana. No tienen poder, ni
lo buscan, Intentan estar al servicio de las personas, a ejemplo de Jesús, que
no vino a ser servido, sino a servir (Mt 20, 25-28). Sus integrantes viven en pequeñas comunidades. Igualitarias en
dignidad, mujeres y varones, y horizontales en su funcionamiento. Procuran
ser consecuentes con el mensaje de Jesús: anunciar el Reino de Dios a los
pobres y marginados de la sociedad. (Mt 10, 7-8). Tienen como guía las
bienaventuranzas proclamadas por Jesús en el sermón de la montaña (Mt 5, 1-10) Comparten la vida y los bienes haciendo
realidad la eucaristía a ejemplo de los primeros cristianos (Hech 4, 32-
35) Se esfuerzan en llevar a la práctica el único mandamiento de Jesús: amor al Padre-Madre en el amor a los
hermanos más desfavorecidos (Mt 22, 37-40). Elaboran una teología basada en
la experiencia espiritual de las
comunidades, actualizando especialmente el evangelio en el momento
histórico de la sociedad.
EL LENGUAJE DE LA MODERNIDAD.
En esta perspectiva asistimos en 2011 a la III Asamblea de Redes
Cristianas celebrada en Jerez de la Frontera. En el taller “Hacia una teología
de la espiritualidad de las comunidades cristianas del siglo XXI” se decía:
“Proponemos la plasmación de una nueva teología que enfrente los retos que la
sociedad actual nos demanda que ha de
ser más laical, menos masculina, menos occidental y más dialogante con las
ciencias”.
NUEVAS IMÁGENES DE DIOS.
Tradicionalmente
se habla de Dios como un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra de
modo definitivo, que domina el universo, Juez Supremo de las personas,
premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos. Recientemente teólogos y pensadores
han continuado con esta búsqueda de imágenes no personalistas de Dios. Se ha
hablado de Dios como el “totalmente Otro” (Barth, Otto). Dios es “el gran
Compañero, el que sufre con nosotros y nos comprende” (Whitehead). “Dios es el
núcleo esencial y la base de todo lo que es “(Tillich) “Un Dios que no es una
persona, sino la fuente de ese poder que alimenta el ser persona; no es un ser,
sino el fundamento del Ser, la fuente de la cual todos los seres fluyen”
(Spong) “Dios es la fuente de la vida que vivimos, el poder del amor que
compartimos, el Fundamento del Ser, que nos invita a ser al máximo lo que
podemos ser (Spong) “A la luz de la teonomía Dios aparece como el fundamento
del ser humano y del cosmos, es la profundidad espiritual de toda la realidad”
(Lenaers) “Pero Dios significa ahora, en
la visión moderna del creyente, el amor creador que impulsa al cosmos a seguir
desarrollándose, y al ser humano a que se siga humanizando” (Lenaers) “Dios
es Amor. Dios se hace presente, acontece, allí donde acontece el amor (Torres
Queiruga)
EL RELATO DE LA CREACIÓN-REDENCIÓN.
El relato
de la creación leído literalmente nos conduce a un universo terminado y
concluido, y no en evolución permanente. El pecado de origen proviene de la
desobediencia de Adán y Eva al mandato de Dios en el jardín del Edén. Pero la
narración del Génesis no es un relato histórico. La humanidad no necesita un
redentor que lo salve del pecado. Pecado
original, culpa, Jesús Redentor son conceptos inadmisibles para la modernidad.
UNA NUEVA BASE DE LA ÉTICA.
Tradicionalmente
se ha dicho que la base que sustenta el comportamiento cristiano es la
promulgación solemne en el Sinaí por parte de Yahvé de los Diez Mandamientos.
Este ha sido el resultado de una lectura literal del acontecimiento narrado en
el libro del Éxodo, como si se tratara de un acontecimiento histórico. Pero hoy
no podemos continuar con esta interpretación pre científica. Se trata de una narración mítica. Pero
la ética que hemos ido descubriendo en la comunidad son la libertad, el conocimiento y la sabiduría como valores
objetivos. Lo éticamente correcto viene determinado por todo aquello que promueve el ser, lo que afianza la vida y lo que
conduce al amor.
LA VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.
Una de las preguntas que todo ser humano se hace en la vida es si existe
algo después de la muerte por lo que merezca luchar y que dé sentido a los
sinsabores de toda existencia humana.
¿Es razonable creer en el cielo y el infierno como lugares de destino
más allá de la muerte? La muerte es el
comienzo de una nueva vida. La resurrección de Jesús es la garantía de esta
nueva vida. Si Cristo ha resucitado, todos resucitaremos igualmente. Pero la resurrección no es la reanimación
del cadáver, sino el inicio de una vida diferente, distinta e infinita. Si
la vida es ilimitada y continúa después de la muerte, es porque existe un
proceso vital cósmico que abarca a todos los seres vivos. Es la energía cósmica
que influye en toda la naturaleza. De este proceso formamos parte todos los
humanos. La muerte no corta este proceso, sino que es el inicio de una nueva
etapa vital.
LA ESPIRITUALIDAD LAICA
Dentro del
nuevo paradigma cristiano la comunidad va descubriendo
el carácter laico de la espiritualidad cristiana. Hablar de espiritualidad
en nuestra sociedad es casi sinónimo de evasión, de huida de este mundo finito y perverso, y mirar a los cielos,
morada del Dios todopoderoso. Pero como ya hemos visto anteriormente esta imagen
de Dios, que habita en los cielos y promete una recompensa de una vida eterna
junto a Él, hoy ya no se puede sostener. La espiritualidad que hemos ido
descubriendo es aquella basada en la ética universal, que defiende los
derechos y valores humanos, así como los derechos de la Naturaleza de la
que todos los seres formamos parte. Una espiritualidad consistente en la
consecución de una vida digna y justa para todas y todos.
Nos
encontramos en una época de grandes cambios. Estamos viviendo un cambio de época.
A nivel social estamos en tránsito de una sociedad preindustrial e industrial a
las sociedades de conocimiento e innovación continua, de creación de nuevos saberes científicos y tecnológicos
en rápida interacción mutua (M. Corbí). Esta situación tiene sus consecuencias
a nivel religioso. No podemos seguir
manteniendo una religión que está dependiendo de una sociedad preindustrial,
agrícola. Por otra parte, acudiendo a las fuentes del cristianismo, nos
encontramos con que Jesús no fundó una religión. La religión no fue la preocupación
prioritaria de Jesús. El mensaje del Reino, objetivo principal de Jesús, se
presenta como la superación del sistema
de la religión. La única ley de Jesús es el mandamiento del amor, las
bienaventuranzas.
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