En
el mes de julio pasado Jose Manuel Vidal publicó una entrevista
hecha al teólogo Xabier Pikaza, ante la publicación de su libro: El
dinero en la Biblia(),
que juzgo imprescindible conocer por nosotros, los cristianos de
base.
Pikaza
nos habla ampliamente en su libro de
la relación de Jesús con el dinero. Jesús no se opone
directamente al dinero, como
Juan Bautista, puesto que los
Evangelios suponen que en
su
grupo se
maneja algo de
dinero, concretamente Judas,
que
era
el administrador,
“tenia la bolsa” (Jn 12,6).
Pero
Jesús (),
desde el primer momento establece que “no se puede servir a Dios y
a Mammón” (Mt
6,24). No se puede servir a Dios, que es gratuidad, y a Mammón, que
es lo
contrario a Dios, un dinero absolutizado.
Jesús
utiliza la palabra común aramea que es 'mammón', que
tiene
la misma raíz que amén; es aquello a lo que se le dice amén.
Aquello en lo que se cree... Es el dinero como realidad en la que uno
confía la vida, en
la que uno se apoya. Por
eso, el culto al dinero, es lo contrario al culto a Dios. Porque lo
opuesto a ese Dios de gratuidad es, precisamente, Mammón, el dios
del mundo, que
ofrece falsa seguridad.
Esta
servidumbre de Mammón, del dinero como algo absoluto, es una
idolatría, según aparece en Lc 16, 14-15, en la controversia de
Jesús con los fariseos, a quienes acusa no solo de avaricia sino de
confundir a Dios con la ley, entendida esta
como
fuente de seguridad y en la condena del rico Epulón (Lc 16, 19-31)
(),
temas que había ya expuesto Pablo, al afirmar que la avaricia es
idolatría (Col 3,5; Ef 5,5). El
comportamiento de Jesús respecto
al dios Mammón llega al clímax y
culmen al entrar por
la Pascua en
Jerusalem y en su Templo, la ciudad y el lugar “donde
se encarnaban las promesas mesiánicas de Israel”
y con
gestos impropios de El expulsa a
latigazos (Jn,
2,14,15;
Mc 11,15-17) a
los compradores y vendedores de
bueyes, ovejas y palomas necesarios para el sacrificio del
Templo, vuelca las mesas de los cambistas e impide que se transporte
por
él las
cosas necesarias para el sacrificio: animales, leña etc. Porque
todo ello significaba
convertir el Templo en
una casa de negocios (Jn 2,16) o una cueva de ladrones (Mc 11.17), es
decir,
“un lugar para robar al pueblo fiel, en nombre de Dios”.
Según
Pikaza (),
el
proceder
de Jesús indica que el Templo ya no es el lugar especial
del encuentro de los hombres con Dios. Arrojando
del
templo a
los vendedores y compradores, derribando las mesas de los cambistas,
impidiendo
el traslado de lo necesario para los sacrificios,
significaba
acabar con el mismo Templo de Jerusalem,
rechazando
sus
tres funciones: su función
económica y
comercial,
su función
política,
dirigida y gobernada por los sacerdotes y su función
religiosa.
El
templo deja de ser expresión simbólica de la presencia de Dios que
habitaba en medio de su pueblo. Jesús
desacraliza el templo, declarando que su función religiosa (de
purificación
y perdón)
ha terminado,
al proclamar que será sustituido por otro “no
hecho por manos humanas”
(Mc 14, 2-8). El templo de Jerusalem construido durante cuarenta y
seis años (Jn 2,20), se ha vuelto un ídolo”, puesto al servicio
del poder religioso y del abuso de los fieles. En contra de eso,
el verdadero templo debe identificase con el cuerpo mesiánico (cfr.
Jn 2, 21; 1 Cor 3, 16), es decir, con la humanidad
reconciliada, particularmente
los pobres,
que es el reino de Dios ().
Para
Pikaza, los gestos y las palabras de Jesús, en su subida a Jerusalem
por la Pascua, tienen el
gran
significado
de:
“anunciar
y promover la destrucción, al menos simbólica, del templo, buscando
y promoviendo la caída de un orden religioso, social y económico de
políticos y sacerdotes”
().
La
pregunta surge de inmediato. ¿Existe hoy en la Iglesia católica un
poder religioso,
social y económico, semejante
al poder
religioso que Jesús condenó en su tiempo? Pikaza no da una
respuesta totalmente afirmativa en su libro, al que casualmente
subtitula: dominación
y poder en la Iglesia.
Sin embargo sí lo hace otro libro publicado por Ángel
Munárriz,
Iglesia.
S.A. Dinero y poder de la multinacional vaticana en España (),
que
también juzgamos imprescindible conocer.
El
libro de Munárriz tiene siete capítulos y un Apéndice. En esos
capítulos va desgranando todo el poder económico, cultural, social
y mediático
que posee la Iglesia española. Es
justo
aclarar que él identifica a
la Iglesia católica española
con
sus dirigentes o jerarquía eclesiástica,
según es común opinión cuando se afirma: “la Iglesia dice o ha
dicho”, para
diferenciarla, como todos sabemos, de la
Iglesia comunidad de bautizados,
donde estamos todos, el pueblo cristiano con sus dirigentes.
Esta Iglesia institucional o eclesiástica es la
que él
denomina una Sociedad
Anónima,
que
proviene en
España
de
los tiempos del dictador Franco, pero que
hoy de modo
perfectamente legal está
camuflada
y es
parásita del estado español, en virtud de los Acuerdos firmados
entre el recién Estado democrático español y el Vaticano, en enero
de 1979. En
tres apartados podríamos resumir la enorme cantidad de datos que
ofrece el bien documentado libro del periodista andaluz Ángel
Munárriz: el
poder económico, el cultural y el mediático.
Su
Apéndice, titulado
agudamente
Apocalipsis,
plantea
“algunas vías
para que la actividad económica de la Iglesia se desarrolle sin
lesionar la esfera pública” ().
1.-
Es
ingente el
poder
económico
de la
institución eclesiastica
española, pues
según
diversas publicaciones, ella
es
la mayor
inmobiliaria
española,
habiendo
amañado
el mayor pelotazo inmobiliario mediante el
proceso de las
Inmatriculaciones.
Según la
periodista Elena G. Sevillano, en un
artículo publicado en El Pais,
el pasado 13 de agosto de este año, la jerarquía de la Iglesia
habría
puesto a su nombre 30.000 propiedades, en las dos últimas decadas,
desde lugares de culto (la
Mezquita de Córdoa y 31 catedrales,
además
de Seos,
iglesias, ermitas...) a casas parroquiales o de maestros, plazas,
fuentes, frontones y todo tipo de parcelas, según los datos que el
Colegio de Registradores entregó al Gobierno de Pedro Sánchez hace
justo un año y
que todavía no se han hecho publicos.
Sin
embargo,
según
Jesús
Bastante,
pueden llegar a 100.000 los inmuebles y
algunos más,
pues
la organización Recuperando
afirma que la jerarquía de la Iglesia "lleva inmatriculando
desde 1946". Esta
información daría la razón a Munárriz, que estimaba
eran
unos 100.000 los
inmuebles que
posee
la jerarquía eclesiástica
y
cuyas exenciones fiscales de
los impuestos de
Sociedades, Obras, Transmisiones, Patrimonio e
IBI, alcanzaríann
la
cifra de
2.000 a 3.000 millones al año ().Si
a ello se suma lo que recibe por las casillas del IRPF y otros
medios, según
un estudio
de Europa laica,
la
jerarquía de la Iglesia recibe
no menos de 11.600 millones de euros al
año,
más del 1% del PIB de España, de
los Presupuestos Generales del Estado
2.-
Su
poder
cultural
se basa en
la
actividad docente que
la
Iglesia mantiene
a
través de
su
influencia en la Escuela pública mediante la enseñanza de la
asignatura de religión, de los colegios concertados, en
los
que el Estado, en 2016, gastó más de 6.000 millones de €, lo
que
acarrea un debilitamiento de la enseñanza pública y,
sobre todo, de
sus
numerosas
Univesidades,
Colegios
y Centros de Formación profesional ()
. En cuanto a las Universidades, dedicadas
a la formación de las élites
del
país, cabe
señalar la de Deusto, Comillas y
Loyola de los Jesuitas; la
Universidad Ramón Llull de Barceolona, que
tiene
también
una estrecha vinculación con la Compañia de Jesús. En solera le
siguen la Pontificia de Salamanca, las católicas
de Valencia, Avila, la de Madrid (Legionarios)
y la Mª Cristina del Escorial, regentada por los agustinos. También
son antiguas las del CEU, de la Asocación Nacional de
Propagandistas, fundada ésta
por el
cardenal Herrera
Oria. A todas ellas supera en prestigio, segun algunos, la
Universidad de Navarra del Opus Dei,
con numerosas facultades civiles y eclesiásticas.
Más
moderna es la Universidad Católica de San Antonio de Murcia, ligada
al Camino Neocatecumenal de Kiko Arguello. Junto
a la enseñanza superior, la formación de la élite del país se
realiza a través de las Escuelas de negocios, en las que sobresalen
la Escuela Superior de Adminisración y Dirección de Empresas
(ESADE), de los Jesuitas, vinculada a la Universidad Ramón Llull y
el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), de la
Universidad de Navarra del Opus.
3.-
Finalmente, entre otros muchos datos, Munárriz estudia
la
enorme influencia que tiene la jerarquía de la Iglesia en el mundo
mediático y comunicativo
a través de sus medios de comunicación, al
que denomina el cuarto
poder
().
Solo
por detrás de los estudios de empresa, el periodismo es la
disciplina más ofertada por las universidades católicas españolas.
La
Iglesia, además del púlpito tiene obsesión por los medios de
comunicación. Su buque insigna es la COPE, una influyente emisora
generalista, la Radio Estel, vinculada al arzobispado de Barcelona y
la TV Trece,
portavoz de la Conferencia episcopal. La agencia Zenit y Europa
Press, con vícnulos históricos con el Opus Dei, que ofrecen
noticias a los periódicos, sobre todo a los afines a la Iglesia,
como el ABC, que distribuye también
el
semanario Alfa y Omega y a La Razón. Otra agencia de noticias es
Infovaticana, de corte ultraintegrista. Por otra parte, la Iglesia
tiene también amplia cobertura en el radiotelevisión
pública,
con
muchos programas religiosos, como Alborada, Buena Nueva, El dia del
Señor etc, además
de ofrecer la Misa dominical
Finalmente, la Iglesia se vuelca también en el sector editorial,
entre cuyas editoriales se cuentan Edice, editorial de la CEE, HOAC,
Sígueme, CCS (Salesianos), el grupo Loyola de los Jesuitas (Sal
Terrae, Mensajero). San Pablo, Verbo Divino. Eunsa y Rialp del Opus,
etc. Además de las que editan libros
de texto, como Santa Maria de los marianistas, Edebé de los
salesianos, Edelvives de los maristas, Bruño, de los Hermanos de la
Salle, vendida en 2011 a Salvat.. Negocio, dice Munárriz, influencia
y acceso directo a las mentes de los jóvenes y de la sociedad que
puede explicar, a mi juicio, la mentalidad religiosa conservadora y
neoliberal nuestra sociedad.
En
el Apendice, titulado agudamente Apocalipsis,
Ángel Munárriz se plantea si pueden existir algunas
vías
para que la actividad económica de la Iglesia se desarrolle sin
lesionar la esfera pública. Ante
todo, dice, debemos evitar, en lo posible, los debates aislados, que
son un terreno de juego óptimo para la jerarquía, al poderlos
transformar en un debate de ‘anticlericales vs.
católicos’. El autor cree que la batalla se ha de dar en
cuestionar por todos los medios los Acuerdos del 1979, denominado
Concordato
bis.
Es cuestión difícil, pero no imposible. Al ser una acuerdo
internacional entre dos Estados, el gobierno español puede
denunciarlo, derogarlo o cambiarlo, como en su día propuso el PSOE.
Lo importante es lograr una
mayoría en las Cortes que se atreva a hacerlo, según los artículos
94 y 96 de nuestra Constitución. Lograr esa mayoria consciente en
nuestro país debe ser, a mi juicio, una labor de las Comunidades
Cristianas Populares y
como
punto de partida, será muy útil la lectura de estos dos libros.
Antonio
Moreno de la Fuente
Del
Secretariado de las CCP de Sevilla
Ibid,
pp.314-321.