viernes, 20 de marzo de 2020

La Primavera no lo sabía....Coronavirus Marzo 2020

Bloqueo
Si, hay miedo.
Si, hay aislamiento.
Sí, hay compras de pánico.
Sí, hay enfermedad.
Sí, incluso hay muerte.

Pero,
Dicen que en Wuhan después de tantos años de ruido
puedes escuchar a los pájaros de nuevo.
Dicen que después de unas pocas semanas de silencio,
el cielo ya no está lleno de humos,
pero azul, gris y claro.
Dicen que en las calles vacías de Assisi la gente está cantando desde sus casas y sus balcones manteniendo sus ventanas abiertas para que los que estén solos
puedan escuchar las voces de las familias a su alrededor.
Dicen que un hotel en el oeste de Irlanda ofrece comidas gratis y las entregan a domicilio.
Hoy una joven que conozco está ocupada repartiendo por el barrio volantes con su número de teléfono para que los ancianos puedan tener a alguien a quien llamar.
Hoy iglesias, sinagogas, mezquitas y templos se están preparando para dar la bienvenida y proteger a los desamparados, enfermos y cansados.
En todo el mundo la gente se está desacelerando y reflexionando.
En todo el mundo, las personas miran a sus vecinos de una manera nueva.
En todo el mundo la gente está despertando a una nueva realidad...
A lo grande que realmente somos.
A qué poco control tenemos realmente.
A lo que realmente importa.
AMAR
Entonces rezamos y recordamos que...
Si, hay miedo,
Pero no tiene que haber odio.
Si, hay aislamiento,
Pero no tiene que haber soledad.
Sí, hay compras de pánico,
Pero no tiene que haber egoísmo.
Sí, hay enfermedad,
Pero no tiene que haber enfermedad del alma.
Sí, incluso hay muerte,
Pero siempre puede haber un renacimiento del amor.
Despiértate eligiendo como quieres vivir hoy.
Hoy respira, haz una pausa y
escucha,
detrás de los tormentos de tu miedo,
los pájaros cantan de nuevo.
El cielo se está despejando.
La primavera está llegando,
Y siempre estamos rodeados de amor.
Abre las ventanas de tu alma
Y aunque no puedas pisar la calle vacía,
Canta !!!
Fr. Richard Hendrick, OFM
March 13th 2020
https://youtu.be/mnCvTIEeTrk Aquí: Yo vengo a ofrecer mi corazón. Fito Páez, Por los Cantamañan@s;
Sábado, 14 de Marzo de 2020 
Por:  Edna Rueda Abrahams
"Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo.
Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados.
Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios.
No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo.
Volvimos a la ser aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos.
Si todo sale bien, todo cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón, cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer.
Puede ser, solo es una posibilidad, que este virus nos haga más humanos y de un diluvio atroz surja un pacto nuevo, con una rama de olivo desde donde empezará de cero".
https://youtu.be/hY76JrWpeiQ; Aquí
LA PRIMAVERA NO LO SABÍA.....
Voz: Nuria Rubio https://www.instagram.com/nuriarubio.lz/ - La poesía nos salva-

Resulta que ahora, dicen los titulares, hemos descubierto gracias al coronavirus que el ser humano solo puede sobrevivir gracias a la ayuda colectiva. Pero yo me pregunto, ¿lo descubrimos con la pandemia del sida en los años 80 y 90? Pues ya os digo yo que no, porque eso era cosa de maricones, de putas y drogadictos. ¿Aprendimos algo con la epidemia de Ébola en 2016? Qué va, eso era para negros y para los que se metían en países que no debían. ¿Salimos a los balcones a aplaudir por los afectados de la crisis económica de 2008? ¿Para qué? Eso era asunto de pobres. No nos engañemos, hemos descubierto la colectividad solo porque esta enfermedad ha golpeado de lleno a la crème de la crème de Occidente -todo eran risas cuando causaba estragos en China, ¿verdad?-. Y, precisamente, por la democratización del virus hemos visto como cae el rico, el blanco, el hetero y el de la derechita cobarde. Así que, de pronto, nos hemos visto amenazados y, de forma automática, se han puesto en marcha todos los mecanismos para salvaguardarnos. Así que hemos descubierto esa supuesta colectividad solo porque somos una enorme cabeza neoliberal que se mueve al unísono y, si se toca uno de sus componentes, se derrumba la pirámide entera. No, hijos míos, esto no es solidaridad colectiva. Es miedo. Sí, la verdad sea dicha: nos hemos unido porque estamos cagados. Porque con esto no solo pueden morir negros, maricones, inmigrantes o pobres. Y porque, en realidad, nunca pensábamos que esto nos tocaría a nosotros, punta de la pirámide del privilegio. Hemos creado esta cadena de unión internacional porque encima de todo no hay ningún colectivo al que culpabilizar y, ante la falta de cabezas de turco, nos hacemos arrumacos psicológicos y nos consolarnos unos a otros con resignación sin poder echar mierda por la boca. Lo único que me gustaría es que esta crisis nos sirva para hacernos reflexionar, y no solo para montar festivales musicales en los balcones, tan necesarios para no darnos tiempo a pensar. Si esto puede servir para algo, que sea para que, cuando salgamos de esta, dejemos de hacer burda ostentación de nuestros privilegios occidentales y miremos un poquito más hacia los márgenes. Nos hemos unido porque estamos cagados.
(Ramon Barea)

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