En Nueva Delhi encontré una camiseta con el lema: Dios no tiene religión. Tal vez, una buena definición para las personas que se manifiestan creyentes. Quizá fue algo más allá mi buen amigo Enrique de Castro, popularmente conocido como el cura rojo de Vallecas, cuando tituló a uno de sus libros: “Dios es ateo”. Con este título manifestaba que el poder, en el sentido peyorativo de la palabra, había decidido comprar la fe y adulterarla para sus propios intereses, a fin de construir un dios garante del orden establecido que garantiza los pactos de religión con el poder de los Estados, las inquisiciones medievales y actuales. El lema de la camiseta india libraba a Dios de la falsa de las religiones, negando al dios creado a imagen y semejanza de las jerarquías eclesiásticas o religiosas.
La vida de las Comunidades Cristianas Populares de Granada: Cristian@s de base, transformando esta sociedad, desde los valores de Jesús.
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domingo, 8 de diciembre de 2019
viernes, 20 de septiembre de 2019
Dos libros sobre los dineros de la Iglesia. Antonio Moreno de la Fuente, de las CCP de Sevilla
En
el mes de julio pasado Jose Manuel Vidal publicó una entrevista
hecha al teólogo Xabier Pikaza, ante la publicación de su libro: El
dinero en la Biblia(1),
que juzgo imprescindible conocer por nosotros, los cristianos de
base.
Pikaza
nos habla ampliamente en su libro de
la relación de Jesús con el dinero. Jesús no se opone
directamente al dinero, como
Juan Bautista, puesto que los
Evangelios suponen que en
su
grupo se
maneja algo de
dinero, concretamente Judas,
que
era
el administrador,
“tenia la bolsa” (Jn 12,6).
Pero
Jesús (2),
desde el primer momento establece que “no se puede servir a Dios y
a Mammón” (Mt
6,24). No se puede servir a Dios, que es gratuidad, y a Mammón, que
es lo
contrario a Dios, un dinero absolutizado.
Jesús
utiliza la palabra común aramea que es 'mammón', que
tiene
la misma raíz que amén; es aquello a lo que se le dice amén.
Aquello en lo que se cree... Es el dinero como realidad en la que uno
confía la vida, en
la que uno se apoya. Por
eso, el culto al dinero, es lo contrario al culto a Dios. Porque lo
opuesto a ese Dios de gratuidad es, precisamente, Mammón, el dios
del mundo, que
ofrece falsa seguridad.
Esta
servidumbre de Mammón, del dinero como algo absoluto, es una
idolatría, según aparece en Lc 16, 14-15, en la controversia de
Jesús con los fariseos, a quienes acusa no solo de avaricia sino de
confundir a Dios con la ley, entendida esta
como
fuente de seguridad y en la condena del rico Epulón (Lc 16, 19-31)
(3),
temas que había ya expuesto Pablo, al afirmar que la avaricia es
idolatría (Col 3,5; Ef 5,5). El
comportamiento de Jesús respecto
al dios Mammón llega al clímax y
culmen al entrar por
la Pascua en
Jerusalem y en su Templo, la ciudad y el lugar “donde
se encarnaban las promesas mesiánicas de Israel”
y con
gestos impropios de El expulsa a
latigazos (Jn,
2,14,15;
Mc 11,15-17) a
los compradores y vendedores de
bueyes, ovejas y palomas necesarios para el sacrificio del
Templo, vuelca las mesas de los cambistas e impide que se transporte
por
él las
cosas necesarias para el sacrificio: animales, leña etc. Porque
todo ello significaba
convertir el Templo en
una casa de negocios (Jn 2,16) o una cueva de ladrones (Mc 11.17), es
decir,
“un lugar para robar al pueblo fiel, en nombre de Dios”.
Según
Pikaza (4),
el
proceder
de Jesús indica que el Templo ya no es el lugar especial
del encuentro de los hombres con Dios. Arrojando
del
templo a
los vendedores y compradores, derribando las mesas de los cambistas,
impidiendo
el traslado de lo necesario para los sacrificios,
significaba
acabar con el mismo Templo de Jerusalem,
rechazando
sus
tres funciones: su función
económica y
comercial,
su función
política,
dirigida y gobernada por los sacerdotes y su función
religiosa.
El
templo deja de ser expresión simbólica de la presencia de Dios que
habitaba en medio de su pueblo. Jesús
desacraliza el templo, declarando que su función religiosa (de
purificación
y perdón)
ha terminado,
al proclamar que será sustituido por otro “no
hecho por manos humanas”
(Mc 14, 2-8). El templo de Jerusalem construido durante cuarenta y
seis años (Jn 2,20), se ha vuelto un ídolo”, puesto al servicio
del poder religioso y del abuso de los fieles. En contra de eso,
el verdadero templo debe identificase con el cuerpo mesiánico (cfr.
Jn 2, 21; 1 Cor 3, 16), es decir, con la humanidad
reconciliada, particularmente
los pobres,
que es el reino de Dios (5).
Para
Pikaza, los gestos y las palabras de Jesús, en su subida a Jerusalem
por la Pascua, tienen el
gran
significado
de:
“anunciar
y promover la destrucción, al menos simbólica, del templo, buscando
y promoviendo la caída de un orden religioso, social y económico de
políticos y sacerdotes”
(6).
La
pregunta surge de inmediato. ¿Existe hoy en la Iglesia católica un
poder religioso,
social y económico, semejante
al poder
religioso que Jesús condenó en su tiempo? Pikaza no da una
respuesta totalmente afirmativa en su libro, al que casualmente
subtitula: dominación
y poder en la Iglesia.
Sin embargo sí lo hace otro libro publicado por Ángel
Munárriz,
Iglesia.
S.A. Dinero y poder de la multinacional vaticana en España (7),
que
también juzgamos imprescindible conocer.
El
libro de Munárriz tiene siete capítulos y un Apéndice. En esos
capítulos va desgranando todo el poder económico, cultural, social
y mediático
que posee la Iglesia española. Es
justo
aclarar que él identifica a
la Iglesia católica española
con
sus dirigentes o jerarquía eclesiástica,
según es común opinión cuando se afirma: “la Iglesia dice o ha
dicho”, para
diferenciarla, como todos sabemos, de la
Iglesia comunidad de bautizados,
donde estamos todos, el pueblo cristiano con sus dirigentes.
Esta Iglesia institucional o eclesiástica es la
que él
denomina una Sociedad
Anónima,
que
proviene en
España
de
los tiempos del dictador Franco, pero que
hoy de modo
perfectamente legal está
camuflada
y es
parásita del estado español, en virtud de los Acuerdos firmados
entre el recién Estado democrático español y el Vaticano, en enero
de 1979. En
tres apartados podríamos resumir la enorme cantidad de datos que
ofrece el bien documentado libro del periodista andaluz Ángel
Munárriz: el
poder económico, el cultural y el mediático.
Su
Apéndice, titulado
agudamente
Apocalipsis,
plantea
“algunas vías
para que la actividad económica de la Iglesia se desarrolle sin
lesionar la esfera pública” (8).
1.-
Es
ingente el
poder
económico
de la
institución eclesiastica
española, pues
según
diversas publicaciones, ella
es
la mayor
inmobiliaria
española,
habiendo
amañado
el mayor pelotazo inmobiliario mediante el
proceso de las
Inmatriculaciones.
Según la
periodista Elena G. Sevillano, en un
artículo publicado en El Pais,
el pasado 13 de agosto de este año, la jerarquía de la Iglesia
habría
puesto a su nombre 30.000 propiedades, en las dos últimas decadas,
desde lugares de culto (la
Mezquita de Córdoa y 31 catedrales,
además
de Seos,
iglesias, ermitas...) a casas parroquiales o de maestros, plazas,
fuentes, frontones y todo tipo de parcelas, según los datos que el
Colegio de Registradores entregó al Gobierno de Pedro Sánchez hace
justo un año y
que todavía no se han hecho publicos.
Sin
embargo,
según
Jesús
Bastante,
pueden llegar a 100.000 los inmuebles y
algunos más,
pues
la organización Recuperando
afirma que la jerarquía de la Iglesia "lleva inmatriculando
desde 1946". Esta
información daría la razón a Munárriz, que estimaba
eran
unos 100.000 los
inmuebles que
posee
la jerarquía eclesiástica
y
cuyas exenciones fiscales de
los impuestos de
Sociedades, Obras, Transmisiones, Patrimonio e
IBI, alcanzaríann
la
cifra de
2.000 a 3.000 millones al año (9).Si
a ello se suma lo que recibe por las casillas del IRPF y otros
medios, según
un estudio
de Europa laica,
la
jerarquía de la Iglesia recibe
no menos de 11.600 millones de euros al
año,
más del 1% del PIB de España, de
los Presupuestos Generales del Estado
2.-
Su
poder
cultural
se basa en
la
actividad docente que
la
Iglesia mantiene
a
través de
su
influencia en la Escuela pública mediante la enseñanza de la
asignatura de religión, de los colegios concertados, en
los
que el Estado, en 2016, gastó más de 6.000 millones de €, lo
que
acarrea un debilitamiento de la enseñanza pública y,
sobre todo, de
sus
numerosas
Univesidades,
Colegios
y Centros de Formación profesional (10)
. En cuanto a las Universidades, dedicadas
a la formación de las élites
del
país, cabe
señalar la de Deusto, Comillas y
Loyola de los Jesuitas; la
Universidad Ramón Llull de Barceolona, que
tiene
también
una estrecha vinculación con la Compañia de Jesús. En solera le
siguen la Pontificia de Salamanca, las católicas
de Valencia, Avila, la de Madrid (Legionarios)
y la Mª Cristina del Escorial, regentada por los agustinos. También
son antiguas las del CEU, de la Asocación Nacional de
Propagandistas, fundada ésta
por el
cardenal Herrera
Oria. A todas ellas supera en prestigio, segun algunos, la
Universidad de Navarra del Opus Dei,
con numerosas facultades civiles y eclesiásticas.
Más
moderna es la Universidad Católica de San Antonio de Murcia, ligada
al Camino Neocatecumenal de Kiko Arguello. Junto
a la enseñanza superior, la formación de la élite del país se
realiza a través de las Escuelas de negocios, en las que sobresalen
la Escuela Superior de Adminisración y Dirección de Empresas
(ESADE), de los Jesuitas, vinculada a la Universidad Ramón Llull y
el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), de la
Universidad de Navarra del Opus.
3.-
Finalmente, entre otros muchos datos, Munárriz estudia
la
enorme influencia que tiene la jerarquía de la Iglesia en el mundo
mediático y comunicativo
a través de sus medios de comunicación, al
que denomina el cuarto
poder
(11).
Solo
por detrás de los estudios de empresa, el periodismo es la
disciplina más ofertada por las universidades católicas españolas.
La
Iglesia, además del púlpito tiene obsesión por los medios de
comunicación. Su buque insigna es la COPE, una influyente emisora
generalista, la Radio Estel, vinculada al arzobispado de Barcelona y
la TV Trece,
portavoz de la Conferencia episcopal. La agencia Zenit y Europa
Press, con vícnulos históricos con el Opus Dei, que ofrecen
noticias a los periódicos, sobre todo a los afines a la Iglesia,
como el ABC, que distribuye también
el
semanario Alfa y Omega y a La Razón. Otra agencia de noticias es
Infovaticana, de corte ultraintegrista. Por otra parte, la Iglesia
tiene también amplia cobertura en el radiotelevisión
pública,
con
muchos programas religiosos, como Alborada, Buena Nueva, El dia del
Señor etc, además
de ofrecer la Misa dominical
Finalmente, la Iglesia se vuelca también en el sector editorial,
entre cuyas editoriales se cuentan Edice, editorial de la CEE, HOAC,
Sígueme, CCS (Salesianos), el grupo Loyola de los Jesuitas (Sal
Terrae, Mensajero). San Pablo, Verbo Divino. Eunsa y Rialp del Opus,
etc. Además de las que editan libros
de texto, como Santa Maria de los marianistas, Edebé de los
salesianos, Edelvives de los maristas, Bruño, de los Hermanos de la
Salle, vendida en 2011 a Salvat.. Negocio, dice Munárriz, influencia
y acceso directo a las mentes de los jóvenes y de la sociedad que
puede explicar, a mi juicio, la mentalidad religiosa conservadora y
neoliberal nuestra sociedad.
En
el Apendice, titulado agudamente Apocalipsis,
Ángel Munárriz se plantea si pueden existir algunas
vías
para que la actividad económica de la Iglesia se desarrolle sin
lesionar la esfera pública. Ante
todo, dice, debemos evitar, en lo posible, los debates aislados, que
son un terreno de juego óptimo para la jerarquía, al poderlos
transformar en un debate de ‘anticlericales vs.
católicos’. El autor cree que la batalla se ha de dar en
cuestionar por todos los medios los Acuerdos del 1979, denominado
Concordato
bis.
Es cuestión difícil, pero no imposible. Al ser una acuerdo
internacional entre dos Estados, el gobierno español puede
denunciarlo, derogarlo o cambiarlo, como en su día propuso el PSOE.
Lo importante es lograr una
mayoría en las Cortes que se atreva a hacerlo, según los artículos
94 y 96 de nuestra Constitución. Lograr esa mayoria consciente en
nuestro país debe ser, a mi juicio, una labor de las Comunidades
Cristianas Populares y
como
punto de partida, será muy útil la lectura de estos dos libros.
Antonio
Moreno de la Fuente
Del
Secretariado de las CCP de Sevilla
1VIDAL,
José Manuel. “Xavier
Pikaza: Jesús dijo que lo contrario a Dios es un dinero
absolutizado". En
Religión
Digital, 26-07-2019.
Disponible en:
https://www.religiondigital.org/libros/Xavier-Pikaza-Jesus-Dios-absolutizado_0_2140285954.html
refiriéndose
a la publicación de su libro:
El
dinero en la Biblia: Dios y Mammon: dominación y poder en la
Iglesia.
México
: Sistema Universitario Jesuita : Fideicomiso Fernando Bustos
Barrena sj, 2018. Disponible
en:
https://rei.iteso.mx/bitstream/handle/11117/5512/El+dinero+en+la+Biblia.pdf;jsessionid=EC26E56FE047D8489133F05542DA4F34?sequence=3
(Consulta
29-07-2019),
2
PIKAZA,
Xabier.
Obr.
cit.,
c.1,3,
No podéis servir a Dios y a Mammón, pp.41-56.
3Ibid.,
pp. 85-93.
4Ibid.,
pp. 97-113.
5Ibid.,
p. 107-109.
6Ibid..,
p. 111
7MUNÁRRIZ,
Ángel. Iglesia.S.A. Dinero y poder de la multinacional
vaticana en España. 2ª ed. Madrid: Akal, 2019.
8Ibid,
p. 349.
9Ibid,
p. 99.
10A
la influencia de la Iglesia a través de la enseñanza, dedica
Munárriz el c. 6º, titulado La pizarra.
viernes, 5 de julio de 2019
El Obispo de Cádiz y los despidos. Pedro Castilla.(CCP- Andalucía)
Desgraciadamente nos
encontramos ante una Jerarquía eclesiástica más preocupada por el
mantenimiento de la Institución que por defender una vida digna para
todas las personas, más preocupada por salvaguardar la financiación
por parte del Estado que por implantar una ética universal basada en
los Derechos Humanos y por imponer su rancia doctrina y moral que por
impulsar el Evangelio de Jesús. Ante esta triste y preocupante
realidad no nos debe extrañar que el señor Zornoza, obispo de la
capital europea del paro, como es la Bahía de Cádiz, haya despedido
en los últimos cuatro años a más 20 empleados de la Diócesis.
Superándose, recientemente, con el despido y desahucio de un
matrimonio cercano a los 70 años, que cuidaban de un convento, desde
hacía más de cuarenta.
Todos estos despidos han
sido objeto de procedimientos judiciales, con sentencias
condenatorias al obispado, y motivo de protestas por distintas
organizaciones cristianas y parte del clero. En una zona de gran
afluencia de pateras provenientes de África, el obispado también
cerró una casa de acogida para migrantes, ubicada en una parroquia
de Algeciras, cuyo párroco fue cesado fulminantemente por el propio
obispo, enterándose aquel por la prensa. Andrés Avelino, como se
llama el ex párroco, es una persona muy querida en Algeciras por su
admirable labor social en favor de los más necesitados y de los
migrantes. Nadie entendió esta injusta sustitución en una parroquia
que, posteriormente, quedó vacía de actividad social y de
feligreses.
El sr. Zornoza, también
cerró en Cádiz capital una casa de acogida para personas sin hogar,
despidiendo al mismo tiempo a todo el personal que los atendía. Con
ello se demuestra que su gestión se basa en la rentabilidad
económica, muy alejada de los principios evangélicos y en el apoyo
fraterno a las personas y familias en situación de vulnerabilidad.
Para el Sr. Obispo es muy fácil jugar a empresario utilizando dinero
de la diócesis, recibido de distintas fuentes, y que debe ser
administrado de acuerdo a las necesidades reales, prestando especial
atención a los más débiles (personas sin hogar, desahuciados,
desempleados, emigrantes, familias en extrema pobreza…) y con el
consenso de consejos diocesanos de presbíteros y seglares que, desde
que este obispo ocupa la sede diocesana, no funcionan.
Estas indignadas
organizaciones cristianas y parte del clero de la diócesis de Cádiz,
han puesto los referidos hechos, y otros muchos más, en conocimiento
de la Conferencia episcopal, del Nuncio del Papa en España y de
diversos arzobispados, pero ante la ausencia de respuesta y el
recrudecimiento de la diócesis, han enviado al Vaticano un extenso y
minucioso informe sobre la gestión “empresarial” del obispo y su
ecónomo, totalmente contraria al espíritu evangélico.
Como suele decir Enrique de
Castro, no nos debe extrañar que tantísimos jóvenes, amigos y
compañeros de colegios católicos, al pasar a la Universidad o al
mundo del trabajo, abandonen o renieguen del atracón religioso
recibido en la infancia y adolescencia. El problema estriba en que su
punto de referencia era, y todavía lo es, la institución
eclesiástica. Al rechazarla han rechazado también los orígenes. No
han sabido distinguir entre la institución iglesia y el Proyecto de
Jesús de Nazaret, porque ésta ha ocultado, con su práctica y
dialéctica, lo que significa la Buena Noticia de liberación y
salvación para el ser humano, priorizando y resaltando un
conglomerado de dogmas, ritos, normas morales, preceptos y lujosos
templos y ropajes.
Ese ocultamiento del
Mensaje de Jesús, supone una gran afrenta contra el propio
cristianismo y contra la esperanza que puede suponer su Proyecto para
el mundo.
Esta jerarquía
eclesiástica, además, se identifica mucho más con las clases
sociales poderosas que con las clases humildes y sufrientes de las
consecuencias de aquellas, difuminando, aún más, esa imagen del
Nazareno cercano a los últimos y desprotegidos, que luchaba por sus
vidas contra toda esperanza de ella. Esa es la verdadera esencia del
cristianismo: un verdadero amor basado en la justicia social, en la
igualdad y en la fraternidad universal.
Hoy, donde la Ley castiga a
quien da asilo a un emigrante o lo salva de morir ahogado en el
Estrecho (ya decía Jesús: “No está hecho el hombre para la Ley,
sino la Ley para el hombre) y donde la religión católica se ha
apartado tanto de las practicas del cristianismo, se hace necesario,
más que nunca, ser insumisos a esos que imponen la Ley o la religión
por encima del ser humano.
En la Mesa de Jesús de
Nazaret, pueden participar los ateos, agnósticos y creyentes de
cualquier religión. También están especialmente invitadas todas
aquellas personas que sufren los padecimientos de este cruel sistema
económico, depredador de personas y naturaleza y, por supuesto,
todos aquellos desempleados a los que se les niega la vida,
conjuntamente con las de su familia. Esos también tienen un lugar
privilegiado. Pero no tienen cabida todos aquellos que condenan al
inhumano desempleo a los preferidos de Jesús. Por mucho que se
obstinen en gritar su nombre, aquellos que niegan la Vida a los demás
nunca merecerán tenerla.
Pedro Castilla Madriñán.
Comité Oscar Romero de Cádiz.
Grupo
cristiano de acción y reflexión de Cádiz.
Comunidades Cristianas Populares de Andalucía.
domingo, 21 de abril de 2019
La Vox de los obispos.
Por Miguel Santiago, miembro de Comunidades Cristianas Populares de Andalucía, celectivo que como tal se adhiere a lo expresado en este artículo. Publicado en el Portal de Andalucía. el 19 de Abril de 2019.
La conferencia episcopal española destaca del resto de Europa en su defensa de grupos políticos como Vox. Valgan tres ejemplos: el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig, conocido por su homofobia, el de Córdoba, Demetrio Fernández, conocido por su misoginia, y el obispo de Cádiz-Ceuta, cuyo delegado episcopal de Fundaciones (nombrado directamente por él), el general Rosety, será el número uno de la formación de Abascal en esta provincia. Obispos que no solo le dan la espalda a los derechos humanos, sino al mismo Evangelio al que dicen profesar.
Imagínense por un momento que el imán de una mezquita o el rabino de una sinagoga de algún lugar de nuestro país dijera que la igualdad de género “es una bomba atómica que quiere destruir la doctrina que profesan y la imagen de Dios en el hombre y la imagen de Dios Creador”, o que los gais “se corrompen y se prostituyen. O van a club de hombres. Os aseguro que se encuentran en el infierno”. ¿Qué pensaríamos? ¿Qué medidas inmediatas se tomarían? Diríamos que son unos peligrosos machistas u homófobos que atentan contra los principios de un Estado democrático y aconfesional, y, muy posiblemente, la fiscalía abriría diligencias contra la postura del imán o del rabino sin la necesidad de ninguna denuncia ciudadana y aplaudida por todo el mundo. Sin embargo, no ha sido ningún imán ni ningún rabino, han sido los obispos de Córdoba y de Alcalá, respectivamente.
No es la primera vez que estos mandatarios eclesiásticos manifiestan su ideología más integrista a través de declaraciones polémicas que le hacen un desprecio enorme a la ciudadanía en general y a muchos cristianos/as que trabajan por un mundo fraterno, justo e igualitario. Obispos que, a través de sus cartas pastorales, atacan a la mujer: la mujer sirve para “dar calor al hogar, acogida y ternura”, y el varón“representa la autoridad”, además de considerar un “aquelarre químico” la fecundación in vitro.
Son eclesiásticos que pertenecen a la línea más ultraconservadora de la Jerarquía católica. Personas que no dejan de generar conflictos, que no debate o diálogo, en la opinión pública. Se dice de ellos que pertenecen a la ideología rigorista de la Iglesia, o lo que es lo mismo muy alejados del Vaticano II, y no digamos del Evangelio, en el que las palabras inmatricular, condenar, marginar, intolerar, señalar, castigar, imponer, excluir… no tienen cabida. Una Iglesia que tiene excesos de condenas y defectos de acogida no es la iglesia de Jesús. Un Jesús de Nazaret que no quiere templos de piedra, nunca hubiese inmatriculado nada; quiere templos humanos donde habite la gracia del Espíritu y eso no se puede inmatricular. Jesús no está en la Catedral, ni en las pompas y grandes espectáculos para beneficio y honor de la propia institución, tampoco está en el palacio episcopal, ni en los hábitos. Está en el corazón del que vive las bienaventuranzas sea ateo o no, profese una religión u otra.
En definitiva son los obispos de Vox, junto a los movimientos más conservadores, como las comunidades neocatecumenales, los llamados kikos, o el Opus Dei, de los que surgen muchos de los candidatos de Vox al Congreso y Senado. No es de extrañar que en diócesis como Alcalá, Córdoba, Sevilla, Burgos u Oviedo tengan un mayor presencia y arraigo organizaciones como Hazte Oír, que se han entregado a alentar, desde sus terminales mediáticas y propagandísticas (arraigadas en muchas diócesis), el voto a la formación de ultraderecha; además de 13TV y la cadena Cope sufragadas por la Conferencia Episcopal Española. Precisamente una de las causas por la que Bergoglio no haya visitado aún España es debido al escoramiento hacia la ultraderecha de los obispos.
¿Quién permite esta situación? Los gobiernos del Estado. En 40 años no solo no han puesto a la Jerarquía católica en el lugar que le corresponde en un Estado Democrático y Aconfesional, sino que le han concedido todo tipo de privilegios: en 40 años se sigue enseñando religión en la escuela pública, en 40 años siguen gozando de todos los privilegios económicos y patrimoniales, en 40 años han inmatriculado el patrimonio más valioso del país, en 40 años no han desenterrado a los generales golpistas, Franco y Queipo de Llano, de las basílicas en las que reposan, en 40 años siguen existiendo capillas y capellanes en hospitales, cuarteles, universidades… En 40 años el nacionalcatolicismo está emergiendo con más fuerza que nunca.
Andaluz, natural de Córdoba, y ciudadano del mundo. Profesor. Implicado desde muy joven en el movimiento social, que apuesta por los derechos humanos, la igualdad, la interculturalidad y la interreligiosidad. Articulista en diferentes medios de comunicación, conferenciante y autor de diferentes publicaciones.
martes, 12 de marzo de 2019
Jose María Castillo en CCP-Granada 23 de Febrero de 2019.
POR QUÉ HE ESCRITO ESTE LIBRO: El Evangelio marginado.
Lo que tiene y lo que le falta
José M. Castillo. Teólogo
He escrito este
libro porque he intentado explicar – en cuanto eso es posible – por qué la
Iglesia se interesa más y se preocupa más por el “sometimiento a la religión”
que por el “seguimiento de Jesús”. Creo que, sin miedo a exagerar, se puede afirmar
que en la Iglesia preocupa más el
esplendor de la religión que la
fidelidad al seguimiento de Jesús.
El “sometimiento a
la religión” dio resultado y fue eficaz hasta finales del s. XV. A partir del
Renacimiento, la Reforma (s. XVI), la Ilustración (ss. XVII-XVIII), la
Resistencia y la Restauración (s. XIX), la industrialización y la violencia
(dos guerras mundiales), que marcaron el s. XX, y finalmente la Modernidad y la
Posmodernidad, todos estos grandes fenómenos históricos y culturales, han hecho
que la religión nos sirva para creer en El
Dios falsificado (Thomas Ruster). Un “Dios falso”, que ha llevado al mundo
más avanzado al abandono de la religión.
O en otros casos (que abundan) nos ha conducido, sin darnos cuenta, a que “la
experiencia religiosa de todos nosotros ya no sea de fiar, porque nos remite a
una falsa religión” (o.c., pg. 228).
La Iglesia de los
dogmas, las normas y los ritos fue útil y tranquilizaba las conciencias
mientras los “mitos”, los “ritos” y las “jerarquías” eran útiles y servían para
explicar tantas cosas que los humanos no sabíamos cómo explicarlas o pensábamos
que servían para darle sentido a la vida o tener una esperanza última, que
suavizaba el hecho inevitable de la muerte.
Hoy todo eso ha
perdido (sobre todo, en las generaciones jóvenes) su utilidad y su razón de
ser. Hasta el extremo de que los adolescentes, apenas llegan a cumplir los doce
o trece años, cortan con toda la “jerga” de temas, teorías y creencias, que
enseña el clero, y sencillamente para ellos se acaba y ya no interesa más la
“religión”. Y lo mismo que veo esto, pienso también que este problema (más
grave de lo que mucha gente se imagina) no tiene más solución que lo que vio
Lutero cuando, siendo todavía un monje joven, viajó a Roma. Y allí comprobó que
lo que interesaba a la Iglesia era la sumisión al papa y los rituales
(indulgencias…) que daban dinero (Lyndal Roper, Martín Lutero, p. 75-76).
Mi convicción es
que veinte siglos antes de lo que sienten las últimas generaciones, fue Jesús
de Nazaret, el “personaje-centro” y central del Evangelio, quien se dio cuenta
de que la “religión” del templo y de los sacerdotes, de los dogmas y de las
normas, de los rituales y las observancias, del poder y del dinero, todo eso
fue útil para las culturas de la Antigüedad, pero no responde a lo que necesita el ser humano como tal.
Lo determinante, para el ser humano (lo
que nos humaniza) no es satisfacer la “necesidad” de nuestras propias carencias (esto es lo que hace la “religión”), sino potenciar la “generosidad” para
resolver las carencias de los demás (esto es lo que nos aporta el
“Evangelio”).
Aquí es
fundamental - incluso enteramente necesario - hacer una distinción clave. Hay dos formas de hacer teología y, por
eso, hay “dos modelos de teología”: 1) La “Teología especulativa”, que se
elabora a partir de “teorías”, que se basan en el pensamiento escolástico (con
su “mortificante dependencia del pensamiento de Aristóteles”, según la acertada
fórmula de Lyndal Roper) o tienen sus raíces en el pensamiento estoico
(Pitágoras y Empédocles) (E. R. Dodds), en cuanto se refiere a la moral. 2) La “Teología narrativa”, que se construye
mediante relatos tomados de la vida diaria. El ejemplo más patente (de esta
teología) lo tenemos en los evangelios. Se trata, en este caso, de narraciones
en las que lo determinante no es la “historicidad”, sino la “significatividad”.
En el caso concreto del Evangelio, ¿qué nos dicen esos relatos para nuestra
forma de vivir, para ser fieles al “seguimiento de Jesús”?
Con toda razón y
precisión, J. B. Metz escribió: “La
teología no es hoy teología de profesores, no se identifica con la teología de
oficio. Con mayor razón, pues, no debe la teología histórico-vital encerrarse
en los esquemas de expresión de un lenguaje científico exacto y reglamentado….
De ahí que deba evitar a toda costa someterse incondicionalmente al vocabulario
de la exactitud. Precisamente la teología no es – ni ha sido nunca – una
ciencia natural de lo divino” (La Fe,
en la Historia y en la Sociedad, p. 230).
En esta dirección
tiene que girar la teología, la liturgia y el gobierno de la Iglesia. Como nos
lo está indicando sabiamente el Papa Francisco. Yo sé que darle este giro a la
vida no es posible, si nos atenemos a lo que da de sí la condición humana. Por
eso me parece tan genial la fórmula que nos dejó I. Kant: “La praxis ha de ser tal que no se pueda pensar que no existe un más
allá” (en Gesammelte Schriften,
VII, p. 40). Sólo si tomamos en serio y aceptamos de verdad que Jesús de
Nazaret fue (y es) “un hombre en el que
vemos a Dios” (Jn 1, 18; 14, 9-10; Mt 11, 27; Fp 2, 6-11; Col 1, 15; Heb 1,
2), es decir, solamente cuando sabemos y aceptamos que el Dios Trascendente se
hizo presente en nuestra inmanencia mediante
la vida, la forma de vivir y actuar, de Jesús de Nazaret, sólo
así y en eso encontramos a Dios.
Ahora bien, lo que
encontramos en el Evangelio es que la forma de vivir y de actuar de Jesús fue
una vida marcada por una profunda espiritualidad (su oración frecuente y
prolongada) y una constante preocupación por el sufrimiento humano.
Por eso Jesús no
quiso templo. No quiso sacerdotes. No quiso rituales. No quiso ceremonias sagradas. No quiso obediencia
y sometimiento de nadie a él. No mencionó para nada la división y la
diferencia entre lo sagrado y lo profano.
No habló nunca de orden (“ordo”) ni
de ordenación. Intencionadamente curó
a los enfermos cuando la religión prohibía curarlos. Rechazó con firmeza la
observancia de rituales religiosos (Mc 7). Andaba frecuentemente con “malas
compañías” (los pecadores, los samaritanos, los recaudadores de impuestos…).
Nunca denunció las conductas criminales de los políticos (ni a Herodes, cuando
degolló a Juan Bautista, ni a Pilatos cuando asesinó a los galileos que
ofrecían sacrificios en el templo). Puso sus preferencias en los débiles,
niños, mujeres, extranjeros…. La fe en Jesús fue un hecho solamente para el
excomulgado por la religión: el ciego de nacimiento (Jn 9).
Conclusión: los cristianos tenemos una
“religión” que cada día interesa menos. Porque cada día cobra más fuerza el
rechazo al “poder vertical” (Peter Sloterdijk, Has de cambiar de vida, p. 151-153) y al “poder opresor” (Byung-Chul
Han, Psicopolítica, p. 27-30). Lo que
motiva a la mayoría de la gente es el “poder participativo” y el “poder
seductor”. Si algo destacan los evangelios, es el poder seductor que mostró
Jesús. No para hacerse él importante y famoso. Jesús fue así y se comportó así,
para remediar el sufrimiento humano. Y mediante ese remediar el sufrimiento,
así revelar lo que nosotros podemos
saber de Dios; y cómo podemos relacionarnos con Dios: “Lo que hicisteis con uno de uno de estos hermanos míos tan
insignificantes lo hicisteis conmigo” (Mt 25, 40). Jesús no prescinde de la
religión, sino que desplaza la religión: la arranca de “lo sagrado” y la pone
en el centro de “lo profano”, “lo laico”, “lo más plenamente humano”.
domingo, 3 de marzo de 2019
Comunicado de Redes Cristianas sobre la pederastia en la iglesia española. Enero de 2019
Ante los casos de abusos sexuales en la Iglesia y en la urgencia de reaccionar como creyentes a este gravísimo problema, queremos contribuir con nuestra reflexión a las decisiones que se puedan tomar próximamente por el Papa y los presidentes de las conferencias episcopales reunidos con él.
Que un sacerdote, o miembro de una congregación religiosa, abuse de un niño o un adolescente, utilizando la autoridad moral que ejerce sobre la persona víctima, es algo que rompe los esquemas de cualquiera. Si además se añade el encubrimiento practicado durante décadas por la jerarquía de la Iglesia, poniendo por delante a la institución sin reparar en el daño, con secuelas de por vida, que se estaba haciendo a personas inocentes, nos encontramos con un escándalo de proporciones mayúsculas y una multiplicación del número de personas abusadas en un ambiente de mentira, hipocresía y silenciamiento.
En España se han ido conociendo casos de abusos en la Iglesia gracias al coraje de las personas víctimas para denunciar los delitos cometidos en la sociedad civil (que no son solamente pecados) , y a los medios de comunicación, que, al igual que en otros países, han ido por delante de la institución. Unos han tenido consecuencias en los tribunales y otros no pero lo que ha quedado patente en la mayoría de ellos es la resistencia mostrada por la jerarquía para hacer avanzar la investigación, apartar a las personas bajo sospecha, y demostrar un apoyo efectivo a las personas víctimas.
Esta resistencia por parte de la jerarquía y de las personas con diferentes niveles de responsabilidad en los hechos conocidos creemos se explica por la decisión de un silencio institucionalizado que nos parece la más grave circunstancia que se ha producido, junto con los propios abusos y el abandono de las personas víctimas de los mismos.
Todo esto lleva a Redes Cristianas a las siguientes afirmaciones, peticiones y propuestas:
- La lucha contra la pederastia en la Iglesia española debe ser una prioridad en todas las diócesis, facilitando que se pueda denunciar, colaborando con la justicia civil y apoyando a las personas víctimas. Pedimos que se apliquen de manera inmediata los protocolos exigidos por el Vaticano y que se creen comisiones en las que haya mujeres y hombres laicos, personas víctimas de abusos y expertos en el tema para estudiar las denuncias, desarrollar pautas de actuación y hacer realidad la tolerancia cero. El silenciamiento y encubrimiento deben terminar. Lo mismo pedimos para las congregaciones religiosas. Nos unimos a la exigencia de que el Vaticano lleve a la práctica las recomendaciones que le hizo el Comité de la Infancia de la ONU en febrero de 2014.
- Es urgente analizar las causas e ir a las raíces del problema. El obligado arrepentimiento debe llevar a actuar en consecuencia, sin miedo. Ante una crisis de semejantes proporciones, no valen las medidas cosméticas para salir del paso sino que hay que ir al fondo de la cuestión si se quiere evitar que los abusos se sigan produciendo. La pederastia es el síntoma de una enfermedad muy grave que hay que atajar.
- Coincidimos en parte con los que afirman que el celibato obligatorio no es en sí mismo la causa del problema, pero a la vez pensamos que el planteamiento de la sexualidad en la formación de los seminaristas, con frecuencia vivida ésta en la represión y el tabú, no favorece en nada, más bien al contrario, que los casos de pederastia se puedan descubrir y denunciar inmediatamente, y que se pueda ver en cada caso qué los ha motivado y actuar rápidamente.
- Si a lo anterior añadimos que la Iglesia Católica mantiene desde hace siglos un estamento clerical formado por varones célibes y diferenciado de los laicos, que ejerce el poder de manera autoritaria y mantiene un estatus de superioridad, con todas las excepciones que haya que reconocer, pensamos que los abusos y el encubrimiento también tienen que ver esencialmente con esa realidad y si no se abordan estas cuestiones en profundidad el problema no se solucionará. En ese sentido, el celibato obligatorio sí fomenta un aurea especial con el que se reviste el estamento clerical.
- Denunciamos la estigmatización de las personas homosexuales, acusadas injustamente de ser causantes de abusos sexuales a menores cuando los expertos insisten en que hay pederastas heterosexuales y homosexuales, y que la orientación sexual, por tanto, no es el problema.
- Redes Cristianas ha pedido siempre una iglesia de iguales y sin estamentos, de comunidades y de ministerios laicales, que no discrimine por el género ni por la orientación sexual y en la que el celibato sea una opción, nunca una imposición. Así creemos que debe ser la Iglesia que emana del Evangelio. Ahora encontramos una nueva razón para pedir y exigir que se den pasos en esa dirección lo antes posible. La igualdad de la mujer en la Iglesia, y por tanto, su presencia en todos los ámbitos ministeriales y de responsabilidad, contribuiría también, a nuestro juicio, a erradicar las conductas delictivas de abusos sexuales en la Iglesia.
Hay que abrir ventanas y sacudir alfombras, nos unimos a las voces que llegan de distintas partes del mundo pidiendo la revisión en profundidad del sacerdocio y de la vida consagrada. La Iglesia Católica, y en concreto la de España, tiene que rendir cuentas y ofrecer mucha más transparencia a las personas víctimas y a la sociedad en su conjunto.
“Decir no al abuso es decir enérgicamente no a cualquier forma de clericalismo.” (Papa Francisco, agosto de 2018)
Enero de 2019, www.redescristianas.net
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