Hoy, al celebrar nuestro primer Encuentro sin la
presencia física de Antonio, porque su presencia de ese otro modo que no
conocemos, pero que sentimos, estamos segurxs que nos acompaña y que hoy no necesita que le pasemos una copia
de lo que hemos preparado, hoy nos oye perfectamente. Esto es lo que
recordábamos, el mes anterior cuando celebrábamos la Pascua, lo que les debió
pasar a lxs discípulxs cuando asesinaron a Jesús que hasta que no se pusieron a
compartir sus vidas, sus inquietudes, a
recordar lo que les había dicho Jesús y al compartir el pan, no
comprendieron que había resucitado, eso
es lo que nos ha pasado en la despedida que tuvimos de Antonio.
En la coordinadora
recordando esa despedida tan cariñosa, tan cálida y espontánea que le hicimos tantos
amigxs de tan diversas procedencias, que, a corazón abierto, expusimos lo que
él nos había transmitido decidimos seguir profundizando con quiénes íbamos
caminando hacia esa NUEVA HUMANIDAD, si lo estábamos haciendo con personas de
diversa procedencia o estábamos encerrados en un grupo pequeño, cerrado y,
entonces, nos pareció que sería bueno repasar la cuarta vía que nos expone
Masiá para reflexionar si seguimos caminando “HACIA UNA TIERRA QUE PONGA LIBERTAD y cómo y con quién
caminamos” y, perdonad que vuelva a la despedida de Antonio porque allí vimos,
palpamos que él siempre buscaba compañerxs personas con las que caminar que
tuvieran un referente la “NUEVA HUMANIDAD” unas
como creyentes en Jesús de Nazaret, así con nuestras comunidades, o lxs
compañerxs de ruta de S. Francisco y otras que no tenían porqué ser creyentes,
como lxs compañerxs de IU o nuestro querido Labordeta, pero que TODAS esas
personas tenían el mismo referente “TRABAJAR POR UN MUNDO MEJOR” y todo este
CAMINAR lo hizo él con un gran entusiasmo y con su bandera republicana.
Como
os decía elegimos volver a reflexionar sobre cómo vamos caminando por esa
carretera de montaña, con muchas curvas y precipicios, con rellanos o cuevas
donde pasar la noche y apalancarse porque aquí estamos bien: “hagamos tres
tiendas”, instalémonos, o si estamos en el grupo de las personas más timoratas
sin saber dónde quedarnos queriendo compatibilizar a las del monte con las del
atajo, a las que permanecen en la “tradición”, en lo recibido con aquellas que
“parece” han avanzado o si hemos tomado la decisión de la CUARTA VÍA, el cuarto
grupo, poco numeroso,
las que decidieron seguir caminando, aunque se hiciera de noche, las que se
cogieron de la mano, para no perderse, ni caer al precipicio y siguieron avanzando
los días y noches siguientes; no estaban seguros de lo que se iban a encontrar
a la vuelta de cada curva pero continuaron y en una de ellas, junto a un mirador, hallaron a un
grupo que les precedía. Eran
diferentes, venían de otros lugares, vestían de otro modo, comían y hablaban de
otra manera. Se unieron a ellas y se
formó una única comitiva de ambos grupos.
Mientras seguían caminando, se contaban sus historias respectivas y se animaban
mutuamente.
Les unía la
meta, a la que nunca se acababa de llegar… pero no desfallecían porque, según
iban caminando se animaban unas a otras.
Creo que
esto es lo que nos ha venido ocurriendo desde que conocimos a aquellas personas
que habían decidido seguir caminando, siendo fieles al MENSAJE DE JESÚS, (todas
podemos poner aquí un montón de nombres) y que no dudaron en darnos la mano
para que nos asiéramos a ella y, cuando conocimos a esas otras personas que
también, sin haber escuchado el MENSAJE de JESÚS, pero dejándose llevar por la
“limpieza de su corazón” iban adelante, hacia
esa meta: ¿Nueva Humanidad?, ¿Reino de Dios? ¿Un mundo Mejor?, en fin a una
Tierra que ponga LIBERTAD.
Nosotras y nosotros, en la
despedida de Antonio también nos cogimos de la mano para pedir la llegada del
Reino, de esa Nueva Humanidad en que el pan nuestro de mañana llegue YA HOY.
PLEGARIA EUCARÍSTICA ENCUENTRO MAYO 2017
(recordando a Antonio)
Acabamos de dar gracias por lo que consideramos
que la VIDA nos da, como regalo del Padre, para nuestro crecimiento, felicidad
y participación en su tarea creadora. Ahora vamos a hacer memoria de la
despedida de Jesús, cuando ya Él se barruntaba lo que le iba a ocurrir.
Recordamos
algunos momentos:
Jesús fue apresado. Se había convertido en anatema para las autoridades
religiosas que estaban a la defensiva. Había relativizado las exigencias de la
Ley, introducido nuevos valores en competencia, quebrado el poder de los
controles religiosos y amenazado a la nación con la anarquía religiosa. Era un peligro para el poder, el orden y la
autoridad religiosa.
Dado que una de las funciones históricas de la religión es
controlar la ansiedad, impedir que se formulen preguntas que no tienen
respuesta y mantener el juego de «Finjamos que podemos controlar nuestro
mundo», la amenaza de aquel hombre
resultaba intolerable.
Así que los dirigentes religiosos, en colaboración
con los funcionarios romanos, decidieron que aquel hombre, Jesús, representaba
una amenaza para este poder. Si por su acción y su predicación se llegaba a
aflojar el control del sistema
religioso, si llegaba a cundir la anarquía religiosa, las autoridades romanas
impondrían un control total. Por eso Jesús, el profeta de Galilea, tenía que
desaparecer.
Así fue, Jesús de Nazaret fue ejecutado y al morir él, su
movimiento terminó pues «todos lo abandonaron y huyeron». Es probable que todxs
sus amigxs lo abandonaran y huyeran a
Galilea, a su tierra natal. Allí, juntos reflexionarían sobre sus experiencias
y se preguntarían qué podía significar todo aquello. Juntxs sintieron el vacío
y la oscuridad.
Seguramente, cada vez que bendecían
el pan al iniciar su desayuno, antes de salir a pescar, las mentes de aquellos
hombres recordaban otra comida, tomada en Jerusalén, en la estancia superior de
una casa, una noche extraña y aciaga. Una noche en la que abundaron el
miedo, la ansiedad y la melancolía. Todo
había sido tan dramático…recordaban: Jesús tomó pan, lo partió y lo identificó
con su cuerpo roto y estos recuerdos les hacían revivir sus experiencias.
Lo que Jesús fue para ellos, un hombre
íntegro, lo manifestaba en el coraje
de ser él mismo en cualquier circunstancia. Cuando la gente acudía a él para
escucharlo y aclamarlo, no perdía la cabeza. Y, cuando las fuerzas de los
enemigos lo cercaban, no hurtaba el rostro por miedo ni su espíritu se turbaba
por la ira. Jesús parecía estar libre de la necesidad de que las respuestas de
los demás lo definieran. Y ellxs anhelaban
tener esta libertad. Y recordaron su ENCARGO, “partirse por los demás hasta dar
la vida.
Nosotras y nosotros también queremos
hacer memoria de Jesús unidxs
a la gran comunidad universal que desea y espera un mundo mejor, queremos
comprometernos a seguir los pasos de Jesús y de tantas otras personas que, con
sus imperfecciones, intentaron durante su vida trabajar para que llegue su
Reino, la Nueva Humanidad. Sería bueno que en estos momentos también hiciéramos
memoria de aquellas personas que “hicieron lo posible por empujar la historia
hacia la libertad”.
Os
animo a recordarlas…
Hemos hecho memoria de ellas y
ahora la hacemos de Jesús, Él nos invitó a seguir sus pasos, a poner toda
nuestra carne mortal, nuestro cuerpo en el asador como Él lo hizo, por eso,
haciendo memoria de lo que Jesús hizo en esa última Cena en la que se despidió
de sus amigos, repetimos la narración tal como nos la transmitieron los
evangelistas.
Fracción del
Pan
Jesús la
víspera de su pasión, sabiendo lo que se le avecinaba, se reunió con sus
discípulos, partió el pan con ellos, te dio gracias, Padre, y dijo:
TOMAD Y COMED
TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTA
ES MI CARNE, mi condición mortal, QUE SE ENTREGA POR VOSOTROS.
repartimos el pan
Igualmente
tomó la copa, te dio gracias, y dijo:
TOMAD Y BEBED
TODOS DE ELLA, PORQUE ESTA ES LA COPA DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA
NUEVA ALIANZA, DERRAMADA PARA PERDÓN DE TODA CULPA.
SEGUID
HACIENDO LO MISMO Y ASI PERMANECEREIS EN MI.
(breve silencio y se comparte el vino)