José Sánchez
Luque
Foro Andaluz
Diamantino García
Con el lema “Misericordia y justicia ante la desigualdad
global” se han reunido en El Morche (Málaga) del 23 al 25 de noviembre, unas trescientas
personas de las diversas provincias andaluzas y otras regiones del Estado. Han
sido tres días de intenso trabajo. Se han desarrollado tres documentadas ponencias, diferentes
coloquios, tertulias y mesa de
experiencias con cuatro de las plataformas liberadoras que se dan en nuestro
país: Stop desahucios, Pensión digna, Trata de personas y la Asociación andaluza
de barrios ignorados. También se
proyectó el documental “Samba, un nombre borrado” y en la convivencia nocturna nos
deleitamos con la audición de canciones
por los derechos humanos del prestigioso grupo de fama mundial “L@s Cantamañan@s”
Federico Mayor Zaragoza estaba previsto que viniera a
exponernos una ponencia. Finalmente su médico le aconsejó que guardara cierto reposo.
Pero, a pesar de todo, ha tenido la amabilidad de enviar su aportación a la
semana mediante el envío de un escrito con el exergo de Nicolás Guillen: “Para
hacer esta muralla, unamos todas las manos. Los
negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos”. Más adelante afirma: Nos están distrayendo en
exceso, con espectáculos de masas, con jugadores o pilotos, destacando sus
éxitos y sus dolencias,… hasta el extremo de consentir que la justicia, el gran
asidero de los demócratas y la base del diseño de un futuro mejor, sea manipulada
de tal forma que los “buenos” aparezcan como malos y los “malos”, por arte de birlibirloque, aparezcan
exculpados y exonerados de toda responsabilidad…
Es tiempo, asegura el eminente profesor, de iniciar la transformación de una cultura de
la imposición, dominio, violencia y guerra a una cultura del encuentro, de la conciliación,
el diálogo y la paz. De una economía de guerra a una economía de desarrollo
global sostenible que evite los caldos de cultivo de la radicalización y frustración,
que desembocan en flujos de emigrantes desesperados y, en ocasiones, en el uso
de la violencia. ..Ha llegado el momento de iniciar la fuerza de la palabra, de
la seguridad de los territorios a la
seguridad alimentaria, sanitaria, educativa, medioambiental de quienes los
habitan.
“El estallido del sistema migratorio europeo” fue el título de la primera ponencia
desarrollada por el ubetense Sebastián de la Obra Sierra, historiador y
documentalista, trabajador incansable por los derechos humanos que pertenece a diversos
organismos pro-defensa de los derechos de las personas. En su
documentada disertación, afirmaba que la
falta de visión de la UE sobre las migraciones actuales y futuras tiene ya –y tendrá
en un futuro cercano- gravísimas
consecuencias sobre los sistemas democráticos europeos. Estos deben afronta el
auge del racismo y el peligro de guerras internas por la crisis e integración
social de las capas más pobres y marginadas. Pero el destino no podrá ser la
xenofobia y el enfrentamiento. La globalización está creando sociedades cada
vez más diversas. Estamos llamados a generar pertenencias comunes mediante el mestizaje,
y a ser capaces de construir un nosotros común y plural a la vez.
La profesora de Intervención Socio-comunitaria y coordinadora
del Área de Educación y Participación de Ecologistas en Acción, Marta Pascual, disertó
en la segunda ponencia sobre “Vivir y construir un mundo de iguales: una mirada
ecofeminista de la realidad”. Entre
otras cosas, afirmaba que discriminar, invisibilizar, ignorar, minusvalorar,
marginar, explotar… forman parte de la experiencia común de todas las personas
y colectivos oprimidos: negros, pobres, migrantes, mujeres, minorías de todo
tipo, etc. El duro recorrido histórico por lograr la igualdad total tiene aún muchos retos hasta alcanzar
la autonomía personal y el reconocimiento social.
La tercera ponencia: “Acogida, misericordia y justicia en la frontera”, estuvo a cargo de Paula Domingo, religiosa de
la Comunidad Vedruna que en Ceuta (a la que califica de cárcel dulce o limbo,
puesto que si es difícil entrar en es
más difícil salir) acompañan y fomentan
unas relaciones de calidad a todos los que participan en el proyecto, a la vez
que ponen su mayor esfuerzo en la defensa de sus derechos, denunciando la
violación de los mismos. Por encima de todo
y ante la irracionalidad, y silenciamiento de cuanto sucede en las
fronteras con inmigrantes y refugiados, no podemos olvidar nuestra misión como ciudadanos
y como creyentes: acoger. La acogida, afirmó la ponente, debe prevalecer sobre leyes, normas y
protocolos. Hemos de cuidarnos mutuamente. Porque la acogida no es algo
unidireccional. Acojo si me dejo acoger. Me acogen si soy capaz de disponerme a
la acogida… Acogida, cuidados, comunidad, obligación de justicia, solidaridad,
gratitud…son objetivos necesarios que pueden hacer de la vida colectiva y personal
algo completamente distinto.
En la misa de final del encuentro se leyó un comunicado en el
que se resumía el sentir de la Semana Andaluza
de Teología 2018. El comunicado terminaba con estas palabras:
“Misericordia y justicia son los
criterios para discernir, probar y comprobar que nuestra adhesión a Jesús de
Nazaret es creíble y nos aproxima a la propuesta de que otro mundo es posible y
necesario”.
La
producción de “residuos humanos” -es decir, las poblaciones
“superfluas” de migrantes, refugiados y demás parias
empobrecidos- es una consecuencia del proceso globalizador a nivel
mundial y su ensalzado progreso económico. Dicha globalización
provoca un número cada vez más elevado de personas privadas de
medios adecuados de subsistencia, al mismo tiempo que el planeta se
está quedando sin lugares habitables para ellas y tal vez algún día
también para todos los humanos en un desastre ecológico global.
La
Unión Europea carece de respuestas ante los desafíos que plantea
nuestro entorno geoeconómico y geopolítico. No tiene visión
estratégica ni a largo ni a medio plazo. Deja al Mercado gestionar
“automáticamente” la demanda migratoria y no quiere asumir su
responsabilidad política y moral para con refugiados y migrantes. Su
falta de visión y decisión, de previsión y de gestión de las
migraciones beneficia directamente a los movimientos y partidos
políticos xenófobos y a los traficantes de personas. Podemos decir
que la crisis de las migraciones es la crisis de la propia Europa
como proyecto humanizador y civilizatorio que pretendía ser un
verdadero espacio de libertad, justicia y seguridad al servicio del
reconocimiento e igual garantía de los derechos humanos.
Las
migraciones interpelan: o apostamos por ser humanos en una sola
humanidad, o se agudizarán las diferencias practicando la cultura
del “descarte” que dice el Papa Francisco. Leyes de extranjería
cada vez más severas y criminalizadoras, crueles medidas de control
de fronteras, políticas de extrema dureza contra los “fugitivos”
(migrantes o refugiados), miles de ahogados en el mar, gobiernos que
no quieren ver ni hacer justicia, trabajadores extranjeros a explotar
y sin derechos, auge de la xenofobia y de populismos que propagan el
odio étnico, el temor y el rechazo a quienes llegan hasta aquí:
personas con la muerte a su espalda y un muro ante su rostro. Vivimos
enredados en una dinámica de rechazo de “los otros”, víctimas
silenciadas, olvidando que en ellas nos jugamos nuestro propio ser,
personal y colectivo.
Discriminar,
invisibilizar, ignorar, minusvalorar, marginar, explotar son
prácticas cada vez más extendidas en nuestras sociedades y forman
parte de la experiencia cotidiana de las personas y colectivos que
las sufren: mendigos, los sin techo, migrantes y refugiados,
desempleados y parados, mujeres víctimas de trata, pensionistas
empobrecidos, desahuciados, barrios marginales y marginados, minorías
de todo tipo, etc.
La
discriminación femenina es un hecho evidente en toda sociedad y en
todo el mundo. Aunque es verdad que la desigualdad no se presenta con
la misma intensidad en todas partes y culturas, lo cierto es que
dicha desigualdad está presente en todas ellas y siempre obedece a
la misma causa: el patriarcado como sistema simbólico y social
creado y organizado por los varones. Un sistema que vive en los
discursos ideológicos y se concreta en las estructuras sociales que
priorizan el ejercicio del poder masculino con instituciones y normas
opresoras para las mujeres.
Ante
la irracionalidad, silenciamiento e indiferencia de cuanto sucede en
el mundo y en nuestros entornos más próximos, no podemos olvidar
nuestra misión como ciudadanos/as y como cristianos/as: ACOGER.
La acogida debe prevalecer sobre leyes, normas y protocolos. Hemos de
cuidarnos mutuamente. Porque la acogida no es algo unidireccional.
Acojo si me dejo acoger. Me acogen si soy capaz de disponerme a la
acogida. Esos cuidados recíprocos son los que nos constituyen como
personas y como comunidad cristiana. Acogida, cuidados, comunidad,
solidaridad, gratuidad, etc. son obligación de justicia y son
adjetivos necesarios que pueden hacer de la vida colectiva y personal
algo completamente diferente y más feliz. He aquí la tarea que nos
queda: salvar lo que nos salva y contar con los que no cuentan.
Sabemos
que el compromiso del seguimiento evangélico conlleva un decidido
combate contra la idolatría del dinero, del poder, del consumo, de
la violencia. En otras palabras, un combate a favor de la justicia
que se desborda en la solidaridad como plenitud de aquella.
Misericordia y justicia son los criterios para discernir, probar y
comprobar que nuestra adhesión a Jesús de Nazaret es creíble y nos
aproxima a la propuesta de que otro mundo es posible y necesario.
23,
24, 25 noviembre 2018.Torrox (Málaga)
Pongo aquí el enlace al resumen que merece la alegría leer y que ha hecho Antonio Moreno de la Fuente (CCP-Sevilla): Pinchar AQUÍ
Pongo aquí el enlace al resumen que merece la alegría leer y que ha hecho Antonio Moreno de la Fuente (CCP-Sevilla): Pinchar AQUÍ
Aquí puedes escuchar y ver todas las canciones que cantamos junt@s en "Ven a cantar por los derechos humanos, la utopía y la esperanza: https://www.youtube.com/playlist?list=PLkonMd2gdexoL2EhNySKrbqQpt7GIozgC