sábado, 24 de diciembre de 2022

Las Fronteras cerradas matan. Redgra 18/12/2022

El domingo 18 de Diciembre la Comunidades Cristianas Populares de Granada, junto con otros colectivos integradas en la Red Granadina por el Refugio y la Acogida (REDGRA), participamos en las acciones que se llevaron a cabo en el día internacional de las personas migrantes. A las doce del mediodía se convocó a una Concentración frente a la subdelegación del gobierno en la Gran Vía. Se leyó un comunicado y se correaron consignas como "La ley de extranjería mata gente cada día" -"Gobierno culpable, Europa responsable" "No son muertes son asesinatos"...entre otras.

A continuación se bajó en fila con pancartas por las aceras y coreando consignas hasta la Fuente de las batallas. Allí se participó en un juego que mostraba el recorrido de las personas migrantes desde que salen de su país de origen, hasta conseguir los papeles en el país de destino. También se organizó un Taller de baile africano muy participativo. Acabó el acto con la lectura de otro manifiesto y el rompimiento de la Valla por parte de las personas asistentes.

 Manifiesto para el 18 de diciembre, día de las personas migrantes. 

En el año 2000, la Asamblea General de la ONU proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante. Con este día se pretende visibilizar los retos, dificultades y adversidades que deben afrontar los migrantes en el mundo, así como efectuar un llamamiento a las naciones del mundo para contribuir a que la migración sea un proceso seguro, regular y digno. 

Este 18 de diciembre de diciembre, para España, el día del migrante se convierte en el día de la vergüenza. Este año, a las muertes anónimas y desconocidas del estrecho, provocadas de forma indirecta por el mecanismo de control fronterizo europeo, se suman las muertes conocidas y televisadas de al menos 23 personas en la valla de Melilla y la desaparición de al menos 77 personas, junto con incontables heridos. 

Esta vez, las muertes se han producido acompañadas de la actuación directa de los cuerpos y fuerzas de seguridad encargados de custodiar esa frontera. Las muertes se produjeron en su mayoría por asfixia y aplastamiento, tras una avalancha sobre la valla fronteriza en la que cientos de personas, desesperadas por acceder a la Unión Europea, fueron acosadas violentamente, apaleadas y rociadas con gases lacrimógenos en el estrecho recinto del puesto fronterizo del barrio chino de Melilla. 

La práctica totalidad de las personas que sufrieron esta situación eran refugiados solicitantes de asilo procedentes de países en conflicto armado como Sudán del Norte o Mali. Ninguna de ellas pudo solicitar asilo. Aquellas que no murieron, lo único que recibieron de las autoridades españolas fue un trato vejatorio y la llamada “devolución en caliente” que no es sino la expulsión por la fuerza del territorio español, vulnerando el derecho a solicitar asilo o asistencia jurídica que legalmente les corresponde. 

Estamos ante uno de los mayores escándalos humanitarios ocurrido en suelo español en las últimas décadas. Cinco meses después, ni Marruecos, ni España, ni la Unión Europea han llevado a cabo una investigación pública de lo ocurrido; nadie asume la responsabilidad directa ni la política por la muerte o desaparición de este centenar de personas. 

Ningún responsable público de los implicados ha realizado un ejercicio de autocrítica para que no vuelva a ocurrir. España y la Unión Europea no pueden declararse ajenas a estas muertes por la ficción de que ocurrieron al otro lado de la frontera. 

No, cuando las fuerzas de seguridad marroquíes actúan en el marco del acuerdo fronterizo con la Unión Europea; no, mientras Europa continúe premiando con acuerdos financieros y comerciales al gobierno marroquí, precisamente por llevar a cabo este tipo de actuaciones; no, cuando los agentes de seguridad españoles entregaron de nuevo a Marruecos a las mismas personas cuyos derechos humanos estaban siendo brutalmente vulnerados. 

El ministro del interior está obligado a asumir su responsabilidad por lo ocurrido en la frontera de Melilla y por declarar que tanto España como Marruecos actuaron de forma “correcta y proporcionada”. O bien respaldó y autorizó esta actuación que provocó la muerte de decenas de migrantes o bien no es capaz de controlar la forma en que se gestiona la frontera que está bajo su competencia. 

En cualquier caso, no puede seguir al frente de esta responsabilidad. No, en un estado que se declara democrático y defensor de los derechos humanos. 

• Denunciamos la brutalidad policial marroquí como un crimen contra los derechos humanos de las personas migrantes, así como la connivencia española con estos crímenes.

 • Reclamamos al gobierno español una comisión de investigación que establezca con claridad el papel que jugaron los cuerpos y fuerzas de seguridad españolas en estos sucesos y quién dio las ordenes de actuar de la forma que lo hicieron. 

• Reclamamos a la Unión Europea que rompa los acuerdos de externalización de sus fronteras con terceros países y que establezca protocolos de atención a las personas que llegan a la UE acordes con el derecho comunitario.

 • Reclamamos el establecimiento de vías legales y seguras para la migración hacia Europa, así como mecanismos garantistas y accesibles para las personas solicitantes de asilo. • Exigimos la dimisión o el cese del ministro del interior, Sr. Marlaska, como máximo responsable, por acción o por omisión, tanto del control fronterizo como de las actuaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado


https://youtu.be/_jx3oZFH45E

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario más arriba, donde dice "Introduce tu comentario". Gracias.