domingo, 20 de diciembre de 2020

Las CCP de Granada, en recuerdo a nuestro amigo y compañero Juan Laguna. 20/12/2020

 Imagen tomada de Ideal de Granada.

La  Comunidad Cristiana Popular de San Ildefonso, en nombre de las CCP de Granada, (no pudimos ser más por motivos de la pandemia), nos hemos reunido en la mañana de hoy 20 de diciembre, con Marisa Acedo, miembro de nuestra comunidad y su familia,  compañera de Juan, para acompañarla, y sentir juntas y sobre todo AGRADECER juntas la presencia de Juan en nuestras vidas.

Hemos comenzado con un rato de Silencio introducido por Rafa, su hijo y un artículo de los muchos que se han escrito en la prensa sobre el perfil profesional y humano de Juan.

Carlos Moreno también esbozó unas palabras centrándose en el perfil humano de Juan, que transcribimos más abajo. Entre silencios llenos de emoción profunda, Isa leyó algunos párrafos de Enrique Martínez Lozano que nos invitaban a sentir lo que somos: VIDA.

Marisa, Santi, Ángela, Eli, María, Tere, Carmen y Paco, Carmen Vega, Paco, Loli, Domingo, fueron expresando sus emotivas vivencias con Juan y también cantamos: Todo Cambia y Ausencia. Hacía frío, en círculo manteniendo distancias, mascarilla y una mesa llena de flores y la emoción a flor de piel.

Juan es el mejor ejemplo de que se puede ser, ateo, agnóstico y cristiano a la vez. Muchos de nosotr@s somos también ate@s a las imágenes del dios del A.T., extraterrestre, en el piso de arriba, que ordena y recompone este mundo de abajo. Sin embargo Juan tenía una gran espiritualidad desde La VIDA, el Misterio, la Consciencia, Plenitud....y su compromiso con los últimos al estilo de Jesús como  uno de sus referentes éticos. Y además nunca vivido unipersonalmente, sino necesariamente en comunidad, colectividad, hermandad.

Agradecemos a Marisa y su familia la posibilidad de despedir a Juan como ellos ha elegido, en el campo y en el patio de casa, esta mañana, de la manera más sencilla y personal, rodeados de las amistades y familiares más cercanos, expresando la gratitud de tanta vida compartida con Juan y alejados de los rituales rutinarios, hueros y vacíos. 

Todo Cambia. (Julio Numhauser)

Ausencia. (Lope de Vega-Imanol)

JUAN LAGUNA. Un hombre bueno, una gran persona. Por Carlos Moreno. En nombre de las Comunidades Cristianas Populares de Granada. Diciembre 2020.

Nuestro querido amigo y compañero Juan Laguna, compañero y marido de nuestra querida Marisa se ha ido, no superó el COVID y dejó esta dimensión material, ahora sigue entre nosotr@s pero con otro tipo de presencia.

Juan se definía agnóstico, pero era un hombre abierto a la dimensión espiritual, comprometido con su trabajo, comprometido con las personas destinatarias de su labor profesional, comprometido con la sociedad. En lo que yo conozco de Juan descubro en él compromiso y servicio sin afán de protagonismo, una gran sensibilidad humana y bondad inteligente.

Juan llevaba ya más de una década en Granada, yo lo conocí en la acampada del 0,7 en el año 1994, allí muchos colectivos ciudadanos plantamos nuestra tienda y con personas voluntarias y militantes permanecimos semanas con la justa reivindicación del 0,7 para la cooperación. Juan ya había mostrado su gran solidaridad en la lucha contra el SIDA, ampliando su compromiso profesional a la esfera social en Comité Anti SIDA, grupo que también participó en la acampada.

Después de la acampada, además de un compañero más en las acciones reivindicativas Juan era el compañero de nuestra amiga Marisa, eso hizo que lo sintiéramos aún más cercano en otras esferas de la vida.

Participó, asumiendo responsabilidades en Granada Acoge, el Fondo de Solidaridad, FIARE y Mesa por el Clima. Además colaboraba como socio en otras ONGDs como ASPA, APDHA, Médicos sin Fronteras…

Defendiendo siempre con razones, empatía y sin fanatismo las reivindicaciones más nobles para una sociedad justa: la justicia social, la salud, el medio ambiente… Un intelectual comprometido y con los pies en la tierra.

Ha sido una persona de una gran generosidad en su entorno familiar, acogiendo, apoyando y ayudando en los momentos difíciles.

L@s amigas de Juan y Marisa, hemos podido disfrutar de su compañía, de sus sabias palabras y  de su hospitalidad.

En lo profesional, Jefe de Epidemiología puso siempre su esfuerzo a favor del bien público, por la salud, por la atención primaria. El no pudo superar la enfermedad, pero seguro que los sistemas de atención primaria de salud y de vigilancia epidemiológica a cuya creación contribuyó en gran medida, están sirviendo para que otras muchas personas consigan preservar su salud y salvar sus vidas.

Él es un gran ejemplo, de que definirse creyente o agnóstico es secundario, que lo principal es el compromiso por el bien común y poner a la persona en el centro de la vida.

Juan, nos gustaría haber disfrutado mucho más tiempo de tu compañía en esta vida, pero a pesar de eso tenemos que decir GRACIAS, por haberte conocido, haber compartido tantos momentos y porque personas como tú son las que nos hacen reconciliarnos con el mundo. 

Fallece Juan Laguna. Jefe de Epidemiologia en Granada durante 30 Años. Ideal de Granada.

Fallece por Covid Juan Laguna, jefe de Epidemiología en Granada durante 30 años. ElindependientedeGranada

Juan Laguna, el epidemiólogo, "padre" de la Atención Primaria en Andalucía, que solo la Covid-19 ha podido frenar, Eldiario.es









SOMOS LA VIDA, NO HAY LUGAR PARA EL TEMOR.

(Leído por Isa)

         De las afirmaciones que hizo Jesús, cada vez me parece más luminosa aquella en que dijo: “Yo soy la Vida”.

         Es una palabra plena de sabiduría, que invita a salir de nuestra ignorancia básica y a reconocer la verdad profunda de esa expresión, aplicada a todos nosotros. Todos somos –y nunca podemos dejar de ser- Vida.

         La ignorancia radical es la que hace reducir nuestra identidad a nuestra personalidad, haciéndonos creer que somos un “yo particular”, separado de los demás y desgajado de la Vida.

         Esta creencia errónea es la fuente de todo sufrimiento, para nosotros mismos y para los demás.

          Al identificarnos con el “yo individual” y creernos separados, nos sentimos “enfrentados” a la Vida y, en cierto modo, amenazados por lo que nos pudiera ocurrir. Eso nos hace vivirnos a la defensiva y, con frecuencia, en el temor.....      

         La sabiduría consiste en reconocer que no existe nada separado de nada. Y que no hay nada que no sea manifestación y expresión de la única Vida. Todo es Vida, que se despliega –se “disfraza”- en infinitas formas: el nacer y el morir, la salud y la enfermedad, el éxito y el fracaso, el “bien” y el “mal” –etiquetas mentales-…: todo son “formas” que la Vida adopta.

         Nosotros mismos somos la Vida, que ha adoptado una forma particular, en la personalidad concreta que tenemos. Pero la trampa consiste en creer que somos esa forma, en lugar de reconocernos como Vida.

         Cuando reconoces que eres Vida, ¿dónde queda el temor, la ansiedad, la frustración, el sufrimiento…? Quedarán como inercias de nuestro mundo mental y emocional, pero podremos salir de ellos con más facilidad. Porque no miraremos los acontecimientos ni las circunstancias –sean cuales fueren- desde el yo que creíamos ser, sino desde la Vida que somos.....

                 ....Todo lo que te ocurra –estar sano o estar enfermo, tener éxito o fracasar, sentirte mejor o peor, comprender o no comprender, aceptar o rebelarte…-, todo sin excepción es Vida. Y la Vida es todo. Míralo desde ahí. No creas que tu yo se siente amenazado; reconoce que la Vida que eres toma ahora esa forma concreta… Pero sigue siendo Vida, y siempre está a salvo. Todo es Vida en un despliegue multicolor. Si lo ves, eso es Vida que se manifiesta; pero si no lo ves, eso es también Vida que se manifiesta de forma diferente. Suceda lo que suceda y estés como estés, incluso en el lecho de muerte, solo hay Vida –es lo que eres- adoptando formas cambiantes.

          Por tanto, solo hay algo que podamos hacer: reconocernos en Ella y vivirnos desde Ella...Y lo que brota de ahí es Paz, Ecuanimidad y Compasión: la Vida que fluye en libertad…



EL RÍO Y EL OCÉANO (KHALIL GIBRAN) 

(Leído por Ángela)

“Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo…
mira para atrás, para todo el día recorrido,
para las cumbres y las montañas,
para el largo y sinuoso camino que atravesó entre selvas y pueblos,
y ve hacia adelante un océano tan extenso,
que entrar en él es nada más que desaparecer para siempre.

Pero no existe otra manera.
El río no puede volver.
Nadie puede volver.
Volver es imposible en la existencia.
El río precisa arriesgarse y entrar al océano.

Solamente al entrar en él, el miedo desaparecerá,
porque apenas en ese momento,
sabrá que no se trata de desaparecer en él,
sino volverse océano”

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