Estimadas/os amigas/os:
Apostaron (aunque ni siquiera eso está claro, algunos entendieron
que no era yo sólo…) a que hiciera yo la pequeña introducción a esta reflexión
que vamos a hacer seguidamente por grupos. Hemos elegido este título porque
quizá, puesto con interrogantes, sugiere suficientemente las distintas
respuestas que cada uno de los aquí presentes le damos, con todo lo que ello
entraña. Es un hecho incontrastable de
que entre los que nos decimos de CCP existe, también en esto, un pluralismo muy apreciable; pero que
creo debiéramos convencernos, si no lo estamos, de que no nos aparta de lo
esencial que nos une bajo esas siglas: somos seguidores de Jesús; el Jesús del
Reino; el Jesús liberador que, empezando por la opresión de los pobres, pone el
fundamento y nos da las pistas para una liberación
progresiva de toda otra opresión: patriarcal, cultural, mental, religiosa, del
dinero…
No sé si
algunos nos habremos tomado demasiado en serio eso de liberación progresiva
Quizá yo sea uno de ellos. Y por eso pensé que no sería la persona más indicada
para iniciar esta reflexión. Pero puesto a hacerlo, desearía propiciar que
afloraran con sencillez esas variadas respuestas, de manera que esa
constatación no nos impida, a estas alturas, una comprensión y respeto mutuo. Comprensión y respeto cimentadas
en el reconocimiento en todos nosotros del seguimiento de ese “Jesús liberador” como empeño central en
nuestras vidas.
Un
seguimiento que forzosamente se ha ido depurando
de sus adherencias, pero que creemos ha sido fruto de una búsqueda sincera
en común. Hemos tenido ocasión, en nuestros Encuentros y Semanas de
Teología, de oír y reflexionar sobre lo
que el espíritu de Vida va suscitando en creyentes y no creyentes que aspiran a
la consecución de un mundo mejor. Y que normalmente ha encontrado eco en lo que
nosotros vamos vislumbrando, animados, creemos, por ese mismo espíritu. Todo
eso, junto lo que los nuevos medios de comunicación nos permiten participar de
lo que también se va abriendo paso en el
mismo sentido en múltiples lugares, lo hemos llevado a la reflexión en
nuestras comunidades más locales.
Y
perdonadme que me refiera a la comunidad en que mi fe ha madurado. Para
nosotros todo este esfuerzo de maduración
se encarna sobre todo en las personas de nuestra comunidad (CCP de la Zona de Antequera) que
tozudamente (“como esos viejos árboles”) nos hemos venido reuniendo (¿desde
cuándo, ya?) y seguimos haciéndolo todos los meses para celebrar y compartir nuestra búsqueda, hallazgos y,
sobre todo, nuestro empeño y compromisos por el Mundo Mejor desde los pobres.
Esa es nuestra reunión Eucarística, que es central en nuestra vida comunitaria
cristiana y que es una experiencia apasionante que estamos viviendo juntos. Y
que, creo no equivocarme, esperamos con ilusión a que llegue todos los
meses Y que no se parece en nada a las Misas oficiales.
Se me ocurre que quienes hemos tenido la suerte de contar
con una comunidad; que goza como nosotros de este privilegio, no apreciaremos
nunca suficientemente lo que ello ha supuesto y supone para nuestro madurar en
el seguimiento de Jesús. Mirando para atrás creo que para bastantes de nosotros
las CCP no han sido una institución;
ni, a estas alturas, las vemos como una alternativa dentro de una institución,
sino un CAMINO. Uno de tantos
caminos de los que nos hablaba Juan Masiá por los que vamos subiendo, sin
instalarnos, y nos vamos encontrando con
otras gentes, por otros caminos, que, procediendo de otras religiones, sin religiones
y culturas, tampoco se han detenido porque aspiran como nosotros a un mundo
mejor sin ninguna clase de opresión.
Y en nosotros ese germen de continuo anhelo de liberación
lo seguimos encontrando en Jesús.
Creemos que las CCP en general han
sido para nosotros un lugar de libertad en el que hemos estado abiertos a los
nuevos retos que se nos presentaban.
Basta con considerar las Bases
Comunes que inicialmente reconocimos en 1974, las sucesivas adaptaciones en
1980 y1993, para ver cómo supimos estar atentos y responder a los “Nuevos tiempos, nuevas formas, nuevos retos y esperanzas”,
como rezaba el lema del XIV Encuentro, en el 2005. Y en el Comunicado, ya
constatábamos que “Descubrimos con gran alegría y esperanza que estamos en el
tajo junto con muchos otros grupos y personas de variadas ideologías y
creencias. Compartimos el gran reto de construir un mundo más justo y
solidario.
Tenemos muy claro que “el
centro de nuestras preocupaciones no es la iglesia, sino el Reinado de Dios,
que construimos cada día, aquí en la tierra”
Supuestamente aquellas bases de 1993
serían las que enmarcarían a los que queremos seguir incluidos en las CCPs. Pero
es sintomático que no haya habido una revisión posterior de las mismas en
estos tiempos de descubrimientos acelerados, al impulso del Espíritu Vital (el
mismo que creemos movió a Jesús) y que nos colocan en muy distintos escenarios
y visiones. En este CAMINAR ya sólo los indicadores son las bases.
Esos indicadores, los “signos de los
tiempos” nos van abriendo a nuevas realidades que ante su evidencia se
desmontan sin más las antiguas. Nos hemos llegado a convencer de que Jesús no
tuvo intención de fundar una religión, que la organización Jerárquica es
antievangélica, que no quería ni culto, ni templos ni mediadores, ni Maestros…
No podemos creer en la Revelación tal como lo hacíamos. Y menos a un Pueblo
elegido. El Dios de la Vida lo que quiere es que todo hombre viva. El único
culto que desea de nosotros: es que nos amemos con su Amor. Si nos amamos de
verdad, aun sin saberlo -pensamos como Jesús- vivimos la Vida de Dios.
Y eso ha ido modelando nuestros
comportamientos.
Tras la celebración de nuestro XVII encuentro andaluz en el que reflexionamos sobre
la “Espiritualidad cristiana en el mundo actual. Seguir a Jesús hoy”
manifestábamos al final del Ecuentro:
“Los cambios actuales, en todos los ámbitos de la vida, están
configurando un mundo cada vez más global donde se deshacen las certezas inamovibles, de sociedades pasadas. Las
verdades fijas y los rigurosos dogmas religiosos o ideológicos, son pocos aptos
y hasta a veces impedimento, para abordar las nuevas realidades sociales y para
que las personas se encuentren consigo mismas, con las demás y con el Misterio
de la Divinidad que nos habita y nutre al Universo.
La espiritualidad cristiana hoy invita a seguir a Jesús fuera de los marcos religiosos que
desfiguran, ocultan y dificultan el acceso a su Vida y Mensaje, a quienes son
del mundo actual y buscan la “cualidad
humana profunda” mas allá de las formas instituidas.”
Nuestro
último Encuentro lo celebramos en
Granada en 2013, bajo el lema DE LA INDIGNACIÓN AL CAMBIO DE
SISTEMA. Pienso que nos puede servir como descripción de por dónde hoy por hoy
los indicadores orientan nuestros caminos. Creo que muchos nos identificamos en
esas apreciaciones que nos hizo Jose
Mª Vigil. Nos decía que en lo que se refiere al campo religioso ese cambio está
en que:
-
tras la insatisfacción con la Iglesia, de los 40 años que nos
hemos pasado mirando arriba, esperando… lo imposible, descubrimos que algo ha
cambiado en nosotros: no somos ya los mismos, no podemos creer igual.
-
Y no se trata de una
decisión puramente cerebral... es vital: nos sentimos con un sentimiento adulto
irreversible. Y nos encontramos dentro
de un nuevo escenario en el que no cabe una mera puesta al día sino de
una mutación. Ya no valen parches: se
trata de un nuevo sistema.
-
Y hemos tenido la posibilidad
de empezar a constatar esa nueva
situación cuando ese impulso de libertad nos ha ido quitando las vendas que las
tradiciones e imposiciones impedían ver a nuestros ojos. Es un cambio radical
que no decidimos nosotros solos, fruto de la madurez de toda la Humanidad en su evolución. Es un cambio que no
controlamos de antemano, a decidir qué cambiamos, qué conservamos... Y esto, ni
siquiera en nuestra fe cristiana.
-
Es el
marco global del conocimiento el que está transformándose (“la
pantalla misma, es problema de software, de visión. Es necesario cambiar de
“chip””).
-
Mucha gente está sufriendo sin saber qué es lo que está pasando,
dejando de creer sin querer, sin saber por dónde van, sin encontrar el
camino... Mucha gente está oprimida por
los viejos paradigmas, los viejos presupuestos... y no encuentran los
nuevos
No es el fin del mundo, pero es el fin de un mundo.
. En todo caso, en cuanto a lo
que es fundamental en nosotros, personas que hemos tomado en nuestras vidas
como referente a Jesús de Nazareth, al Jesús del Reino, al Jesús Liberador nos
encontramos con que ese principio Liberador que
encontramos en Jesús nos lleva a confluir
con esa metamorfosis alumbrada a la luz
e impulso de nuevos paradigmas (= esos
impulsos o evidencias que inspiran el escenario de nuestras vidas) y que nos
impelen a pasar:
-
De la teología de la liberación clásica a otra reconvertida. (Paradigma liberador).
Para las
CCP identificarnos con la Teología de la
Liberación, supuso la asunción en nuestra fe de la 2ª Ilustración, el
movimiento mundial de los pobres. Y nos seguimos confirmando en este paradigma,
que desplazó al contrario (burgués, apolítico, de derechas). Ya dimos ese paso,
pero ahora falta reconvertirnos. La TL tal como, se dice, que se ha
rehabilitado oficialmente, no es, no era, lo último... Se la sigue viviendo en
categorías “de dos pisos”, antiecológicas, con creencias, con epistemología
(marco global del conocimiento) mítica, patriarcal… Hemos pasado a una Teología de la Liberación reconvertida y en sí
liberada para estimularnos a asumir los cambios a que impulsan los sucesivos
paradigmas que aparecen.
-
De dos pisos... a un solo piso. (Paradigma moderno).
Y el
Vaticano II: continúa con los dos pisos; como también la TL “al uso”
-
Volver a nuestro hogar. (Paradigma ecológico, de la ecología profunda o «oikocéntrico», biocentrismo, feminista) Nuestra preocupación ahora está Aquí. La espiritualidad no puede
evadirse de este nuestro mundo, de esta nuestra casa.
Marcados por la ciencia... La evolución, la vida, la biología, la
nueva física (cuántica).
El nuevo
relato cosmológico, que es lo que más está cambiando al ser humano, poniéndole
en su sitio
-
De ser los únicos, a sabernos unos más. (Paradigma pluralista)
Hace
tiempo que renunciamos al exclusivismo: sólo en la Iglesia hay salvación.
También decimos que lo hemos hecho al inclusivismo. No lo veo yo tan claro.
Porque aunque decimos que ya hemos caído en que hay que admitir el pluralismo: que no hay elegidos, que no
somos los únicos, demasiadas veces nos aflora un inclusivismo más o
menos camuflado que todavía impera aun entre nosotros (ya no decimos fuera de
la Iglesia no hay salvación…pero todavía nos cuesta trabajo reconocer que
“fuera de Jesús” la haya…),
-
Más allá de las religiones, no sólo más allá de la Iglesia (Paradigma
pos-religional). Pero es que, más allá del Paradigma Pluralista, se nos va
abriendo paso el hecho de comprender que es la misma Fuerza de Vida-Verdad la
que hace avanzar el pensamiento de los que hacen una apuesta creyente o no
creyente
Ya la TL
nos hizo reinocéntricos, no
eclesiocéntricos. Lo hacíamos todavía desde la religión. Ahora se nos
impone reconocer la superación de las religiones (es lo que nos va mostrando la
historia, no es algo nuevo que estemos profetizando) Y ahora constatamos también en nosotros que hemos
llegado a un fin del tiempo hábil para
las creencias y para la sumisión.
*El
Cristianismo tiene que transformarse radicalmente para vivirlo como Espiritualidad... Vamos hacia una
espiritualidad que debemos construir
entre tod@s, aportando con mucha humildad en plano de igualdad y no con
tantas seguridades, lo que vamos descubriendo como nuclear en lo que hemos
aprendido de Jesús y que en definitiva seguramente compartiremos cada vez más
con otr@s que llegan a lo mismo tanto por caminos de creencia o de increencia, Viviremos y presentaremos nuestra
particular apuesta de fe de manera que pueda ser comprendida por tod@s como razonable. Creemos,
como pensamos que Jesús ya lo hizo,
en un Dios que no tiene pueblos escogidos ni parcelas de la actividad cultural
en las que se revela especialmente. No
hay fundamento ninguno para que las religiones se atribuyan un status de
privilegio (por ejemplo, en cuanto a la supuesta “revelación”, como quiera que
ahora se entienda) respecto a cualquier otra manifestación cultural o
ideología. Todas son dignas en principio del mismo respeto y también de ser
objeto, en la misma medida, de estudio, crítica, depuración y superación.*
XVIII Encuentro andaluz CCP: ESPIRITUALIDAD Y POLÍTICA: DE LA BENEFICENCIA A LA JUSTICIA "Los Derechos se conquistan, se ejercen y se defienden".Torrox. 27- 29 Noviembre 2015