ECLESALIA, 09/09/19. Del 6 al 8 de septiembre de 2019 hemos celebrado el 39 Congreso de Teología en torno al tema “Justicia y compasión en un mundo desigual” con la colaboración de sociólogos, sociólogas, teólogas, teólogos y activistas sociales, que han orientado nuestras reflexiones, la participación de 400 personas de todos los continentes, el Concierto Intercultural del grupo musical Voces de Ida y Vuelta, la Eucaristía del compartir el pan y la palabra, dirigida por el colectivo Fe y Espiritualidad del FEFGTB, y una colecta solidaria destinada a los colectivos más desfavorecidos.
- Hemos llevado a cabo un análisis crítico de la realidad, en el que hemos descubierto los siguientes fenómenos: la guerra contra la vida, contra los recursos naturales, los derechos sociales laborales y los vínculos sociales; la crisis económica por mor del neoliberalismo; la crisis de cuidados, que solo recaen sobre las mujeres; la corrupción como forma estructural de gobierno; la lógica sacrificial del capitalismo; el fascismo territorial y social; la crisis ecológica, que es el principal desafío de la humanidad, cuya máxima expresión es la destrucción de la Amazonía.
- Hemos constatado igualmente el racismo y la xenofobia hacia las personas que vienen a los países más favorecidos, huyendo de la guerra, de la miseria y de regímenes dictatoriales; las crecientes desigualdades por razones de género, etnia, cultura, religión, identidad sexual y clase social; las agresiones contra la dignidad de la personas más vulnerables de la sociedad, como la pederastia dentro de las instituciones eclesiásticas con el silencio, el encubrimiento y la complicidad de las altas jerarquías; la legtbiqfobia, fomentada con frecuencia por discursos religiosos homófobos; el sexismo, alentado por las condenas eclesiásticas contra la llamada “ideología de género”; el deterioro del sentido de lo colectivo.
- Hemos escuchado experiencias esperanzadoras que intentan responder al mundo desigual y estructuralmente injusto con propuestas alternativas como la inclusión social de otras capacidades, el movimiento de los jóvenes europeos contra el cambio climático y la comunidad solidaria de San Carlos Borromeo con personas migrantes, refugiadas, buscadoras de asilo, personas sin hogar, mujeres marginadas.
- Hemos ofrecido la respuesta ético-política de los movimientos sociales que ponen la ética en el centro, se mueven en el horizonte de la lucha por la justicia y la práctica de la compasión y defienden el eco-socialismo feminista como alternativa a la catástrofe ecológica global capitalista y patriarcal.
- Valoramos muy positivamente la crítica del papa Francisco al modelo económico actual injusto en su raíz y generador de población sobrante, la defensa del cuidado de la Casa Común en la encíclica “Laudato Sí” y la convocatoria del Sínodo sobre la Amazonía.
- La compasión es principio de humanidad. Sin ella no hay vida humana, sino guerra de todos contra todos. Es necesario tener compasión con la naturaleza y con nuestros congéneres para combatir el sufrimiento eco-humano.
- La compasión es la opción fundamental de Dios ante el sufrimiento humano y la explotación de la naturaleza, la opción fundamental de Jesús de Nazaret que se solidariza con las víctimas y el principio de toda teología solidaria con el dolor de las personas inocentes. Constituye uno de los principios fundamentales de todas las religiones y espiritualidades: proféticas, místicas, sapienciales, indígenas, afrodescendientes.
- La compasión no puede quedarse en un sentimiento de pena o de lástima, sino que ha de traducirse en medidas políticas y sociales generadoras de justicia en sus diferentes dimensiones: justicia social, cordial, de género, ecofeminista, cognitiva, descolonizadora y estructural.
- Creemos necesario leer la Biblia desde la perspectiva feminista, descubrir su carácter intercultural, buscar sus raíces afro-asiáticas, deconstruir la violencia sexista presente en ella, recuperar la genealogía de las mujeres, reconocer su papel como protagonistas de luchas y resistencias, aprender de las mujeres compasivas, que son portadoras de luz y utopía y ejemplo de ternura y de justicia.
- Hemos de aprender a vivir bien con poco; mirar más allá de las apariencias con ojos inclusivos; compartir el dolor del mundo desde el silencio y la justicia; globalizar la solidaridad; acoger vidas perdidas; recuperar la ternura como categoría política; llevar a cabo una auténtica revolución espiritual; vivir una interespiritualidad a favor de la justicia, la paz y el cuidado de la vida humana y de la naturaleza; “democratizar la democracia”; revisar el concepto de libertad liberal, que debe ser modelado por los conceptos de igualdad y justicia; el de seguridad, que consiste en asegurar condiciones saludables eco-humanas; el de heroicidad, que consiste en defender la vida; el del cuidado para ser compartido por hombres y mujeres; superar la lógica patriarcal de la guerra; crear hábitos cooperativos; fundar “parlamentos ciudadanos”; crear espacios sociales donde estemos a gusto; defender las causas indígena, campesina y afrodescendiente como propias.
- Nos solidarizamos con el campamento de personas sin hogar que viven en tiendas de campaña en el Paseo del Prado y el de la Castellana.
- Nos consideramos continuadores del cristianismo de liberación como un acontecimiento de especial relevancia histórica, que ha creado una nueva eco-fraternidad-sororidad entre la Madre Tierra, las personas revolucionarias cristianas y las ateas o agnósticas. Fieles a dicho cristianismo nos comprometemos a llevar a cabo una rebelión ético-evangélica global, política, económica y cultural contra los diferentes sistemas de dominación: capitalismo, colonialismo, patriarcado, fundamentalismo, xenofobia y antropocentrismo depredador de la naturaleza con la mirada puesta en la Utopía de Otro Mundo Posible, donde la justicia y la compasión sean los principios morales que guíen nuestra vida.
Madrid, 8 de septiembre de 2019
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