Las Comunidades Cristianas Populares de Granada hemos participado en las acciones realizadas en la Campaña Pobreza Cero, en Granada, con motivo del día internacional por la erradicación de la pobreza el 17 de Octubre de 2021. Comenzó la semana el día 13 con la Exposición de fotografías de personas sin hogar, ¿Me ves? en el patio del ayuntamiento, que ha sido visitada, por numerosas personas, colegios, viandantes. Se hizo una recogida de adhesiones al parlamento europeo para pedir luz para la zona Norte. Continuó el día 14 con una conferencia sobre la Geopolítica del hambre a cargo de Federico Velázquez de Castro, y culminó el domingo 17 con una Concentración en la plaza del ayuntamiento, la exposición en la plaza, un teatrillo titulado: Subasta de pobres y lectura de Comunicado.
ANTE EL DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA (17 DE Octubre)
La pobreza continúa siendo la primera lacra que padece la humanidad. Afecta severamente a 850 millones de personas, aunque 2.000 millones sufren sus efectos indirectos a través de las dificultades para el acceso al agua potable, el saneamiento o la educación.
El drama de la pobreza reside en que, a diferencia de otras épocas, hoy disponemos de medios para combatirla, el planeta contiene recursos suficientes y el llevarlo a cabo depende de la voluntad de los organismos internacionales y los gobiernos que representan.
La pobreza no es fruto del azar o la mala suerte, sino de la distribución injusta de los bienes y de las políticas coloniales que han enriquecido a los países del Norte (y élites locales), en detrimento de los del Sur. Por ello propuestas como el destino del 0,7% del PIB a los países empobrecidos –aprobado desde la Conferencia de Estocolmo de 1972 y que sólo cuatro países cumplen- es un necesario acto de restitución hacia los países con quienes tenemos una alta deuda contraída (y no a la inversa).
Sin embargo, la pobreza no es solo algo que afecte a otros continentes, sino que, también la encontramos en España (donde, como en tantos sitios, ha empeorado a raíz de la pandemia y ya son 6 millones de personas la que sufren la exclusión severa); o en Andalucía (afectando al 14,7% de su población, la tasa más alta de todas las comunidades autónomas) y a Granada, con 53.000 niños en el umbral de la pobreza y 200 personas viviendo en la calle. Es la consecuencia del paro estructural, agravado por la crisis de 2007, junto con empleos precarios e indecentes que generan dificultades para pagar hipotecas o alquileres, ocasionando desahucios y arrojando a barrios ignorados a muchas familias, en donde no siempre se pueden pagar los servicios más elementales, además de padecer cortes de luz y otros suministros.
El rostro femenino de la pobreza se agudiza, como consecuencia de un sistema social y económico en el que pervive la discriminación y sobreexplotación de las mujeres, cuya forma más cruel se encuentra en la trata de personas. En estos contextos, la caridad, a través de comedores y bancos de alimentos, viene a paliar la situación, pero las medidas más eficientes serán las derivadas de una justa planificación económica.
La autoorganización de la población afectada es imprescindible, y desde las instituciones se debe trabajar para reducir el trabajo precario, al tiempo que no se fundamente la economía sólo en el sector servicios, pues además de su temporalidad, ya se ha visto cómo las crisis periódicamente lo sacuden. Es necesaria una economía sólida y diversificada, barrios con dignidad, salarios dignos y políticas de pleno empleo.
Asimismo, las personas migrantes deben ser formadas e integradas en el mundo laboral en el que, como consecuencia del envejecimiento de la población, serán cada vez más necesarias. Y como sociedad civil debe exigirse el cumplimiento de los acuerdos internacionales, como destinar el 0,7% para una verdadera ayuda al desarrollo, la caída de aranceles y políticas proteccionistas, que levantan barreras comerciales a los países del Sur, y la finalización de actividades esquilmadoras como la pesca industrial o la minería extractiva, que privan a muchos países de sus necesarios recursos.
Terminar con la pobreza es posible si existe voluntad política para ello. Un mundo desigual es fuente de inseguridad y sufrimiento. Todos, ciudadanos e instituciones, deben situarlo como objetivo primordial, y ésta es la razón por la que en este día realizamos este llamamiento solidario, para no olvidar el deber de trabajar, desde todos los ámbitos sociales, por un mundo equilibrado en el que nadie quede privado de las condiciones básicas para una vida con dignidad.
POR ESO, MUÉVETE CONTRA LA PANDEMIA DE LA POBREZA
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