LA REVUELTA DE MUJERES EN LA IGLESIA
MÓNICA DÍAZ ÁLAMO
MIEMBRO
DE LA REVUELTA DE MUJERES EN LA IGLESIA Y DE LA ASOCIACIÓN DE TEÓLOGAS
ESPAÑOLAS (ATE)
«En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis
revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego, ni hombre ni mujer, ya que todos
sois uno en Cristo Jesús»
(Gál 3,27-28)
La Revuelta es un movimiento de mujeres que
busca la igualdad y dignidad de las mujeres en la Iglesia. Es un movimiento que
une su fin «Hasta que la igualdad se haga costumbre en la Iglesia» como reza su
lema, con sus medios. Porque decir Revuelta
de mujeres en la Iglesia, más allá de los retos y la reivindicación es
hablar de SORORIDAD con mayúsculas. Es hablar de una manera de hacer, sentir y
buscar que hace realidad esa igual dignidad que quiere construir en la Iglesia.
Su significado nos remite a la experiencia compartida, la confianza, el
agradecimiento, los vínculos, la amistad… que se van generando en el camino
emprendido, y que animan a seguir caminando pues entendemos que estas
experiencias vividas pueden enriquecer a una Iglesia que necesita de los dones
y carismas de todos sus miembros para ser testigo de Jesús de Nazaret en el
mundo.
Estas
experiencias de sororidad creemos que son posibles gracias a la SANTA RUAH[2],
el Espíritu de Dios, el Espíritu de Sabiduría, que anima y acompaña nuestro
caminar. Estamos convencidas de que la Revuelta no es producto
exclusivamente de los esfuerzos grupales, sino que, la Santa Ruah ha ido
tejiendo hilos a lo largo de la historia que nos han unido a muchas mujeres
desde los inicios del cristianismo hasta nuestros días y en el futuro. Nos
sentimos acompañadas en nuestro caminar que transita por un sendero que, lejos
de ser un camino recto y bien asfaltado, se asemeja más a un camino circular,
con subidas, bajadas y también retrocesos sobre el que las mujeres danzamos. Un
camino de resistencia creativa siendo Iglesia profética con perspectiva de
género.
Una
Iglesia profética que debe estar atenta a los signos de los tiempos, como dice
el Concilio Vaticano II:
Para cumplir esta misión es deber
permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e
interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada
generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la
humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la
mutua relación entre ambas. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo
en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con
frecuencia le caracteriza (GS4).
En las
aspiraciones y esperanzas de muchas mujeres del mundo actual se sitúa la búsqueda
de la dignidad y la igualdad en un mundo desigual. Unos deseos y aspiraciones
puestos de manifiesto por el propio Concilio: «La mujer, allí donde todavía no
lo ha logrado, reclama la igualdad de derecho y de hecho con el hombre» (GS9).
Esta
búsqueda de la dignidad y la igualdad se hace hoy reivindicación consciente
dentro de la Iglesia a través del movimiento de la Revuelta de mujeres. Movimiento que no puede olvidar de dónde viene,
de quien es deudor y a quién ha de agradecer los pasos dados a lo largo de la
historia que han marcado el camino. Por ello es necesario hacer memoria para
hacer justicia a la herencia recibida.
RECORDANDO NUESTRA GENEALOGÍA
Según la RAE,
una de las acepciones de genealogía es ser origen o precedente de algo. La Revuelta de mujeres tiene también su
«genealogía»[3]
porque viene de la indignación y la esperanza que ha recorrido la historia de
tantas mujeres: de María de Magdala, y su esperanza en el Resucitado, de
aquellas mujeres de las primeras comunidades cristianas que ponían su persona y
bienes al servicio del Reino y de tantas otras silenciadas e invisibilizadas
por una Iglesia patriarcal.
De esa «genealogía»
mencionaremos algunas mujeres y movimientos que están en nuestra historia
personal y comunitaria y que en los años 20 del pasado siglo comenzaron una
andadura que llega hasta hoy.
Los grupos de
mujeres laicas en la Iglesia comenzaron en España en 1919 cuando nace Acción
Católica de la Mujer. Esta organización fue fundada para extender el
catolicismo en un país que se estaba transformando por el incipiente proceso de
modernización e industrialización[4].
Este grupo de mujeres apostó por la formación cristiana y humana, así como, por
el compromiso social. Denunciaron la escasa formación religiosa de las mujeres
e iniciaron programas de formación con un tipo de instrucción religiosa que
denotaba el tinte feminista de una parte de la organización. Además de
denunciar la escasa formación religiosa de la mayor parte de las españolas,
pusieron en pie programas formativos dentro de la propia organización para
paliar el problema. Aunque en los años 50 tuvieron especial relevancia en el
mundo rural, la guerra civil y posterior dictadura franquista diluyó este
movimiento en la Sección Femenina de la Falange para servir al patriarcado
olvidando sus anhelos de formación y compromiso social.
En los años
60, destacan dos mujeres laicas: María Salas Larrazábal (Burgos, 1922, Madrid,
2008) y Pilar Belosillo (Madrid, 1913-2003). María Salas fue cofundadora, en 1960, del Seminario de
Estudios Sociológicos de la Mujer, un organismo precursor de los estudios
de género en España, además de impulsar en 1986, el Foro de Estudios sobre
la Mujer que presidió.
El Seminario de Estudios
Sociológicos sobre la Mujer (1960-1986) trabajó, entre otros aspectos, por
el acceso de las mujeres a la educación y contó con la activa participación de
María Campo Alange y Lilí Álvarez, dos mujeres cuya alta posición social les
permitió escribir y publicar los primeros textos feministas cristianos: La secreta guerra de los sexos de María
Campo Alange en 1949 y La mujer como mito
y como ser humano (1951), En tierra
extraña (1954) y Feminismo y
espiritualidad (1964), estos tres últimos de Lilí Álvarez.
Pilar
Belosillo, que lideró la
Acción Católica, fue elegida presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) fundada
en 1910 y se convirtió en la única mujer laica española de las 23 mujeres que
asistieron por primera vez como auditoras a un concilio. Fueron invitadas a participar en la tercera
sesión plenaria del Concilio Vaticano II (1962-1965)[5].
LOS ANTECEDENTES INMEDIATOS
La Revuelta se sitúa en el marco de los
movimientos de reforma propugnados por el papa Francisco e incorpora la perspectiva de los movimientos de
liberación de las mujeres[6].
Sus antecedentes inmediatos se encuentran en los movimientos organizados por
las mujeres creyentes y feministas en los años 80 y 90 del siglo XX. Dicha
organización giraba en torno a tres ejes fundamentales del ser creyente: la
espiritualidad, la acción y la formación. Ámbitos que, aunque presentes e
imbricados en la vida de las mujeres creyentes, se han especializado en el
panorama eclesial. Sin menoscabo de ninguno de ellos, mencionamos los
siguientes:
-La Red Miriam de Espiritualidad Ignacia
pensada y vivida en perspectiva de género surge en el año 1983 y se autodefine así:
Somos una red de mujeres que nos
sentimos convocadas por la vivencia de la espiritualidad ignaciana pensada y
vivida con perspectiva de género y a la luz de nuevos paradigmas teológicos.
La red se sostiene en la creación de vínculos, el cuidado de la relación
y el acompañamiento personal y grupal entre mujeres. La escucha mutua, la
empatía, la acogida, el reconocimiento de la singularidad de cada una nos hace
compañeras de búsqueda y apoyo mutuo en nuestro propio crecimiento y liberación
como mujeres.
Nuestros proyectos nacen de escuchar y tejer juntas nuestros deseos que
retroalimentan al grupo y nos hacen avanzar.
Tomamos ciencia y fuerza de la sabiduría de las mujeres más empobrecidas y
buscadoras y de sus movimientos de liberación[7].
-La
acción feminista en la Iglesia viene de la mano del Collectiu de Dones en lÉsglésia: «Un grupo de personas de
diferentes opciones de vida y profesión, inquietas y sensibilizadas por la
situación de las mujeres en la sociedad y en el seno de la Iglesia, donde
descubrimos una falta de coherencia real con el mensaje evangélico»[8]
y de Mujeres y Teología, movimiento
organizado en Madrid por primera vez en 1986: «Somos un grupo de mujeres
teólogas y/o comprometidas con la Teología desde diversos ámbitos. Nos reunimos
en Madrid desde el año 1986. En el ámbito de la Teología: Queremos ser, a
la vez protesta y propuesta, que va gestando una nueva
vida y una nueva forma de ver la vida. Nos reconocemos en las
teologías feministas que tienen un discurso y un método,
pero queremos hacer mucho más que un discurso: ser y
situarnos como mujeres en el mundo»[9]. Mujeres y Teología animó
a crear grupos en otras ciudades del Estado.
No podemos dejar de mencionar
otros grupos como la Asociación Mulleres
Cristiás Galegas Exeria fundada en 1996[10]
o Aranastu en Bizkaia[11]
y Dones Creients en Valencia surgida
en el año 2000[12].
En 2018, Mujeres y Teología y la Red Miriam organizaron
un encuentro titulado Salto Vital que
propicio el diálogo informal de mujeres que soñaban con relanzar el movimiento
de las mujeres feminista y cristiano.
-Respecto al ámbito de la
formación, el pensamiento teológico feminista que ha nutrido el despertar de
nuestras conciencias ha ido de la mano, entre otras, de la Asociación de Teólogas Españolas (ATE) fundada en 1992 por
Esperanza Bautista Parejo, Isabel Gómez Acebo, Mercedes Navarro Puerto y Carmen
Bernabé Ubieta. «La Asociación de Teólogas españolas (ATE) está
formada por un grupo de mujeres cristianas, académicamente acreditadas, y que
se dedican a estudiar, crear pensamiento y difundir la teología en perspectiva
de las mujeres. La teología, desde sus orígenes hasta nuestros días, prácticamente,
ha sido pensada y transmitida desde la perspectiva del género masculino
convertida en norma de lo humano. Por eso, la perspectiva de las mujeres es
necesaria, tanto en la reflexión teológica como en la experiencia reflexionada
desde la interrelación y la interdisciplinariedad y su fin es visibilizar
a las mujeres cristianas, tratar temas de género y fomentar la investigación y
las publicaciones hechas por mujeres teólogas»[13].
Estos antecedentes marcaron
el paso de un movimiento que se gestó entre 2018 y 2019, un momento
efervescente en el movimiento feminista a nivel civil con las sonadas huelgas
convocadas con motivo del 8M que unieron a mujeres creyentes. En 2018, las
mujeres de la HOAC celebraron el 25 aniversario de la publicación Cuando las mujeres se sienten creyentes y
feministas de Dolores Aleixandre y Magdalena Fontanals y en 2019 presentaron
el libro Mujeres, espiritualidad y
liderazgo de Silvia Martínez Cano. Estas actividades son espacios de
encuentro que generan diálogo sobre las preocupaciones de las mujeres y su
situación en la Iglesia.
Al
mismo tiempo, en Europa, los movimientos de mujeres en la Iglesia se aglutinan
en torno a dos grupos: de una parte, Voices
of faith, una coordinadora internacional de mujeres que reivindica el papel
de las mujeres en la Iglesia católica y cuyo primer acto fue una concentración
de religiosas pidiendo el voto en la Iglesia el 8 de marzo de 2014, un acto que
será el germen de acciones internacionales como la huelga de las mujeres en la
Iglesia y la organización del Sínodo Mundial de Mujeres cuyas conclusiones se
han presentado en Roma a Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los obispos,
el pasado mes de octubre; y de otra parte, el movimiento María 2.0 que ha expresado el sentir de muchas mujeres en la
Iglesia con su imagen de una mujer con la boca tapada con un esparadrapo. En
América Latina, el Sínodo de la Amazonía en 2019 y su negación del voto a las
mujeres aumentó la indignación de muchas de ellas.
Junto
a estos movimientos, el vídeo viral de religiosas españolas apoyando la huelga
feminista, fueron la chispa que empezaba a alumbrar la Revuelta. En 2019 en Barcelona, surgen las propuestas de
organización con una convocatoria abierta para la movilización comenzando su
andadura el grupo Alcem la Veu que
contactó con mujeres de Madrid que movilizaron a otras mujeres de diferentes
ciudades de la geografía española.
El
1 y 8 de marzo de 2020, algunos de estos grupos se concentran en las puertas de
las catedrales de sus respectivas ciudades, entre ellas: Madrid, Barcelona,
Zaragoza, Sevilla y Valencia. En otros lugares esta acción fue suspendida por
la pandemia. En marzo de 2021, se salió de nuevo a la calle con el lema: Si nosotras callamos, gritarán las piedras con
otras ciudades que se sumaron a la protesta: Granada, Bilbao, Santiago,
Pontevedra, Logroño, Badajoz, Salamanca o Las Palmas de Gran Canaria. El lema
que unió a las mujeres en su reivindicación del pasado marzo de 2022 ha sido: En la Iglesia con voz y voto. El 27 de
noviembre de 2021, representantes de los grupos de la Revuelta de diferentes
ciudades se reunieron en Madrid como coordinadora de los diferentes
grupos para aunar esfuerzos y animar a las mujeres en el camino emprendido.
La
Revuelta es un movimiento en red,
plural y diverso formado por mujeres procedentes de distintos ámbitos:
parroquias, movimientos cristianos, ámbitos educativos… que sueñan con una
Iglesia que reconozca su plena igualdad y dignidad haciendo realidad las
palabras del Génesis: «Creó,
pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y
hembra los creó» (Gn 1,27).
Un
movimiento que anhela una Iglesia que reconozca la plena ministerialidad de las
mujeres como bautizadas en la fe dejando de lado la discriminación en base al
sexo. Que se enriquezca con las aportaciones de la teología feminista propiciando una lectura crítica deconstruyendo
imágenes y lenguajes patriarcales que ahondan el sufrimiento de las mujeres,
sobre todo de las más pobres.
Una Iglesia que dialogue con la cultura de los
feminismos y los movimientos de liberación de las mujeres buscando la igualdad
de derechos en la sociedad y dentro de ella y que acompañe desde la
misericordia la diversidad de familias, identidades y orientaciones sexuales.
Una Iglesia que apueste por una moral sexual impregnada de ternura y
misericordia.
Una Iglesia que no tolere ningún tipo de abuso y violencia
apostando por eliminar la pederastia y que busque la reparación de las
víctimas, así como, rechazar la violencia contra las mujeres y la feminización
de la pobreza.
Una Iglesia comunidad de iguales donde las mujeres
seamos reconocidas como sujetos de pleno derecho. Iglesia sinodal y plural que entienda el
poder al modo de Jesús, un poder que es diaconía, un poder compartido que acoge
la crítica como oportunidad para la conversión pastoral y la conversión interna
y que genere alternativas de futuro que ya, desde la sororidad y la Santa Ruah,
se van gestando en este caminar conjunto.
Desde
sus inicios la Revuelta
se ha coordinado con movimientos internacionales como Voices of Faith y tiene presencia muy
activa en la organización del Sínodo Mundial de Mujeres, Catholic Women
Council (CWC), que ha presentado el pasado mes de octubre sus conclusiones
globales en Roma.
El
Catholic Women Council es un grupo global formado por redes de mujeres
católicas que trabajan por el reconocimiento de la igualdad y dignidad de las
mujeres en la Iglesia. Surge en noviembre de 2019, cuando se reúnen en Stuttgart,
asociaciones, iniciativas, órdenes religiosas, entre las que se encontraban María
2.0, Voices of Faith y otros grupos de mujeres para trabajar en red
y tener una posición unida de las mujeres en la Iglesia por primera vez. En
enero de 2020 se consolida el Catholic Women Council como paraguas
global, abriéndose a la participación de cualquier grupo que comparta los
objetivos de esta coalición. La propuesta es organizar un Sínodo Mundial de Mujeres, un espacio abierto de diálogo siguiendo
los procesos sinodales en el que mujeres de todo el mundo expresen sus
reivindicaciones a través del trabajo en red.
La Revuelta sigue su camino hasta que la igualdad sea costumbre como reza su lema. Un camino acompañado e iluminado por la Santa Ruah que nos recuerda que la fuente de nuestras motivaciones procede del Evangelio:
Buscad primero
el Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura
(Mt 6,33)
[1] Algunas de las ideas de este artículo proceden y pueden ser ampliadas en el libro coral sobre el movimiento de la revuelta. Varias autoras, Revuelta de las mujeres en la Iglesia (Madrid: La imprenta, 2022).
[2] El término hebreo Ruah hace referencia al aliento de
vida dado por Dios al ser humano y a la creación, como dicen los relatos del
Génesis.
[3] El libro coral de la Revuelta menciona una cronología
de mujeres en la historia que quiere abrir boca, picar nuestra curiosidad para
acercarnos a ellas y para seguir buscando y ampliando nuestra mirada. Varias
autoras, Revuelta de las mujeres en la
Iglesia, p. 297.
[4] Celia Valiente, “Luchar por participar: la protesta
feminista en la Iglesia Católica durante el franquismo”, Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea 15 (2026),
203-226.
[5] Silvia Martínez Cano, “40 años de teología feminista
en España. Resistencia y creatividad”, Cartaginensia XXXIV.66 (2018), 449-474.
[6] https://grupdeldissabte.org/index.php/2022/03/28/revuelta-de-mujeres-en-la-iglesia/
18 de enero.
[7] http://redmiriam.blogspot.com/.
[8] http://www.donesesglesia.cat/indice.htm.
[9] https://mujeresyteologia.com/. Mujeres y Teología ha sostenido grupos en varias
ciudades españolas: Cabra, Ciudad Real, Logroño, Santander, Sevilla, Granada,
Valencia, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza.
[10] https://www.exeria.org/.
[11] Arnasatu estuvo vigente desde 1996 hasta 2011. Se
despidieron con la publicación de un libro que hacía memoria de «lo que hemos
sido y lo que hemos hecho. Miramos hacia atrás desde este presente con el deseo
de que todo ello quede recogido al servicio de otras mujeres, de otros grupos
que pueden tomar el testigo de nuestra labor en el futuro. Queremos plasmar
esta memoria colectiva y social para que pase a forma parte, aunque sea de
forma mínima, de esta historia de las mujeres cristianas. Sabemos que lo
sembrado no se pierde, aunque el fruto salga en otros campos y en otros
tiempos». Arnasatu, Prólogo de Arnasatu,
Presencia de Mujeres (Bilbao: Arnasatu. Asociación de mujeres cristianas,
2014), 9. Esa semilla plantada ha dado fruto. En Bizkaia se ha constituido la
asociación Gure Hitza de mujeres
creyentes y feministas cuya primera actividad ha sido la organización de las
Jornadas: «Mujeres, Feminismo y Religión» celebradas los pasados 14 y 15 de
diciembre en el marco del Congreso Emakumeak
organizado por la Diputación Foral de Bizkaia.
[12] http://donescreients.blogspot.com/.
[13] https://www.asociaciondeteologas.org/.
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