domingo, 9 de octubre de 2022

Comenzando el nuevo curso en las CCP de Granada. 9/10/2022. En los Combonianos

 

LAS HOJAS NO CAEN, SE SUELTAN (José María Toro)

Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja.

Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.

Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.

La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.

Cada hoja al aire me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!

Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.

Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.

Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote.

¡Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido…

Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”.

Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.

Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.

Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

Texto original de José María Toro, extraído del libro “La Sabiduría de Vivir”

Con este texto hemos comenzado nuestro Encuentro de inicio de curso en las Comunidades Cristianas Populares de Granada.

Toda la jornada fue Celebración de la Mesa Común. La Palabra de la Vida nos vino a través de la Conferencia que Leonardo Boff pronunció en el pasado Congreso de Teología de Madrid: Hacia una Iglesia samaritana y cuidadora de la naturaleza


Descargar texto

Después de poner en común...., pusimos la mesa con los frutos del tiempo y nuestros deseos, proyectos y expectativas para este curso que comenzamos.

Esta fue nuestra plegaria al la madre Vida-Tierra:

Madre nuestra de la Esperanza que estás presente en nuestro Universo, en nuestra Tierra, en el aire que respiramos, en la Humanidad, en nuestra más profunda intimidad.

Madre, bendito sea tu nombre. Hoy te queremos llamar Madre de la Esperanza, tanto para nosotros y nosotras como para toda la humanidad.

Madre, por medio de tu divino Espíritu, te pedimos que nos des perseverancia, aliento y esperanza, para ayudar a crear un mundo mejor, más habitable, respetuoso de las diferencias, justo, fraterno y sororal, libre de verdad y en paz.

Madre de la Esperanza, sabemos que tu deseo es que los hombres y las mujeres vivan dignamente, en plenitud y sean felices, teniendo las necesidades vitales cubiertas. Para ello debemos vivir sencillamente y compartiendo con los demás lo que somos y tenemos, nuestros mejores dones y carismas.

Madre de la liberación, infúndenos ánimo y valor para perdonar y para pedir perdón. Porque cuando perdonamos nos sentimos plenamente liberados y nos crece desde dentro un árbol lleno de frutos maduros de esperanza.

Madre de la esperanza, no dejes que nos acomodemos ni que nos aburguesemos, entregándonos con gozo a los demás, acompañando sus procesos de superación del sufrimiento, la injusticia, la insolidaridad, la opresión. Sembraremos así semillas de ilusión, fe, confianza… y Amor. Amén.

Brindamos en recuerdo de nuestro referente ético, Jesús, su memoria subversiva, y todos los referentes éticos de la historia. Compartiendo la comida aportada por todas.

Durante el café organizamos el curso: Memoria del curso pasado, Celebraciones, Proyectos de cooperación, economía, local...etc

También hicimos una visita al jardín de Etien y sus hierbas y plantas, para amar lo que se cuida y cuidar lo que se ama.


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